¡Quiero a mi Steve!

Abismo.

No supo realmente en que momento sus cansados pies le llevaron a aquel lugar, donde la helada lluvia torrencial se mezclaba con sus lágrimas tibias, con su rostro siendo iluminado por los feroces rayos que surcaban con fiereza el cielo nocturno. Las mejillas le ardían los ojos y también su roja nariz, producto de las incontables horas de lamento, sin embargo aquellas molestias parecían nimiedades comparadas al hoyo en su pecho y no se refería al brillante artefacto que resplandecía desde hace mucho allí para prologar su vida y pensar en esa palabra "vida" traía a sus labios con sabor a vino tinto solo una amarga sonrisa de ironía, observando ante sus pies el gran vacío esperándole, un lugar que no por oscuro o frío era menos reconfortante, incluso en esos momentos le parecía la opción mas cálida, un paso al frente y todo el dolor habría acabado, ¿que mas podía pedir para ambos, era lo mejor no? Y con aquel pensamiento tocó su vientre plano y las lágrimas que no habían dejado de brotar por días continuaron más estrepitosas que la misma tormenta.
Tomó un respiro, uno muy largo de los pocos en esos últimos días, pues constantemente se ahogaba, como si aquellas manos que tanto amaba aun estuviesen sobre su cuello, sosteniéndole con fuerza, arremetiendo con ira contra su cuerpo, partiendo en mil pedazos todo aquello que alguna vez había considerado maravilloso, destruyéndolo como un frágil cristal, dejándole hecho añicos desde dentro, quemando su ser entero al rojo vivo, marchándose cuando más lo necesitaba, enviando al abismo todo lo que habían sido, o lo que él pensó que habían tenido, destruyendo con odio lo que con amor crecía dentro de si.
Se removió inquieto, el frío era implacable y su pijama suave no le cubría lo suficiente y pensaba que, aunque tuviese mil frazadas sobre su cuerpo, ese frío estremecedor no desaparecería solo porque sí. Se abrazó a si mismo, su cabello castaño destilaba el agua, de vez en cuando algún relámpago le iluminaba el rostro y también un par de magulladuras en el, algunos moretones y rasguños también, gemía fuerte, de frío, miedo, he incertidumbre, se quejaba por el peso sobre su espalda, aquel que solo le recordaba el vacío en su parte baja. Suspiró cansado de llorar, arto del dolor y la ansiedad, hostigado de esperar por todo y por nada, porque eso habían dejado entre sus manos un puñado de "nada" porque su "todo" voló tan alto y lejos, a un lugar inalcanzable, más allá del cielo, a un sitio donde el no podía ir, porque simplemente no habría espacio para sus sentimientos, aun perdonándole, aun humillándose, llorando a sus pies y pidiendo clemencia, aun así, sus acciones valían menos que nada, ¿como podría engañarse?.
Entonces entre divagar, el viento le agitó con fuerza y algunas lágrimas flotaron a la distancia, cayendo a las profundidades de la oscuridad que se extendía ante él, persuadiéndolo para lanzarse a sus brazos, para descansar en el frío seno del silencio, bajo la lluvia que le mojaba.
Miró una vez más a su alrededor, la armadura brillaba tras de él, abierta esperándole regresar, giró de nuevo y vio el vacío, también su vientre ahora plano, donde alguna vez quiso crecer algo que añoró y dejando su voz en un largo, desgarrador y ultimo lamento, sucumbió ante el húmedo abismo que amablemente le esperaba, un suspiro abandonó sus labios, viendo al caer el cielo iluminado y saboreando la lluvia fresca mojar sus labios, sonriendo entristecido, deseando un poco más de amor para su próxima vida, pidiendo poder encontrarse con todo lo que había querido en esta.

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Sinceramente espero que lloren tanto como yo al escribirlo ;u; ya saben para no sentirme tan sola en eso. Ya ven, esta vez no terminó bien 😞 pero como ya les dije en el resumen, son historias sueltas, no llevan secuencia así que no se espante :v Espero lo disfrutarán es un pedacito de mi Kora.