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Joe por fin salió del hospital, luego de estar internado nueve días. Su familia le organizó una fiesta de bienvenida, junto con invitar a Matt. Habló por teléfono con Spencer, quien también se había llevado un gran susto cuando su gemelo le contó lo que le había pasado a su mejor amigo. 

Su madre también se encontraba presente en la reunión. Se mantenía al margen de todo, esperando tener una oportunidad para poder acercarse a Joe, pero él la ignoraba o la evitaba.

Caroline estaba convencida con su decisión de recuperar a sus hijos, aunque eso le demorara mucho tiempo. Estaba dispuesta a mejorar cada aspecto de su vida, con tal de que ellos quisieran volver a vivir con ella.

Se suponía que Joe debía estar con reposo, pero durante la semana lograba escaparse para ver a Matt o para ir donde su pandilla, en donde Stephan (Lobo) le asignó un apodo y le entregó una pistola.

—No sé qué hiciste —le dijo entre risas—, pero los volviste locos, decían que un chico indestructible con rayos celestes los había atacado. ¡Más encima, todos los policías creyeron que de verdad fuiste a ver a una chica solamente! Los arrestaron y los tuvimos fuera de las calles a varios por algunos días. Tú y tu amigo son sensacionales.

«No era color celeste... según Matt, era turquesa», pensó, pero se contuvo de decirlo por la posible reacción de Stephan.

—Eres El Brujo —lo apodó.

—¿Ah? —musitó extrañado y con cierto susto.

—Sí... no sé qué mierda hiciste, pero fuiste como un brujo, como en las películas.

—¡Ah, claro! Como en las películas.

—Los volviste locos, en serio. No puedo creer que pudiste con ellos tú solo y sin un arma, pero tranquilo, porque no te va a volver a pasar.

Stephan le extendió una pistola y le dijo que era suya a partir de ese momento. Joe al principio no quería tomarla, pero al ver la insistencia del joven, se la guardó.

—Tienes que ser astuto —le explicó—. No la uses cada vez que puedes, sino que hazlo solo para asustar si te vienen a molestar ¿sí? No queremos iniciar una guerra que no podamos ganar, así que, no seas imbécil cuando la portes. Tampoco quiero que acabes en la correccional juvenil, porque no nos sirves ahí, ¿entendido? Debes ser inteligente a la hora de usar un arma.

—Está bien, tranquilo.

***

Estando Joe en el departamento de sus abuelos, mantenía la pistola oculta en su mochila. Jamás había disparado en su vida, pero por lo que le había dicho Stephan, realmente no necesitaría aprender, ya que no pensaba usarla a menos que fuera para intimidar. Como no sabía cómo usarla, ni siquiera estaba cargada el arma ni tenía balas.

El día viernes en la tarde de esa semana, escuchó que alguien golpeaba con fuerza la puerta del departamento en la noche, mientras él leía "Dr. Sueño" de Stephen King en su habitación, en donde también estaba Chris, quien estudiaba sin cesar para el examen de admisión a la universidad. Su abuela fue a abrir la puerta y él escuchó que un hombre le gritaba por la renta del departamento, provocando que Joe se levantara de golpe y fuera a ver lo que estaba pasando con la pistola en la mano. Al ver que el casero le gritaba a su abuela exigiendo la renta del mes, puso el cañón del arma en la sien del hombre, quien comenzó a reír.

—¿Qué? ¿Me vas a disparar por gritarle a tu abuela?

—Largo de aquí.

—Ni siquiera sabes cómo usarla, porque eres solo un niño, uno muy tonto.

JoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora