Saudade...
Saudade de ti y de mi...
Saudade de tu voz, tu alma, éter, de tu presencia...
Saudade de lo que fuimos y ya no será nunca más...
Saudade de las caricias, los besos y mis delirios por ti...
Saudade del tiempo que nos vio nacer...
Saudade d...
"Sé que morir no es la solución, pero es que nadie me ayudasolo por el hecho de no ver sangre".
Así es vivir con depresión:
-La depresión se apodera de ti silenciosamente. Al principio tienes problemas con las cosas pequeñas, pero luego eliges ignorarlas. Es como una jaqueca, te dices es temporal, es solo un mal día. Pero no lo es, está atascada en este estado mental. Te acostumbras a usar una mascara social y vivir entre los demás, porque es lo que tienes que hacer, es lo que hace felices a los demás. Pero el problema no desaparece; te esfuerzas por actuar todos los días y empieza a costarte más y más; allí es cuando comienzas a caer más profundo y es entonces cuando empiezas a alejarte de amigos y familia. A veces ignorándolos por completo. Todas las satisfacciones desaparecen. Las pequeñas cosas que solían hacerte feliz ahora son insignificantes; incluso las cosas simples se vuelven dolorosas. Por eso es que no tienes motivación.
Y te preguntas ¿Por qué continuar haciendo cosas si nada te hace feliz? Todo esto te hace sentir incluso peor y te vas atrapando en un circulo vicioso. De pronto te das cuenta que estas viviendo en cámara lenta. Los días son indistinguibles... solo ruido blanco, una pesadez que llena tu mente y se reparte por tu cuerpo. Sientes que nunca volverás a ser feliz, sigues alejándote y destruyendo relaciones, estas avergonzada por todo lo que has hecho y lo que no has hecho y aún así hay una parte de ti que quiere arreglar las cosas, un impulso positivo repentino que te hace querer salir y conocer personas y salvar el mundo, pero no dura mucho porque sabes que de todas formas no funcionará.
Las cosas que emocionan a tus amigos y familiares te dejan indiferente y te deja consciente de la brecha que hay entre tú y ellos. Otro fracaso no es la opción así que eliges estar sola, dónde te sientes segura, dónde nadie te hace preguntas. La baja autoestima y la falta de propósito se vuelven insoportables.
Comienzan las miradas frías y todos empiezan a ignorar, es como si te vieran a través de un muro sólido de concreto y desde allí comenzarán las críticas y la subjetividad. Mientras lo que tú gritas profundo por dentro es ¡No me mires, apóyame! Pero sabes que es un misticismo, ellos jamás te tenderán su mano justo como ayer lo hacías tú. Así que todos se vuelven sordos y necios, mudos, buscando como carroñeros su triunfo en el mundo, la codicia del dinero y empatía de caras nuevas que no dicen nada más que puras mentiras, llenos de ego y avaricia avanzan tirándole toneladas de tierra y cenizas a los que lamentablemente nos quedamos en arenas movedizas. Sí, eso hacen, amigos y hasta la propia familia. Pero es errar de humanos ¿No? ¿Pero cuántas veces más seguirán errando?
Ya no tengo miedo de decir que mentalmente estoy enferma y que es una enfermedad como cualquier otra. Al principio solo quería que me dijeran "tienes algo", aunque fuese un cáncer, porque necesitas identificarte pero, una vez te identificas, ya sientes el estigma. Es una dicotomía entre "por fin me he identificado" y, ¡Vaya! "por fin me he identificado".
Poema Borde:
Confusa, contrariada, expectante, se encuentra la flor que marchitó hace años. Una tormenta de pensamientos inunda su mente, hasta tal punto de dejarla sin la capacidad de razonar. Todo tiene que ser blanco o negro, no hay grises para ella. Impaciente, con algo de ira hacia ella misma, se calla. Su llanto interior es tan fuerte que no le deja ver más allá. Soluciones, sí. Pero ¿Cuál es el problema? Indaga, hace una introspección de lo que es, de por qué ha venido a la tierra y cuál es su función. No está de acuerdo con nada, no se conforma. Le cuesta disfrutar de las cosas, por ello opta por el camino fácil: la autodestrucción. Aniquiladora de ideas y personas, manipuladora experta, llora, llora en silencio porque no se encuentra. Procura conocerse a sí misma y no lo logra. No se permite unos segundos para saber lo que le gusta, lo que no le gusta. Las cosas que debería hacer. Cómo odia esa palabra, el deber. Debería hacer esto, lo otro. No es capaz de tomar decisiones de forma autónoma. Vive en una realidad paralela que no le deja ver el mundo tal cual es. En esta realidad se encuentra a gusto, confortable. Pero sabe que tiene que salir de esa zona de confort, afrontar lo que la vida le depara. Sigue llorando, callada. No habla. Se siente triste, sola, cansada. Ha tirado la espada al suelo, sus ojos no le dejan ver más. Cada vez está más débil. Le cuesta a horrores pedir ayuda, pero seguramente es de las personas que más la necesitan. Sus emociones se mueven entre picos de montañas, es caótica, desordenada, una borderline. No tiene ni idea de las frases que se crea en su trastornada cabeza. No es consecuente con sus actos, exige y exige y se vuelve aún más anárquica. No permite entrar a la razón en su cerebro. Distorsiona, observa su entorno con una mirada vacía, llena de frustración e impotencia. Idealiza, cómo le gusta idealizar. Se hace preguntas, miles de preguntas, acerca de todo. Acerca de la existencia, de su papel en este mundo. ¿Por qué estamos aquí? ¿Cuál es nuestra función? ¿Qué esperan los demás que haga? ¿Qué espero yo? Preguntas sin respuestas que le crean aún más malogro. La soledad se apodera de ella, se siente incomprendida por todo lo que le rodea. Las preguntas siguen sin respuestas, se repite una y otra vez si algún día saldrá de ésta. Mientras tanto ahí sigue, sobreviviendo, mirando a través de la ventana y escuchando el canto de los pájaros y viendo cómo la brisa acaricia los arbustos a la vez que el desamparo la absorbe y el Borderlain la invade.
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El trastorno límite de la personalidad es una enfermedad muy poética en sí, y lo que yo trabajo es la poética de la enfermedad, su plasmación en palabras. Aunque sea duro tener una disociación o una regresión o una alucinación se trata de algo muy poético. Todas estas cosas son poesía, la enfermedad en sí es poesía, una poesía muy dura pero poesía, porque fue duro vivirlo fue duro escribirlo pero no me resultó complejo como en otros casos, porque la poética me la va dando la enfermedad.
Ahora se vive un mundo de felicidad obligatoria: Las redes sociales. Y la verdad estoy cansada de que en ellas todo sea felicidad, viajes, "mira mis niños que guapos son". No, hay gente que estamos sufriendo y pasándolo mal, y también hay que verlo. Quiero que la gente se atreva a hablar de todo esto, que se vea esta otra realidad, que no se escondan tras el cristal de la apariencia.
"No todos los enfermos psíquicos son artistas, ni todos los artistas son enfermos psíquicos pero pueden simultanearse en una inmensa minoría, dando la posibilidad, a veces, de potenciación recíproca y hasta de genialidad".
Se abierto y entiende que no todo lo que se ve es y no todo lo que es se ve.
Recuerda: "Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos".