Capítulo 1: Yo me ofrezco.
"Chicos, si esto resulta, ganaremos un Nobel de seguro" Andrew se frotaba las manos en anticipación.
Andrew, Darien y otro de sus compañeros de universidad habían estado horas trabajando sin parar en el laboratorio de investigación de su facultad. Llevaban meses haciendo un estudio sobre el envejecimiento celular, y ya estaban a punto de empezar la fase de experimentación para comprobar - o desmentir - la hipótesis que ellos planteaban.
Y la investigación era bastante prometedora, habían logrado sintetizar una sustancia que, en teoría, no sólo detendría el envejecimiento celular, sino que podría también revertirlo, por lo que si todo resultaba tal y como estaba previsto tendrían entre sus manos el elixir de la juventud, y dentro de poco tiempo serían la sensación del mundo científico y, ¿por qué no?, también del mundo entero.
Ese día se habían dedicado completamente a afinar los últimos detalles; debían establecer una vía de administración para la sustancia y dejar todo listo y dispuesto para iniciar el estudio preliminar, el que se llevaría a cabo con un preparado similar al de la sustancia mágica, con la sola diferencia de que su efecto duraría sólo una semana. Si esa prueba resultaba bien, pasarían al estudio clínico en sí, analizando un gran grupo de voluntarios y por unos cuantos meses.
"No vamos a llegar a ningún Nobel si no probamos esto primero" contestó de mal humor Tom, el tercer investigador, un joven alto de pelo largo y castaño, quien estaba molesto, aburrido y frustrado por todos los problemas que habían tenido a lo largo del estudio, y por todos los problemas que seguían teniendo "necesitamos voluntarios y terminar el…"
"¡Listo!" el grito de victoria de Darien sobresaltó a los otros dos.
"¿Lo lograste?" Andrew sonaba aún más alegre que de costumbre.
"Sí, el jarabe está listo, perfectamente bebestible" les mostró un tubo de ensayo lleno de un líquido color ámbar, algo viscoso.
"Perfecto," comentó Tom sin mucho entusiasmo, pero con una pizca de optimismo en sus voz "ahora necesitamos los voluntarios"
"Tranquilo, eso es lo de menos" el rubio les guiñó un ojo.
"¿Lo vas a probar tú?" preguntó con ironía el otro chico.
"Yo lo puedo probar" ofreció Darien con calma, como si no tuviera importancia.
"¿En serio?" ambos se sorprendieron. Sí, ellos también confiaban en su proyecto, pero ser los conejillos de india era otra cosa.
"Sí, sé bien lo que hemos hecho," se encogió de hombros y se acercó a los otros "además, el efecto dura sólo una semana" no podía ser tan terrible, ¿verdad?
"Sí, creo que tienes razón" Tom no estaba muy convencido, pero si Darien se ofrecía, ¡bienvenido sea! "y si pasa algo, estamos nosotros para solucionarlo"
"Sí, además de entre nosotros tres, tú eres el que se ve más viejo" bromeó Andrew "te vendría bien un pequeño rejuvenecimiento"
"Ja-ja, muy gracioso Drew" Darien rodó sus ojos, hizo una pausa y cambió de tema "Ok, son las 18:05 hrs., me lo voy a beber, tomen nota de cualquier cosa"
El pelinegro alzó un poco el tubo de ensayo que sostenía en su mano derecha, observándolo por sólo unos segundos, y ante la expectante mirada de sus otros dos compañeros de investigación, bebió rápidamente todo el contenido del tubo de un solo sorbo.
"¡Arg, demonios!" se quejó escandalósamente el moreno.
"¡¿Qué, qué, qué?!" los otros dos entraron en pánico.
"Me faltó ponerle más azúcar al jarabe," contestó mientras bebía un vaso de agua para sacarse el mal sabor de la boca "sabía horrible"
"Idiota, nos asustaste" el reproche de Tom no se hizo esperar.
"¿Sientes algo?" Andrew ignoró lo demás, estaba emocionado por ver los efectos de lo que ellos mismos habían creado.
"No, todavía no," se miró las manos, se tocó la cara, miró a los chicos y agregó "tal vez tarda unas cuantas horas"
"Deberíamos esperar hasta que veamos algo, o por lo menos vigilarte por unas horas" sugirió el joven de cabellos largos.
Andrew y Darién asintieron, y sin mucho más que hacer, los tres se sentaron a esperar.
esperaron, y esperaron,estuvieron más de una hora esperando, pero nada.
"Tal vez nos equivocamos en la fórmula" El tono de Andrew demostraba desilusión, mientras tomaba en sus manos una de las hojas llenas de cálculos que descansaban sobre la mesa, mirándola no muy animado.
"O tal vez es sólo algo lento" fue Tom esta vez quien trató de ser optimista "¿No has sentido nada en todo este rato?"
"Mmm, no mucho" Darien pensó por unos segundos "sólo un poco de dolor de cabeza y siento el cuerpo algo pesado, pero creo que es sólo el cansancio, deberíamos irnos a descansar" concluyó bostezó.
Andrew anotó rápidamente los síntomas en el registro que estaban llevando; era importante saber las primeras manifestaciones y algunos efectos secundarios que pudieran aparecer.
"Eso tal vez puede significar que está funcionando" se alegró Tom "¿sientes algo más?"
"No sé, es una sensación extraña" volvió a bostezar "sólo puedo decir que tengo mucho sueño"
"Tal vez deberías dormir" sugirió el rubio analizando la situación "sabemos que la mayor parte de la reparación celular se produce durante el sueño, tal vez ese es nuestro catalizador"
"Es probable," Tom se frotó el mentón en actitud pensadora "traigamos la camilla"
Unos minutos después, en medio del laboratorio habían instalado una – no muy cómoda – camilla, con unas cuantas mantas, para que Darien, el sujeto de pruebas, pudiera dormir bajo la supervisión de ellos mismos. De no muy buena gana, el moreno accedió a dormir ahí en medio de todo, siendo observado a cada segundo; sabía que era por el bien de su tan ansiada investigación. Luego de conversar unos segundos, y ser regañado por los chicos, Darien se rindió finalmente ante el sueño que lo consumía, y se quedó profundamente dormido. El par de amigos se quedó observándolo por unos minutos más y pronto se aburrieron de ver al moreno durmiendo cada segundo, así que se pusieron a jugar a las cartas, programando una alarma que sonara cada media hora, para ir a ver cómo estaba el conejillo de indias.
A la primera media hora no vieron nada diferente. A la segunda, les pareció que la piel de Darien estaba algo más clara, tal vez eso era un efecto secundario. Pero a la tercera media hora, el cambio era más notorio, Darien sin duda se veía más joven, como de unos 17 años tal vez. Andrew tomó nota feliz de lo observado, pero ante la sugerencia de Tom, decidieron esperar otra media hora más, para ver qué tanto podía cambiar, y estar seguros de que no era sólo su impresión, antes de despertar al moreno. Lo que ellos no anticiparon, fue que sus cuerpos estaban muy cansados como para esperar y no alcanzaron a durar media hora más; los dos amigos se quedaron dormidos sobre la mesa, las alarmas pasando desapercibida para ambos durante varias horas.
El primero en despertar fue Andrew, quien bostezando, estiró sus brazos para desperezarse, mientras trataba de asimilar dónde estaba y por qué no estaba despertando en su casa. Casi inmediatamente recordó que se habían quedado en el laboratorio, bostezó una vez más y miró el reloj en la pared, eran las 23:52 hrs., pensó volver a dormir y luego recordó a Darien, palideciendo inmediatamente al recordar las alarmas fijadas cada media hora, y que la última que habían escuchado había sido antes de las 21:00 hrs. Sin animarse a mirar la camilla que contenía al durmiente Darien, el rubio zamarreó frenéticamente a su compañero, quien aún dormía.
"¡Tom, Tom despierta!" la voz nerviosa del normalmente tranquilo rubio sonaba a desesperación.
"¿Qué demonios te pasa Furuhata?, déjame dormir" reclamó con voz soñolienta.
"¡Nos quedamos dormidos, son casi las doce!" le gritó.
Ante esa aclaración, el chico saltó de su asiento espantado, con los ojos grandes como platos.
"Diablos, eso no es bueno" pasó su mano por su largo cabello "¿ya viste a Darien?"
"No, me da miedo" confesó el rubio, sonando como una niñita asustada.
Tom gruñó y pasó por el lado de Andrew hacia donde estaba la camilla, pero se detuvo al ver que la silueta de Darien bajo las mantas se veía notablemente más pequeña que la que habían visto antes de dormirse.
"Em, ¿Andrew?" llamó tentativamente.
El rubio se acercó con los ojos medio cerrados, temeroso de ver lo que había sucedido con su amigo.
"Oh Dios" dejó escapar, al ver lo que su compañero le señalaba.
"¿Lo despertamos?" Tom se acercó un poco más dudoso.
"Ok, a la cuenta de tres" el simpático administrador del Crown respiró hondo.
"¡Al demonio!" Tom era un hombre de poca paciencia, sobre todo en situaciones como esta "Darien, despierta" movió al pequeño bulto oculto entre las mantas.
Unos segundos después vieron la, ahora pequeña figura de Darien removerse perezosamente entre las mantas, hasta que emergió de ellas un niño de unos 6 años de edad, una perfecta versión en miniatura de Darien, claro, porque lo era.
"¿Darien?" Andrew sonaba más que sorprendido.
"Hola Andrew," su voz sonaba extremadamente tierna "hola Tom"
"Em Darien… ¿ya notaste que eres un niño, verdad?" al chico de cabello largo le parecía extraña la tranquilidad de su amigo.
"¡Claro que soy un niño!" contestó como si fuera lo más obvio del mundo.
"Darien, ¿recuerdas por qué estamos aquí?" el mejor amigo del ahora niño frente a ellos tanteó el terreno antes de hacerle más preguntas.
El pequeño negó con la cabeza y se encogió de hombros "No me acuerdo"
"¿Cuántos años tienes?" aún le parecía extraño, algo no le cuadraba.
Darien mostró todos los dedos de una de sus manos y luego los contó en voz alta "Uno, dos, tres, cuatro, cinco," cambió su mirada desde su mano hacia los sorprendidos investigadores "cinco años"
"Ah, em… ¡Qué bien!" Andrew trató de disimular, ante la extraña mirada y el ceño fruncido del otro adulto presente "¿Nos esperas aquí un ratito, Darien? No toques nada"
El rubio le dedicó una sonrisa al pequeño, quien seguía en la camilla, y caminó en dirección a la puerta del laboratorio, empujando a un extrañadísimo Tom en el proceso. Ya afuera del laboratorio, Tom no hizo esperar a sus gestos de incredulidad, duda y desconcierto ante lo que había sucedido allí adentro.
"¡¿Pero qué demonios pasó?!" susurró en tono exaltado.
"No estoy seguro," Andrew lucía algo afligido "pero creo que convertimos a Darien en un niño de 5 años, en mente y cuerpo"
"Pero recordaba nuestros nombres" nada de lo que estaba sucediendo tenía sentido para el castaño.
"Creo que su memoria está intacta, excepto por las últimas horas" pensó unos segundos "tenemos que investigar más, pero tenemos que tener mucho cuidado"
"¡Demonios Darien!" gruñó Tom resignado.
Volvieron a entrar al laboratorio y vieron que Darien ya no estaba en la camilla donde lo habían dejado, sino que estaba sentado a la mesa en la que ellos se habían quedado dormidos hace unas cuantas horas, concentrado en uno de los cuadernos que había quedado encima.
"Darien ya volvimos" avisó Andrew, a Tom aún le costaba trabajo asimilar que su tan maduro amigo, ahora fuera un pequeño niño.
El niño se bajó con dificultad de la silla con el cuaderno en la mano y se acercó al par de jóvenes.
"Mira," le acercó el cuaderno al rubio con orgullo "hice un dibujo"
La cabeza de Tom estaba a punto de estallar, iba a entrar en un colapso nervioso de seguro, y miró a su rubio amigo con cara de pánico, el rubio le devolvió la mirada, pero su mirada demostraba mucha más tranquilidad.
"Muy bien Darien, te quedó muy bonito" tomó el cuaderno y le sonrió al pequeño, quien sonreía ampliamente al ver reconocida su obra de arte.
"¿Andrew?" Tom le susurró en un tono ahogado.
Pero antes de emitir cualquier tipo de respuesta, Andrew sólo le entregó el cuaderno y le hizo un gesto para que lo observara. Tom lo tomó no de muy buena gana y lo volteó para ver el dibujo, pero al encontrarse de frente a la creación del niño, su expresión demostró mayor incredulidad e incoherencia, si es que eso era posible. El dibujo que Darien había hecho en sólo unos minutos era nada más y nada menos que la fórmula química de la sustancia que ellos estaban desarrollando, claro, se veía poco un abstracto, pero era sin duda eso.
"¿Qué es lo que dibujaste?" el rubio parecía tener bastante psicología con los niños.
"Una molécula" contestó con simpleza.
"Ah, claro, claro" Andrew miró de reojo a su todavía sorprendido compañero "¿y sabes lo que es una molécula?"
"¡Por supuesto que lo sé!" el pequeño pareció ofendido por la pregunta "están muy raros hoy"
"Es que estamos cansados" se excusó nervioso.
"Sí, ya es tarde," Andrew miró el reloj, ya era casi la 1 am. "hoy te quedas en mi casa Darien, ¿qué dices?"
"¡Sí!" el pequeño lucía entusiasmado, pero sólo unos minutos después de subirse al auto de Andrew, se quedó dormido nuevamente.
"Esperemos que no siga achicándose mientras duerme" comentó preocupado Tom.
"Esperemos que no" el rubio se quedó pensativo.
"Oye," llamó la atención de su amigo "¿qué vamos a hacer con él?"
"Bueno, esta noche se queda en mi casa," volteó darle un vistazo rápido al niño durmiendo es su asiento trasero, vestía sólo la camiseta de Darien, que le quedaba gigante, y estaba envuelto en las mantas que le habían puesto a la camilla en el laboratorio "y vamos a tener que comprarle ropa de su talla"
"Yo puedo ir a comprar mañana" se ofreció Tom "pero, ¿qué haremos con él después"
"Um, mañana lo llevo conmigo al Crown y…" pensó unos segundos, parecía estar considerando una idea, pero no muy seguro "deberíamos avisarle a Serena, ella lo puede cuidar mejor que nosotros, por lo menos es mujer"
"Sí, creo que es buena idea" lo consideró mirando a Darien "sí, es lo mejor"
"Serena nos va a matar" un estremecimiento recorrió la espalda de Andrew en anticipación.
Así, el par de investigadores y su pequeño amigo fueron a descansar por lo que restaba de noche, ya mañana sería otro día y con suerte, tendrían a Serena de su lado.
Cap. 2: Serena, encogimos a tu novio.
A la mañana siguiente, Andrew despertó y levantó a Darien, quien seguía del mismo porte y al parecer de la misma edad, lo cual fue un alivio; por lo menos no había seguido encogiéndose durante la noche. Ya levantados ambos, el rubio preparó el desayuno y mientras se sentaban a la mesa a comer, el timbre del departamento sonó, anunciando la llegada del tercer implicado; Tom, quien antes siquiera de saludar a su amigo, preguntó lo que había estado temiendo todo el camino hasta la casa de Andrew.
"¿Siguió…?" el castaño hizo un gesto descendente con la mano para completar su pregunta.
"No, todo igual," el dueño de casa le guiñó un ojo y se apartó de la puerta "pasa"
"Traje el encargo" entró al departamento y vio a Darien jugando con su desayuno "hola Darien, te traje ropa"
"No me gusta la ropa" se quejó el niño con el ceño fruncido.
"Pero no puedes andar así" se rió el rubio, ya se estaba encariñando con el pequeño, lo extrañaría cuando volviera a la normalidad "además, hoy verás a alguien muy especial"
"¿A quién, a quién?" la curiosidad brotando de los poros del niño.
"Es una sorpresa" contestó rítmicamente Andrew "ahora ve a vestirte y a cepillarte los dientes"
Darien obedeció inmediatamente.
"¿Sabe vestirse?" Andrew se encogió de hombros ante la pregunta de Tom "entonces, ¿tú le dirás a Serena?"
"Sí, tranquilo" le restó importancia el rubio, Serena entendería de una u otra forma, y les ayudaría "lo más importante es que hables con el Dr. Chen"
"Claro," suspiró "él también nos va a matar"
Los dos suspiraron y bajaron la cabeza con resignación, debían asumir el error cometido, aunque Darien había sido el imprudente y nadie le diría nada a él… Las injusticias de la vida.
Unos minutos después, Darien volvió a la cocina totalmente vestido, aunque no muy prolijamente.
"Creo que tiene afectada la motricidad" pensó en voz alta el joven de pelo largo.
"Ven, déjame arreglarte" se agachó a ordenar las ropas de Darien y a atar los cordones de sus zapatillas "¡listo!"
Cuando ya todos estuvieron listos, los chicos salieron a cumplir sus misiones; Andrew en dirección al Crown, para más tarde hablar con Serena, y Tom hacia el hospital, a buscar al Dr. Chen, médico a cargo de la investigación que estaban realizando.
Cuando llegaron al Crown, Darien pareció olvidarse de todo y corrió felizmente hacia las máquinas, Andrew luego de arreglar todo lo necesario para abrir el local, le pasó unas cuantas fichas para que jugara, y con eso mantuvo al pequeño de ojos azules entretenido por gran parte de la mañana. El resto del tiempo Darien sólo se dedicó a seguir a Andrew a todos lados, como si fuera su cola. Ya alrededor del medio día, Andrew calculó la hora de almuerzo de Serena y la llamó a su celular, mientras Darien jugaba con la caja registradora.
"¿Aló, Andrew?" la rubia del otro lado de la línea sonaba algo extrañada de recibir una llamada suya.
"Hola Serena," los nervios hicieron al rubio dudar, pero no le quedaba otra alternativa "hey, me preguntaba si vas a pasar después de clases por acá"
"¿Al Crown? ¡Claro!" contestó, entusiasta como siempre "quedé de juntarme con Darien, ¿por qué?"
Una risa nerviosa escapó del rubio de ojos verdes "Ah em, nada, sólo que tengo que contarte algo"
"¡Ay, que curiosidad!" sonaba impaciente "paso inmediatamente después de clases"
"Es-está bien, nos vemos después, adiós" su voz tartamuda y acelerada cortó pronto la conversación, dejando a una Serena aún más curiosa y extrañada.
El rubio suspiró y trató de prepararse para enfrentar a Serena 'Dios, esto va a ser difícil'.
El tiempo transcurrió rápidamente y pronto eran casi las 15:30 hrs., por lo que Serena no tardaría mucho en llegar. Darien había estado sentado en un piso alto junto a Andrew tras la barra, haciendo dibujos en la libreta en la que el rubio anotaba los pedidos. Así estaban las cosas cuando la chica de coletas llegó a su tan querido Crown Center.
"¡Hola Andrew!" saludó alegre, automáticamente al pasar las puertas de vidrio.
"Hola Serena" el saludo de su rubio amigo no sonaba como el de todos los días.
Se acercó a la barra, con la intención de preguntarle a Andrew qué le pasaba, pero su atención se distrajo al ver al pequeño sentado junto a él, quien parecía estar concentradísimo en la libreta de Andrew.
"¡Pero qué niño más lindo!" el pequeño de cabellos negros le inspiró una tremenda ternura "¿Quién es?"
Y justo cuando Andrew iba a responder, Darien pareció reconocer la voz de Serena, saliendo de su estado de concentración.
"¡Serena!" sus ojos se iluminaron y se lazó a sus brazos, aún con la barra de por medio.
Serena lo recibió en sus brazos, pero disimuladamente le pidió explicaciones a Andrew, pues no entendía absolutamente nada, ¿cómo es que ese niño sabía su nombre?
"Serena," el rubio hizo una pausa y suspiró "él es Darien"
La expresión en el rostro de Serena fue monumental, una mezcla de incredulidad, miedo, y nerviosismo se apoderó por unos segundos de las facciones de la rubia. Luego dudó un momento y rió; por lo descabellado de la frase de Andrew, esto debía ser una broma. Pero, un momento, Andrew no se estaba riendo, de hecho, parecía afligido. '¿O sea que es verdad?' la mente de Serena gritó en pánico.
"¿Qué?" trató de sonar calmada, pero no tuvo mucho éxito.
El rubio sólo asintió con la cabeza, no le daba el valor para hablar.
A Serena aún le parecía una broma, así que, escéptica, separó un poco al pequeño de ella y lo miró con detención, examinando cada milímetro de su rostro.
"¡¿Darien?!" sus ojos eran inconfundibles, aunque ahora eran más grandes en proporción, y más transparentes en cuanto a lo que reflejaban.
Andrew vio a Serena casi sufrir un paro cardíaco de la impresión.
"¡¿Cómo demonios te convertiste en un niño?!" ahora la rubia sonaba molesta.
Andrew se sorprendió por la reacción de la chica y atinó, aunque algo tarde, a hacerle señas en silencio a la rubia para que dejara de regañar al pequeño. Pero fue demasiado tarde, los ojos del niño ya estaban brillantes con las lágrimas acumuladas. Serena ahora sí ya no entendía nada, pero se le partía el corazón de ver esa carita tan tierna llena de pena.
"Oh, no Darien, no llores" acarició con ternura su cabeza "no fue mi intención" le sonrió dulcemente "yo voy a hablar con tío Andrew, ¿sí?"
"Quédate aquí Darien, y no toques nada" advirtió Andrew, el pequeño sólo asintió obedientemente.
El rubio guió a su – no muy contenta – amiga hacia la bodega del local, para conversar más tranquilamente, o para darle la oportunidad a Serena de matarlo sin testigos, ¿ya qué más daba?
"Andrew…" hizo una pausa resoplando por la nariz "¿qué demonios le hicieron a mi novio?"
"Primero, fue él quien se ofreció" había que dejar eso en claro, ¿verdad? "y segundo, bueno em, ¿recuerdas el experimento en el que hemos estado trabajando?" Serena asintió impaciente con su cabeza, mientras daba golpecitos en el suelo con uno de sus pies "bueno pues, resultó" Andrew soltó una risa nerviosa "aunque al parecer se nos pasó un poco la mano con la fórmula"
"¿El experimento?" la respiración de la rubia parecía aún más agitada "¡¿Cómo se les ocurre experimentar con ustedes mismos?, ¿están locos?, ¿qué demonios estaban pensando?!"
"¡Fue idea de Darien!" se defendió el rubio.
"¡Pero ustedes podrían haberle dicho que no!" rebatió de vuelta "¿y ahora qué hacemos?, ¿cómo lo volvemos a la normalidad?"
"Em, este… se supone que el efecto se pasará solo" intentó sonreír, pero por la expresión de Serena, al parecer no era una buena idea "dentro de una semana"
"Oh, Dios" suspiró la rubia paseándose por el lugar "¿y qué es exactamente lo que pasó?, ¿volvió en el tiempo, se encogió, lo trajeron del pasado…?"
"Aún no estamos muy seguros, pero creemos que su mente y su cuerpo volvieron a ser los de un niño de 5 años" explicó "pero conserva sus recuerdos, casi intactos, sólo que afectados por su perspectiva de niño"
"¿Cómo el detective Conan?" a la rubia le costaba trabajo entender la condición actual de su novio.
"Em, no precisamente" se rascó la cabeza, era difícil explicarlo "Conan conservaba su edad mental intacta, Darien no"
"¿Entonces es como un niño común y corriente?" concluyó la chica.
"Sí, con la única excepción de que ayer era un adulto, y de que tiene mucho más conocimiento que un niño normal"
"Cuando vuelva a la normalidad se las va a tener que ver conmigo, ¡por irresponsable!" la rubia apretó sus puños.
Andrew rió nervioso nuevamente "Y había otra cosa de la que quería hablarte" miró a Serena, quien lo incitó a continuar "Tom y yo pensamos que… em, que… que sería mejor que tú lo cuides, ¿no crees?"
La cara de indignación de Serena no era un buen augurio, y Andrew volvió a hablar antes de que ella pudiera contestar cualquier cosa.
"Nos parece que Darien estaría mejor contigo; tú lo amas, él te ama" le sonrió tratando de convencerla "además tienes ese instinto maternal, ¡se te nota a leguas!"
Serena resopló una vez más, si Andrew no fuera su amigo, ya lo hubiera estrangulado con sus propias manos "Está bien, pero lo haré sólo por el pequeño Darien"
"¡Esa es la Serena que conozco!" el rubio sonrió aliviado.
"No tientes tu suerte Andrew," advirtió con mirada asesina "además, tú tendrás que cuidarlo en las mañanas mientras voy a clases"
"¡Hecho!" el amigable chico le extendió la mano para cerrar el trato. Serena la aceptó y supo que ya no había vuelta atrás, ¿en qué lío se había metido?
Luego de la conversación, lentamente los dos amigos caminaron de vuelta a la entrada del Crown, donde habían dejado al pequeño Darien, quien ahora estaba lavando unas copas de malteadas. 'Vaya, hasta de niño es maniático de la limpieza' pensó la rubia con ironía.
"Darien" la alegre voz de la rubia llamó su atención "¿quieres un helado?, tío Andrew nos va a regalar un helado a los dos, ¿verdad Andrew?"
Al rubio no le quedó otra opción; entre la mirada asesina de su rubia amiga, y la cara de felicidad de su pequeño amigo, no podía negarse.
"¡Claro!" el chico de ojos verdes fue a prepararles helado y volvió pronto con dos conos de helado de chocolate "Ahí tienen, que lo disfruten"
"Gracias, es mi favorito" contesto el pequeño entusiasmado, saboreando inmediatamente su cono de helado.
"Darien vamos a sentarnos allá, ¿sí?" Serena le indicó uno de las mesas, la que siempre usaba con sus amigas.
El pequeño asintió y Serena lo sentó junto a ella, era tan extraño ver a Darien así, tan pequeño, vulnerable, alegre y transparente, era totalmente una locura, pero aún así le estaba empezando a gustar la sensación, por fin podría ser ella quien cuidara de su amado, y no a la inversa.
"Oye Darien" el niño la miró con ojos alegres "¿Cómo sabías mi nombre?"
"Porque eres Serena" contestó con simpleza encogiéndose de hombros "tú eres la hermosa princesa y yo soy tu príncipe valiente"
Serena colapsó de ternura justo ahí, ¡podría comerse a ese bomboncito tan dulce y tierno!.
"Tienes razón, pero ese es nuestro secreto, no puedes contarle a nadie, ¿sí?" la rubia hizo un signo de silencio cómplice, cubriendo sus labios con uno de sus dedos, mientras el pequeño asentía obedientemente, mirándola con sus enormes ojos azules.
"¡Hola Serena!" la alegre voz de Mina la sacó de su conversación con Darien "Vaya, ¿quién es tu amiguito?"
Serena miró a su rubia amiga, sus otras amigas estaban ahí también, así que las saludó y les hizo un gesto con la mano para que se sentaran; lo necesitarían. Las chicas se sentaron, como Serena les indicaba, y la rubia trató de ordenar las ideas en su cabeza para explicarles la situación a las chicas.
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Error de calculo...
FanfictionDarien trabaja en un laboratorio con sus compañeros de trabajo emosionados y confiados de su trabajo pero lo unico k falta es provar en alguien su experimento no hay ningun vokuntario ¿alguno se ofrecera para ser de conejillo de india? ¿Saldra tan b...