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"¡Bombón!" mientras seguían conversando se escucho una familiar voz detrás de ellos.
Serena volteó "¡Seiya!" Ambos se abrazaron, mientras un Darien no muy contento los miraba con recelo.
"Bombón, ¿cómo has estado?" la tomó por los hombros, mirándola con cariño, hecho que no pasó desapercibido para Darien "hace siglos que no te veía"
"Ha estado bien" fue el pequeño quien contestón en un tono cortante.
"¿Y este niño?" recién en ese momento Seiya notó el chico tomado de la mano de su bombón "si no conociera a Darien pensaría que es su hijo, ¿no lo es, verdad?"
"No, es un primito de Darien que está de visita" Serena rió nerviosa "¿verdad que es un encanto?"
"¿Y quién eres tú?" el niño sonó descortés, y era esa precisamente su intención; él sabía perfectamente quién era Seiya. Serena lo miró con cara de reprimenda.
"Él es mi amigo Seiya" fue la rubia quien contestó, dándole un apretón a la mano del pequeño para que se comportara.
"¿Y por qué te dice bombón?" haciendo caso omiso de las insinuaciones de la chica, el pequeño no preguntó, sino que exigió.
"Vaya, hasta en eso se parece a tu noviecito" dijo con tono burlesco el músico "parece que los Chiba son posesivos por naturaleza"
"Serena ya me aburrí" el niño cortó la conversación, sin dejar de mirar fijamente al chico de pelo largo, su actitud era desafiante.
"Bueno Seiya, fue un gusto verte" la rubia hizo fuerza para evitar que el pequeño que tiraba de su mano la moviera de su lugar "pero este niño" le dio un tirón a la pequeña mano para que se quedara quieto "parece que está algo cansado"
"Hasta pronto bombón" le hizo seña con la mano mientras ella era llevada por el pequeño, quien al escuchar el apodo se volteó y le sacó la lengua, no sin llevarse un reto por parte de Serena. Seiya miró algo extrañado la imagen que hacían ambos y siguió su camino.
Darien continuó tironeando de la mano de Serena y en muy poco tiempo llegaron a su departamento.
"¿Bueno y a ti qué te pasa?" Cuando entraron al departamento Serena se sentó en uno de los sillones y atrajo a Darien con su mano para que quedara frente a ella "fuiste muy descortés con mi amigo Seiya"
"Es un tonto" se encogió de hombros, pero rehuyó la mirada de la rubia "y te dijo bombón"
"No seas celoso" besó su nariz y sonrió, le parecía adorable que fuera celoso aun teniendo cinco años "tú sabes que eres mi único príncipe"
Ding – Dong. El timbre sonó apenas Serena había terminado de hablar.
"¡Yo voy, yo voy, yo voy!" el pequeño se soltó de la mano de Serena y corrió hacia la puerta a abrir. La chica lo siguió para ver quién era.
Un click y un flash fue lo primero que los saludó al abrir la puerta.
"Mina, deja de sacar fotos" Serena cerró los ojos como reflejo por la fuerte luz que la encandiló tan sorpresivamente y se apartó de la puerta para que sus amigas pasaran.
"Me lo vas a agradecer después, Serena" Mina y las demás chicas se abrieron paso hacia el living y pronto llenaron el departamento.
"Serena, hoy vinimos a ayudarte" anunció Rei con sus manos apoyadas a cada lado de la cintura.
"Trajimos comida" Lita sonrió enseñando un bolsa llena de recipientes con comida.
"¡Comida!" Darien saltó emocionado y las chicas se miraron entre ellas, un toque de culpa asomando en sus miradas, pero pasó desapercibido para la despistada rubia de coletas.
"Gracias por venir chicas" le sonrió a sus amigas y tomó la bolsa que Lita le ofrecía, sacando de ella uno de los pocillos para el pequeño que parecía estar hambriento "Darien, dale las gracias a las chicas"
"Gracias chicas" repitió en tono obediente y con una gran sonrisa. Las chicas no pudieron evitar derretirse ante la ternura del pequeñín.
"Qué ternura, ¿verdad?" el comentario provino de Ami.
"Sí, cuesta creer que es Darien" la chica del cabello azabache se rió, a pesar de la mirada de Serena.
"Sólo porque tú no conoces su lado tierno" la rubia le sacó la lengua.
"Bueno, ¿por qué no comemos algo de lo que trajo Lita?" Mina rió algo nerviosa mientras intentaba cambiar el tema.
Las chicas estuvieron de acuerdo y se sentaron en el suelo, alrededor de la mesa de centro. Comieron, conversaron y rieron por un buen rato, mientras Serena mantenía su vista y su atención dividida entre sus amigas y el pequeño que corría de allá para acá, saltaba, jugaba con los cojines de los sillones, gateaba bajo las sillas, entre muchas otras entretenciones que encontraba a cada segundo. El problema es que la atención de Serena no es algo que ella pudiera controlar muy bien, así que cuando Lita les contó sobre el nuevo chico que la había invitado a salir, el niño desapareció de la mente de la rubia y no volvió a recordarlo por una buena media hora.
"Chicas, ¿y Darien?" Ami miró a todos lados y preguntó, luego de que Lita contara todos los pormenores.
"Ya es un poco tarde, tal vez se fue a acostar" la diosa del amor y la belleza bostezó cubriéndose la boca con su mano.
"No," Serena frunció el ceño "no se acuesta solo"
Dicho eso, se levantó y fue directo a la pieza del moreno. Abrió la puerta y ahí lo encontró, la habitación estaba hecha un desastre y el niño saltaba alegre y vigorosamente sobre la cama.
"¡Darien," llamó su atención con voz firme "baja de ahí ahora mismo!"
El pequeño detuvo sus saltos un momento, la miró y siguió en su entretenida tarea de saltar como un conejo.
"Darien ya es tarde, tienes que irte a la cama" lo regañó tal y como su madre la regañaba cuando era pequeña.
"Ya estoy en la cama" contestó burlándose.
'Uugh, Serena cuenta hasta diez' se dijo a sí misma.
"Tienes que acostarte" volvió a intentar "a dormir" agregó antes que el pequeño saliera con otra de sus ocurrencias.
"No quiero, no tengo sueño"
"Darien, baja ahora mismo de esa cama o te voy a bajar yo" la paciencia se le estaba drenando poco a poco.
"¡Entonces atrápame si puedes!" Darien siguió saltando sobre la cama, pero ahora de un lado a otro, mientras la rubia intentaba alcanzarlo, fallando en cada intento.
"Darien, no estoy bromeando, me voy a enojar si no obedeces"
Como respuesta el niño sólo le sacó la lengua y de un salto se bajó de la cama y corrió hacia el living, con una Serena bastante molesta persiguiéndolo torpemente. Pero para suerte de Serena, y mala suerte del pequeño, Lita se dio cuenta de la persecución y le bloqueó el camino al travieso Darien.
"¿A dónde crees que vas, eh?" la imagen de la castaña, con los puños sobre las caderas, realmente era intimidante para un niño que no le llegaba ni a la cintura.
"Al fin te tengo, mocoso malcriado" lo tomó por la muñeca y sonrió "Gracias Lita"
Darien bufó mientras la rubia comenzaba a llevarlo hacia el dormitorio, pero un familiar beep llamó la atención de ella y del resto de las chicas. Serena frunció el ceño, llevándose una mano al bolsillo para sacar el comunicador que traía guardado.
"Es Luna" comentó con voz queda. Las chicas la miraron con expresión preocupada, mientras ella contestaba la llamada "¿Luna, qué pasa?"
"Serena hay problemas"
Cap. 6: Héroesy villanos.
La llamada de Luna alertó los sentidos de las demás sailors, quienes miraban y oían atentas la conversación que mantenía su líder con la felina, conteniendo el aliento; hace tanto que no recibían este tipo de llamadas, que por un momento esperaron que todo fuera mentira, o una mala broma de la gata, pero sabían que eso era imposible. La mirada de las cuatro chicas se posaba atentamente sobre su rubia amiga, buscando cualquier indicio en su rostro que les ayudara a saber qué era lo que estaba pasando, hasta que escucharon el click que indicaba que la llamada había finalizado, y que pronto tendrían los detalles que estaban esperando.
"¿Serena?" Mina pronunció su nombre de forma tentativa.
"Apareció un nuevo enemigo," Serena parecía un poco fuera de sí, como si aún no procesara lo que estaba pasando, hace mucho tiempo que su mundo estaba en paz y había tenido la esperanza de que todo siguiera así por mucho tiempo más "hay monstruos en el centro comercial"
"¿Qué vamos a hacer?" preguntó una pensativa Rei.
"Tenemos que transformarnos e ir de inmediato" la respuesta de la rubia sonó aún algo ausente.
"¡Eso ya lo sé tonta!" Rei acomodó sus manos empuñadas sobre sus caderas con gesto altanero "¿Qué haremos respecto a él?" con un movimiento de su mentón señaló al pequeño, quien gracias a la tensión del momento se había quedado quieto y tranquilo junto a Lita.

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