"Rogers" Le escuchó llamarle como por décima vez en la madrugada, a pesar de estar justo a su lado, llevándole a pararse de golpe para tomarlo de entre las sabanas y estrecharlo con fuerza contra su cuerpo, así como se le había hecho costumbre.
Esa última semana las noches para Steve habían sido largas y angustiantes, pues Tony, aun estando dormido le nombraba entre sollozo, incluso, aveces a gritos. Por lo cual el rubio saltaba de la cama debiendo despertarle, tarea casi imposible sin tener que zarandearlo un poco.
El castaño por lo general, despertaba agitado y sudoroso, con sus mejillas enrojecidas y húmedas a causa del llanto. Tembloroso se lanzaba a sus brazos haciéndose una bolita de mantas quejumbrosa.A Steve, se le hacia papilla el corazón al verlo así de angustiado, entendiendo que por su condición, pues Tony transitaba por avanzados meses embarazo, era normal que las hormonas le atacasen, creándole malestares incómodo, en su caso, serian aquellas pesadillas o síntomas de pánico irracional, durante cualquier momento del día y parecían agudizarse por las noches o si le dejaba sólo aunque fuese para ir a la cocina por un vaso con agua.
Normalmente no le dejaba ni a sol ni sombra, pues si se le ocurría alejarse por cualquier cosa más de cinco minutos era seguro que lo encontraría llorando a mares y desorientado.
Steve se había propuesto acompañarlo en lo posible y cuando él no estaba le pedía relevo a los chicos, teniendo en muchas ocasiones que regresar corriendo con el corazón en la mano para arrullar y calmar el llanto de su esposo.
Al rubio no se le hacia pesada la tarea de cuidarle, simplemente el hecho de verle así le partía el corazón en mil, pues aquellos miedos que aquejaban al otro, no parecían tener fundamento, aveces simplemente lloraba por horas sin decir palabra, en otras ocasiones temía quedarse solo, o perder al bebe, caer y hacerse daño, también lastimar al bebe en sus cuidados y por ultimo y a la que Steve le tenia más incomodidad, el miedo a dormir y no despertar nunca más, ese era el mas frecuente y por lo que el rubio debió darle medicamentos para dormir sin que él lo supiese, pues el castaño se negaba en llanto a conciliar el sueño.Con el pasar de las semanas sus nervios estaban hechos añicos, pero Tony no debía saberlo, por lo tanto el siempre procuraba sonreír, lo mimaba en cada capricho o petición, le acariciaba y arrullaba hasta que estuviese satisfecho. Se había propuesto entregarse con devoción solo para verle sonreír. Steve consideraba que su sufrimiento no debía ser nada comparado con el de su esposo quién debía llevar consigo tanta angustia.
El rubio constantemente se preguntaba si aquellos lamentos pararían en algún momento regresando la paz a su hogar, ante aquello sabia que no existía respuesta contundente, así que como buen soldado que era se repitió debía resistir un poco más, tanto como Tony lo hacia, cargando a cuestas con su pequeño bebe y equipaje de pesados temores. Era hora de rendir honor al titulo que se le había otorgado y estar al frente de ambos como fiero guerrero, salir al campo de batalla y dar la cara como un soldado.
ESTÁS LEYENDO
¡Quiero a mi Steve!
FanfictionPequeños y no tanto, relatos sueltos sobre esta pareja. Con forme se me ocurran los iré subiendo, ojo, no llevan una secuencia como tal, simplemente son escritos repentinos sobre estos dos lidiando con los síntomas y situaciones de un embarazo u otr...