Febrero 5 (Quisiera Decile TE AMO)

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Los grillos aún se escuchan claramente, todo sigue en completa calma, me siento cansada y con falta de sueño, estoy temblando de frío y no deseo moverme.
Mi pequeña perrita me observa... Sabe que algo no está del todo bien, de hecho, me olfatea mucho, supongo que debe pensar en que algo le sucede a su humana.

Sabía que estaba incompleta pero me sentía renovada, ésta vez no quería llorar, ni siquiera quería pensar en él... Ésta vez era sólamente yo.

Miro a mi alrededor e intento descifrar el pergamino de mi mente, me encuentro confundida, e intento pegar las piezas, ¿de verdad ya estoy bien? Apenas ayer le lloré y hoy... ¿Hoy ni siquiera le pienso involuntariamente? Tampoco tengo el deseo de coger el móvil y ver si está para mí, ¿será que al fin superé todo?

Hoy no siento pánico, no tengo tristeza, pero tampoco me siento bien, ni mucho menos me encuentro felíz, en realidad, es como si no sintiera nada.

Me predispongo a levantarme de la cama, a pesar de que es temprano para levantarme e ir a la escuela. Aún así, me levanto de ésta y decido comenzar a arreglarme; siento un mareo que hace que pierda el equilibrio y caigo en seco en la cama nuevamente, tomo mi tiempo para reincorporarme, inhalo y exhalo varias veces para oxigenar mi cerebro y mantenerme a flote, pero nuevamente el mareo hace que toda mi habitación de vueltas, trato de analizar si lo que está pasando es un reflejo de mi cuerpo o es simplemente un sismo, pero al observar detenidamente el foco y el vaso de agua que tengo sobre la mesa, me doy cuenta de que evidentemente soy yo.

No tomo mucha importancia a lo que me está pasando, a penas tenía dos días que no bebía mis vitaminas, no podían afectar tan rápido, al fin continúo con mi mañana, y sin darme cuenta, de un momento a otro ya estaba a punto de salir de casa.

Nuevamente en el Colegio sentí un mareo, ésta vez pasó frente a aquél chico que me había estado cuidando éstos últimos días.

-¿Estás bien? - dijo sosteniendo mi mano
-Sí, es la tercera vez en ésta mañana, pero me encuentro bien -le digo tocando mi frente.
-Desayunaste algo, ¿cierto?
-Si, no debes preocuparte por mí
-Tienes anemia, ¿y no quieres que te cuide? -dijo mirándome tan serio como Richard Webber en Grey's Anatomy
-Enserio, estaré bien, hoy me siento muy felíz, lo juro- le dije por último y entré a mi sección.

Evidentemente la mañana transcurrió y las clases pasaron una por una, hasta llegar al final de éstas, no pasó nada significativo, o resaltante, de hecho había sido un día bastante aburrido, éso hasta que salí de clases.

Al salir de mi sección Gerardo estaba fuera de ella, me estaba esperando junto al médico, me miró y se levantó para tomar mi mano y llevarme hacia donde él.

-Si yo no lo traía, tú no irías -Dijo al mirar mi disgusto
-Gerardo, insisto, estoy bien, y en la mañana te lo dije
-Yo lo sé, y si estás bien no debes preocuparte porque te revisen un poco o ¿sí?
-No... Pero..
-Siéntate -Me quitó la mochila y se sentó a mi lado

El doctor checó mi presión y dijo que la tenía muy baja, platicamos un poco de mi Estado y luego se retiró

-Así que presión baja eh -dijo encorvando un poco la ceja mientras cruzaba sus brazos
-Estaré bien.
-Si sabes que puedes decirme lo que sea ¿no?
-Por supuesto que sí, es sólo que creí que hoy sería un buen día, y en realidad me frustra demasiado
-¿Qué pasa?
-A veces quisiera vengarme por todo lo que me a hecho sentir
-No debes hacerlo, eres mejor que éso
-Pero es que todo lo que a causado

Me alejéde él porque sentía un poco de angustia al hablar nuevamente del tema

-Imagina que yo soy él
-¿¡Qué!? ¿Estás loco?
-Quizás, pero te puede ayudar

Lo miré y me concentre lo más que pude, pero no podía mirarlo como miraba a mi lindo chico

-Estoy aquí, dime lo que quieras decirme
-No eres él- dije cerrando mis ojos y cerrando mis puños
-No, no lo soy, pero dime qué te frustra, y así podré ayudarte
-¿Ayudarme? Cómo carajos harás éso, ¿harás que regrese?
-Perdonalo, él también sufre
-Claro que no, él lo quería así
-Sé cuánto te duele
-¿¡TÚ SABES!? ¿Sabes todo? -dije gritando
-Creeme lo sé
-Tú no sabes, las interminables veces que yo le grité a Dios que por favor lo devolviera. No sabes cuántas veces le dije que si era para mí lo evolviera ya, o que si no, simplemente lo borrara de mí mente, no lo sabes joder! -Dije gritando, llorando y golpeando a aquél chico, que aunque no era Jorge, simulaba que lo era sólo para que yo pudiera sacar todo lo que sentía en aquél momento, sólo para no dañarme y tampoco dañar a Jorge, pues como ése chico me lo dijo, no tenía porque vengarme....
-Tú no lo sabes joder... No lo sabes- dije por último callendo al piso, mientras Gerardo me sostenía para no caer por completo
Yo quisiera, de verdad tan sólo quisiera tenerlo de frente en éste momento, quisiera... Que me viera, que me obsérvase y se diera cuenta que sigo expuesta ante él, quisiera que puediera ver que soy vulnerable, que sin él no vivo... Quisiera poderle decir un "TE AMO" desde lo más profundo de mi corazón, porque joder, enserio lo amo, y lo eh amado como nunca eh hecho con nadie

Decirte adiós (74 Días Sin Tí)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora