"Chicas, él es Darien" soltó la noticia sin más preámbulo.
"¿Es… familiar de Darien?" Ami tenía una corazonada de que esto no era nada bueno.
"Em, no" Serena mordió su labio inferior "él es miDarien"
"¿Es broma?" la cara de Rei era bastante similar a la que Serena había puesto cuando se enteró.
La princesa de la Luna sólo pudo negar con la cabeza y ante la mirada curiosa de las chicas, ofreció darles una explicación más satisfactoria después.
"¡Pero qué ternura!" Mina sólo le veía el lado bueno al asunto.
"¿Y qué… qué… qué…?" Lita no puedo completar su pregunta, en verdad no sabía bien qué quería preguntar, había tantas interrogantes en todo esto.
"Darien se va a quedar conmigo, ¿no es verdad, Darien?" Serena le dedicó una sonrisa al pequeño a su lado.
"¡Sí!" contestó entusiasta.
"¿Y dónde se van a quedar?" preguntó preocupada Mina.
"Supongo que tendrá que ser en el departamento de Darien, no me lo puedo llevar a mi casa" Serena no había pensado mucho en eso, pero ahora que las chicas lo mencionaban, ¿cómo le iba a decir a su mamá que no estaría en su casa por toda una semana?
"Si quieres puedes decir en tu casa que te fuiste a quedar conmigo para…" Rei pensó unos segundos, golpeteando suavemente su mentón con sus dedos "¿para ayudarme con el templo?"
"Gracias Rei, creo que eso puede resultar" la rubia sonrió con gratitud.
"Serena ya me aburrí" el pequeño Darien estaba hundido en su asiento haciendo un puchero.
"¿Quieres dibujar?" Lita le ofreció un cuaderno y unos cuantos lápices, los que el niño aceptó sin pensarlo.
"No sabía que a Darien le gustaba dibujar" Serena pensó en voz alta.
"A todos los niños les gusta" la castaña se encogió de hombros.
La rubia se quedó pensativa por un momento, no se había detenido a considerar que no sabía prácticamente nada sobre niños, ¿cómo iba a cuidar sola a uno de cinco años? 'No importa, Darien es un niño tranquilo' se autoconvenció.
La tarde pasó tan tranquila como había estado hasta entonces, Rei había acompañado a Serena a su casa, para avisarle a los padres de la rubia que se quedaría una semana en su casa. La madre de Serena confiaba ciegamente en Rei, así que no hubo problemas con eso. Mientras tanto, las chicas habían estado en el parque cuidando al pequeño, quien seguía portándose de maravillas y tan tierno como había estado toda la tarde.
Cuando ya el atardecer comenzó a caer, Serena llevó al pequeño a su departamento y agradeció internamente que Darien le hubiese dado una llave hace algunos meses atrás. Entraron a la siempre pulcra morada del pelinegro y al parecer el niño reconoció inmediatamente su casa, pues ni bien había atravesado el umbral de la puerta, se dirigió como una bala hacia la cocina, y más específicamente, hacia el refrigerador. Abrió la puerta del gran electrodoméstico y fue alumbrado por su tenue luz, mientras buscaba en su interior algo con que llenar su pancita, pero luego de unos segundos de intensa búsqueda, notó que nada de lo que había allí estaba ya preparado, así que cerró la puerta, y con un puchero adornando su boca, miró a Serena con tierna impaciencia.
"Serena, tengo hambre".
Cap. 3: No todo es color de rosas.
"Serena, tengo hambre" fue su simple declaración, mientras la observaba con su ceño fruncido, al parecer su humor no era de los mejores cuando tenía hambre.
"Bueno, déjame ver qué te puedo preparar" le seguía generando una inmensa ternura este Darien.
Serena buscó por toda la cocina algo que ella pudiera preparar, y lo único instantáneo que encontró fue un paquete de macarrones con queso, así que eso fue lo hizo, no se atrevía a cocinar de verdad sin supervisión, sabía que podía ser un verdadero peligro.
"Muy bien Darien, ya está listo" le sonrió depositando dos platos de macarrones sobre la mesa, ella también tenía un poco de hambre.
El pequeño se subió con dificultad a la silla y se sentó frente a su plato. Ya sentado, miró su comida y luego miró a Serena, que estaba sentada frente a él.
"Anda, come" la rubia volvió a sonreírle dulcemente, su pequeño Darien era tan tímido.
El niño obedeció y tomando su tenedor, cogió una buena cantidad del contenido de su plato, llevándoselo a la boca con algo de dificultad. Serena también empezó a comer, pero su atención volvió pronto al niño frente a ella, quien parecía tener la boca llena pero sin intenciones de tragar.
"¿Qué pasó?" la voz de la rubia sonó algo preocupada.
Darien pestañeó un par de veces con esos ojos grandes y tiernos, sin poder contestar con palabras.
"Traga" le dijo divertida, como recordándole que eso era lo que se hacía luego de masticar la comida.
Él la miró con no muy buena cara, pero obedeció.
"Sabe a quemado" se quejó con el ceño fruncido cuando su boca ya estaba libre de comida.
Esta vez fue Serena quien pestañeó unas cuantas veces, no dando mucho crédito a lo que oía. ¿Cómo iba a quemar los macarrones con queso?, ¡son instantáneos! Aunque pensándolo bien, sí tenía un poco de sabor ahumado, pero no era para tanto. 'Niño quisquilloso' pensó la rubia.
"Tal vez, pero tenías hambre, así que come un poco" la rubia siempre había detestado que criticaran su comida, aunque estuviera mala, así que se había molestado un poco.
"¡No quiero!" se cruzó de brazos y miró con recelo a Serena.
"Tienes que comer algo, Darien" Serena no podía creer que estuviera teniendo esta conversación con Darien, '¡Después de esta semana voy a necesitar un psicólogo!'.
"No, quiero chocolate" seguía con su postura entre hombre desafiante y niño caprichoso.
"No, ya te comiste un helado de chocolate, no más dulces por hoy" la rubia trató de agregarle autoridad a su voz, ya casi sonaba como su mamá.
"¡Pero quiero chocolate!" repitió, subiendo un poco el volumen para hacerse escuchar.
"No es no, Darien" se levantó de la mesa, recogió los platos y volvió a hablar "y si no vas a comer más, ve a lavarte los dientes para ir a dormir"
La rubia se dirigió a la cocina a lavar lo que habían ensuciado, tratando de no prestar atención a los incesantes reclamos y lloriqueos por parte del pequeño Darien; ya estaba molesta y no quería que el pequeño berrinchudo terminara por colmarle la paciencia.
Y al parecer su técnica resultó, luego de un rato de ser completamente ignorado, el niño de cabellos azabache fue a lavarse los dientes, como ella le había mandado, pero no sin antes hacer saber su molestia por no ser escuchado.
"Serena tonta, ya no te quiero" fue lo que dijo antes de salir del comedor.
La rubia suspiró. Ya se le pasaría, ¿verdad?
"¿Darien, ya estás listo?" preguntó acercándose al baño, luego de haber dejado todo tal como lo habían encontrado cuando llegaron.
El niño estaba terminando de lavarse meticulosamente los dientes, pero no contestó.
"Bien, porque ahora tienes que bañarte" informó.
"No me sé bañar solito" murmuró entre dientes.
'¿Pero qué demonios?, ¿no se supone que tiene los recuerdos de Darien, de mi Darien?' se quejó la rubia en su propia mente 'estoy segura de que Darien sabía bañarse perfectamente solito'.
"Bueno, yo te ayudo" contestó resignada.
La chica le preparó la tina al pequeño y buscó entre las cosas que Andrew le había entregado, un pijama para ponerle luego del baño. Lo ayudó a desvestirse y lo metió al agua tibia que había preparado.
'Y pensar que es la primera vez que veo a mi novio desnudo' suspiró ante la ironía de la situación, algún día Darien y ella se reirían de esto. Bueno, tal vez se reiría más ella, tenía bastante material para molestarlo de por vida, y aún no llevaba ni siquiera un día completo con él.
"Parece que te gusta bañarte" le comentó mientras lo jabonaba.
Él sólo asintió, concentrado en sus juegos con el agua de la tina, Serena supuso que seguía taimado por lo del chocolate, pero no le dio importancia, ya se le pasaría.
El baño siguió en silencio y terminó con un Darien limpio y seco, pero con una Serena totalmente empapada gracias a los juegos del pequeño en la bañera.
"Ya, ahora sí a dormir" le dijo cansada "ve a la cama, yo voy en seguida"
El niño se dirigió directo a su pieza y saltó sobre la gran cama de dos plazas. Serena llegó sólo un rato después, luego de dejar seco el baño, y el pequeño se metió entre las sábanas. La rubia lo arropó bien y lo miró unos segundos, al parecer tenía sueño, pues sus párpados se movían cada vez más lento, cayendo poco a poco, mientras él trataba de resistirse.
"¿Quieres que te lea un cuento?" ofreció la rubia, no muy segura de cómo era la rutina de irse a dormir para los niños.
"No, yo ya estoy grande" replicó orgulloso él.
"Está bien, que tengas buenas noches" besó su frente con ternura, a pesar de todo, era un niño adorable y era el hombre que más amaba en el mundo "voy a estar en el cuarto de invitados si es que necesitas algo"
El pequeño la miró con una expresión que ella no supo descifrar, así que sólo le sonrió y salió de la habitación apagando la luz.
Serena se dirigió a donde le dijo al pequeño que estaría, al cuarto de invitados. Ahí se puso a arreglar la cama para poder dormir en ella; Darien no recibía muchas visitas que digamos, así que la pieza no estaba en las mejores condiciones para recibir a alguien. Luego de terminar su trabajo con el acondicionamiento de la que, por esta semana, sería su habitación, se permitió un momento de descanso, sentándose sobre la cama; esto de jugar a la mamá la había dejado agotada. Ahí, sentada, se puso a analizar todo lo que había pasado durante ese día, cómo todo había cambiado de un momento a otro, aunque fuera un cambio de sólo una semana, pensó en lo diferente de su dinámica con Darien antes y después de este día, pensó en cómo este pequeño Darien representaba lo más hondo del ser de su Darien. Y con su mente navegando entre un mar de ideas e inquietudes, sin darse cuenta, se dejó vencer por el sueño, tendida sobre la cama.
Así fue como el pequeño del cabello azabache la encontró, durmiendo con ropa sobre las cobijas. Darien la miró como inseguro, pero no lo dudó mucho, y movió repetidamente el brazo de la rubia para despertarla y llamar su atención. La chica despertó casi al instante y con ojos algo perezosos, miró la pequeña figura parada frente a ella.
"Darien, ¿estás bien?, ¿qué pasó?" se restregó los ojos para ver mejor al niño.
"No puedo dormir" dijo en un susurro, como avergonzado de recurrir a ella, 'incluso de pequeño es orgulloso' pensó la rubia.
"Está bien, puedes dormir conmigo" se levantó, tomó al pequeño para subirlo a la cama y lo dejó ahí por unos minutos, mientras ella se ponía algo más cómodo para dormir. Cuando volvió a acostarse, Darien ya estaba profundamente dormido "Dulces sueños, mi querido Darien" acarició su cabello susurrando y se dispuso luego a dormir ella también.
La mañana siguiente, Serena despertó algo desorientada por el cambio de escenario, pero pronto volvió a la realidad al darse cuenta que estaba más que atrasada para la escuela, como siempre. La rubia se levantó y comenzó a correr de un lado para otro, tratando de alcanzar a hacer todo en tiempo récord para evitarse el castigo de tener que quedarse después de clases por haber llegado tarde a la escuela. Por suerte, justo cuando estaba a punto de volverse loca con tanto quehacer, el sonido del timbre anunciaba la llegada de Tom, quien por lo menos se encargaría del pequeño.
Serena terminó de alistarse, se despidió del pequeño con un beso en la frente y salió corriendo hacia el colegio, llegando milagrosamente justo a tiempo.
La mañana se le hizo eterna entre lo aburrido de las clases y el hambre feroz que tenía por saltarse el desayuno, así que fue enormemente feliz cuando por fin llegó la hora del almuerzo. A penas pudo tomó la bolsa de su almuerzo y corrió a reunirse con las chicas, quienes la esperaban en el lugar de siempre. Se saludaron e intercambiaron unas cuantas palabras mientras Serena se sentaba y sacaba su almuerzo, y pronto la conversación llegó al tópico obvio.
"¿Cómo van las cosas con Darien?" Ami no preguntaba por curiosidad, era sólo que le preocupaba todo el tema del experimento fallido.
La rubia suspiró "Es extraño todo" contestó al tiempo que una luz blanca la encandilaba.
"Ha estado haciendo eso toda la mañana" comentó a modo de explicación Lita con tono cansado.
"¿Qué?" se quejó Mina encogiéndose de hombros "sólo quiero capturar nuestros momentos en fotografías"
"Pero no tiene que ser cada momento, Mina" Lita rodó los ojos.
"Hm," la rubia adoptó una pose de pensadora, sobándose la barbilla "tienes razón, debería guardar las baterías para lo que realmente quería capturar"
"¿Y qué es lo que querías capturar?" Ami sospechaba que se arrepentiría de preguntar.
"Al pequeño Darien, por supuesto" lo dijo emocionada, pero como si fuera lo más obvio del mundo.
"¿Por… por qué?" Serena frunció el ceño extrañada.
"Bueno, supuse que tal vez cuando Darien vuelva a la normalidad, no va a recordar nada de esto, así que me propuse tomarle fotos para tener pruebas cuando él no nos crea"
"Mina, es una excelente idea" una enorme sonrisa atravesó el rostro de la rubia de coletas, mientras pensaba en lo mucho que se burlaría de Darien con esas fotos, en un futuro no muy lejano.
Cap. 4: Intentos.
Después de clases, y aprovechando que Serena no tenía que quedarse castigada, las chicas caminaron juntas hasta su típico lugar de encuentro, el Crown. Ahí las esperaba Rei, quien sentada frente a Andrew en la barra, alborotaba distraídamente los cabellos del pequeño pelinegro sentado junto a ella. Una sensación de posesividad se elevó por un segundo al interior de la rubia de coletas, pero pronto lo dejó ir, era Rei y además el pequeño Darien era tan tierno que era imposible ser inmune a sus encantos. Ahora si hubiese sido el verdadero Darien… ¡uf, ni Luna se salva!
"Hola chicos" la siempre alegre voz de Mina llamó la atención de los tres, sobre todo la de Darien, quien se volteó rápidamente en busca de su adorada Serena.
"¡Serena!" de un salto el pequeño se bajó de su asiento y corrió para abrazar a la rubia.
La chica lo recibió en sus brazos y los alzó, mientras Mina aprovechaba el momento para sacar unas cuantas fotos para la posteridad. Rei le dirigió una mirada cuestionante a las chicas respecto a la cámara y Lita movió una de sus manos frente a ella en signo de desdén murmurando "Larga historia".
Poco después de eso, y tras conversar unos cuantos minutos con Andrew, las chicas y el pequeñín fueron a sentarse a su lugar habitual, a esa mesa que sabía todos sus secretos. Comieron y conversaron como de costumbre, mientras el pequeño Darien dibujaba en un cuaderno, sentado justo al lado de Serena.
"Oye Serena, ¿y qué piensas hacer si Darien se queda así para siempre?"
"¡Mina!" amonestó Ami, aunque ella también había estado considerando esa posibilidad.
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Error de calculo...
FanfictionDarien trabaja en un laboratorio con sus compañeros de trabajo emosionados y confiados de su trabajo pero lo unico k falta es provar en alguien su experimento no hay ningun vokuntario ¿alguno se ofrecera para ser de conejillo de india? ¿Saldra tan b...