CAPÍTULO XV

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Observó desde su auto, a una bonita rubia, ser tomada de la cintura por otro tipo, mientras ambos reían y la ayudaba a mantenerse en pie. Por lo que parecía, él le estaba enseñando a patinar.

O pura excusa para tocarla.

Frunció el ceño, molesto, y detuvo su auto, esperando a ver que ocurría, hasta donde llegarían. Liam podía ser muy egoísta si se lo proponía, y esa chica de ahí, era suya.

Ambos se sentaron en una banca, y Jasper sonrió, agachándose para ayudar a Madison a quitarse los patines.

—N-No hace falta, yo podía sola.

—Pero si tampoco me molesta, además no tiene nada de malo —sonrió mientras le sacaba uno, y le alcanzaba su zapato—. Oye Maddie, sé que nos conocemos desde hace muy poquito, y te puede sonar extraño, pero en unas semanas, viajaré con una de mis hermanas a visitar a unos amigos.

—Ah —Pronunció sorprendida, sin comprender a que se refería.

—Y si a ti te parece, podrías acompañarnos, claro, sin necesidad de que pagues nada. Podría llevarte al refugio de Noah, después de todo, iría a visitar a los nietos de él.

—¿Hablas e-en serio? —preguntó sorprendida, emocionada—. ¿T-Tú harías eso por mi?

—Por supuesto que sí, bonita —le aseguró con una suave sonrisa—. Faltan unas tres semanas, así que tienes más que tiempo para analizarlo, hablarlo con tu amiga, y decirme que harás.

—Me encantaría, pero es mucho dinero —pronunció bajo.

—Maddie, si es el dinero lo que te preocupa, yo puedo dártelo, o tómalo como un préstamo que tú puedes devolverme cuando tengas trabajo —le dijo tomando una de sus manos, sonriendo—. Y si tampoco te convence, puedo comunicarme con alguien directo que trabaje en la parte de la administración, y lograr que te envíen ambos pasajes, si eso te tranquiliza más.

—¿Y ellos lo harían?

—Así es, Noah brinda asilo a todos los androides, cyborg y humanos artificiales que existan, no importa en que lugar del mundo estén, los gastos corren por cuenta de su fundación. Allí tendrás todo solventado, incluso la estadía.

Liam estuvo más de media hora en su auto, esperando con fastidio a que ese tipo se fuera, y cuando vio que se estaban despidiendo, bajó, dirigiéndose al edificio de Madison.

Se fue directo a su departamento, sabía que en aquella hora, Clara trabajaba, así que no estaría para interrumpir.

La joven rubia subió las escaleras con una gran sonrisa, emocionada por contarle a su amiga cuando regresara, que quizás ya había encontrado la forma para viajar al refugio. Además, llevaba en una de sus manos una bolsa blanca, donde estaban los patines que Jasper le había regalado.

Su sonrisa se borró lentamente al ver a Liam parado frente a su puerta. ¿Por qué él siempre le hacía eso? ¿Por qué cuando Jasper llegaba a mejorar sus días, él encontraba la forma de afligirla?

—¿Ahora trabajas particular, Madison? Veo que no has perdido el gusto por los tipos de dinero —pronunció con rabia aquellas palabras hirientes—. ¿Cuánto llevas viviendo aquí? Que rápido te has encontrado con el pendejo con más dinero del país.

—No sé de que hablas, y me ofendes que pienses algo así de mi.

—A juzgar en donde te conocí, no debería hacerlo.

—Liam —murmuró con los ojos llenos de lágrimas.

Miró hacia abajo, y pasó por su lado, dispuesta a entrar a su casa, y evitar verlo.

La tomó de uno de sus brazos, y suspiró.

—Lo siento preciosa, es que... No puedo controlarme si veo a otro contigo, tú sabes lo que me gustas.

Negó con la cabeza, y buscó soltarse de su agarre, pero él sólo apretó más sus dedos.

—Suéltame por favor, no quiero verte.

La soltó, y cuando ella abrió la puerta para entrar, el moreno también lo hizo. No se alejaría tan fácilmente de él.

—Quiero estar sola, por favor, vete —le pidió suplicante, sollozando.

Sonrió suavemente, y la tomó del rostro, secando sus lágrimas.

—Eres tan linda, tan hermosa —le dijo mirándola a los ojos—. Como esas muñecas antiguas de porcelana.

—Dices cosas hirientes.

—Soy un estúpido.

—Me dejaste en visto, hace más de una semana no sabía nada de ti.

—Estuve ocupado.

—¿Tanto que ni un mensaje podías enviar?

—Sí, soy una persona muy ocupada.

—Liam, en serio quiero que te vayas.

—Si vamos a decir que queremos en serio en este momento, yo besarte —sonrió divertido, acercando sus labios a los de ella—. ¿Me negarás eso?

—S-Sólo quiero que-

—¿No me extrañaste, Maddie? —la interrumpió rozando sus labios, en un tono ronco—. He pensando cada noche en ti.

—¿En serio? —preguntó sorprendida, emocionada, sintiendo como sus pulsaciones se alteraban.

Como su cuerpo entero reaccionaba a él.

—Sí, hermosa —le dijo uniendo sus labios, en un suave y sensual beso, tomándola de la nuca con una de sus manos, abrazándola con su brazo libre.

-o-o-o-o-

—Daddy, I want to eat ice cream —le dijo su pequeña niña, mientras jugaba con su oso.

—Bien, sólo déjame ver donde puedo estacionar.

—Daddy, do you like the peach?

—¿Q-Qué? ¿De dónde diablos sacaste eso?

—¿Qué?

—¿Cómo que si me gustan las perras? Agustina, hay cosas que tú-

—¿Perras? Papi, I said peach, the fruit —pronunció confundida.

—Oh Dios, que imbécil —se dijo así mismo riendo—. Olvida lo que dije cariño, ¿Y que fruta es la bitch?

La niña lo miró curiosa, y rio bajo, tapándose la boca con las manitos, negando con la cabeza.

—No Daddy, is Peach, with p.

—Si me entiendes perfectamente cuando te hablo, ¿Por qué me contestas en inglés eh? —le dijo divertido, girándose para verla—. Sabes que soy un bruto cariño, a tu padre le cuesta mucho esto.

—Lo siento —murmuró mirando hacia abajo—. Para mí, es... Easier to speak English.

August suspiró frustrando, y asintió con la cabeza.

—Okay honey, let's go —le dijo desabrochándole el cinturón de seguridad—. Pediremos un helado de "pich", espero la empleada hable inglés, o al menos tenga idea de que es eso.

—Use the translate —propuso la niña, tomando la mano de su padre.

—Sí, es buena idea también.

...

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