2 de febrero

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Desperté a las 4:00 am. Miré el techo y luego cogí el móvil.

Abrí su chat y busqué la primer conversación que tuvimos... Dios, era tán doloroso

*En el chat*

Oye tengo una duda
¿Puedo?

Claro

Porque si desde la primera kermesse te guste no me habías dicho nada?

Por que me daba miedo

Miedo de que?

De que me rechazaras
O me dejaras de hablar

Porque pensaste eso?
Si tu supieras lo maravillosa e increíble que eres no tendrías miedo a nada ni nadie

*Fuera del chat*

-Joder... Dije mientras arrojaba mi móvil al otro lado de la habitación.

Por Dios... No podía seguir con ésto, tenía que salir de ésto, costara lo que costara, aunque ¿cómo podría hacerlo si me mantenía tan aferrada a él?
Como era muy pronto decidí seguir viendo algunas cosas, como nuestras fotos, los comentarios en las miles de publicaciones que nos hacíamos mutuamente, conversaciones, etc. Hasta que llegó la mañana, y como era de suponerse, nuevamente a clases, a poner una cara bonita y simular mi desastre emocional, así que me arreglé un poco más que los días anteriores, salí de casa y me fui a la escuela.

Al llegar allá quise mantenerme distante de todos.. Sólo para que no me miraran de serca, pues si lo hacían de lejos no notarían que en realidad me encuentro un poco mal.

-¿Cómo estás niña? -Preguntó una voz reconocida, aunque distorsionada por el ruido de mi música.
-Súper bien - dije sin levantar la vista pero poniendo pausa a la música
-Iremos a almorzar, ¿gustas ir? -Dijo tomando mi mano

Voltee a verlo y casi de inmediato volví a bajar la vista.

-Yo creo que no Camilo, no traje dinero y tampoco tengo mucha hambre -Dije mirándolo lo menos posible.
-¿Estás segura? Te vez pálida -dijo un tanto preocupado
-No te preocupes... Enserio no pasa nada, igual ya desayune en mi casa, y lo pálida... Bueno debe ser el frío o algo
-Está bien, si cambias de opinión sólo llámanos
-Claro.. Te lo agradezco

Era la primera vez que me invitaban a algún lado.. Al parecer mantenerse distante te hace parecer interesante, de nuevo puse mi música, y decidí que escribiría algo.

Mi vida.
Así solía llamarlo.
Lo consideraba mi todo.
Mi mundo entero.
Se fue.
Sin previo aviso.
Sin un engaño.
¿Extrañarle? es mi condena.
¿Y llorarle? Un castigo.
Aún leo nuestras conversaciones.
Y derramo lágrimas con ello.
Anhelo dejar de extrañarle o a menos dejar de llorarle.
Sé que me hago daño.
Pero éso no importa porque.
Necesito un abrazo grande y fuerte.
Como los que él me daba.
Y porque no, también un beso en mi frente.
Con esa hermosa mirada que lo acompañaba. Haciéndome sentir tranquila, especial y segura.

Decirte adiós (74 Días Sin Tí)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora