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Tal y como lo sospechó Joe, bastó solo un par de días para que su madre volviera a tener un episodio de depresión, luego de que fuera dada de alta en el hospital. Lo único que cambió fue que algunos días iban a quedarse con su abuela, por lo que Joe aprovechaba el tiempo libre sin sus hermanos para salir con Matt y Spencer, aunque a veces salía solo con su guitarra en su espalda y su bicicleta. Aprovechaba de tocar en la estación del subterráneo y luego se iba hasta una colina y reflexionaba bajo un árbol.

—Oye —le dijo Matt— ¿qué tal si hoy te acompañamos?

—Podríamos ir en nuestros skates —agregó Spencer.

—Spens, tienes el brazo roto —contestó Joe—, es imposible que tú mamá te deje ir.

—Todos sabemos que a mi mamá no le importa mucho, solo me trajo acá porque es otra forma de restregarle a papá de que es un "incompetente de mierda".

—Al menos sigue vivo —susurró Joe.

—¿Ah? ¿Qué dijiste? Es que no te escuché bien.

—Nada.

Los gemelos llevaron fueron a buscar sus patinetas mientras Joe esperaba a fuera del edificio en que vivían. Él había llevado su bicicleta a la escuela, por lo que no tuvo que ir a buscarla. En eso, sintió que alguien le tiró del hombro, por lo que volteó, encontrándose cara a cara con su primo mayor Michael, un joven alto, con un poco de barba y una gorra cubriéndole el pelo. Su vestimenta era como la de cualquier otro joven rockero de la década de los 2000s.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó Joe.

—Nada, solo vine a ver a alguien. ¿Y tú?

—Recuerda que aquí vive Matt.

—Ah cierto... tu novio.

—No es mi novio.

—Siempre estás con él y a ninguno lo he visto con una chica, ¿qué esperas que piense?

—Que no me importa. Tengo muchos otros problemas para pensar en tener novia.

—¿Y quién te dijo que debías tener una? Joe, en serio no tienes vida social.

»Todo ese romance que les han impuesto es basura. Lo importante es divertirse, es por eso que deberías estar con alguna chica, pero sin compromiso porque es un cacho.

—¿No que tenías novia?

—Exacto: tenía. Demasiado compromiso y muy complicada, así que la terminé.

—Eres un asco de tipo.

—No, solo aprovecho las oportunidades cuando conviene y luego... bueno, la vida sigue.

—¿Y quién fue la pobre chica? Nunca nos dijiste. Ni a mí ni a David.

—Es confidencial. Cuando en realidad tenga algo con compromiso hacia alguien, ahí sabrán.

—¿La conocemos por lo menos?

—Ya te dije: es confidencial.

Los gemelos bajaron con sus skates. Ellos sonreían, hasta que vieron a Michael.

—¿Qué les pasa? —les preguntó Michael—. Su cara es como si hubieran visto al Diablo.

—¿No es lo mismo? —le susurró Matt a Spencer, a lo cual asintió.

—Oigan, ¿no quieren que los acompañe?

—Será lo que diga Joe.

Joe miró a sus amigos y a su primo y se dio cuenta del lío en que se iba a meter. De todas formas, aceptó que fueran los tres, pero no a donde acostrumbraba ir a pensar.

JoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora