Capítulo 8

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Narra Perséfone.

Law no dijo nada, me examinó de arriba a abajo pero no abrió la boca en ningún momento. Me pregunté si me quedaba muy mal.
No me había dado cuenta de que el joven de ojos grises se había acercado tanto a mí.

Law-No puedo más.

Perséfone-¿Law?

Hundió su cara en mi cuello. Sus manos me agarraron de la cintura. De repente sentía que no tocaba el suelo, me apoyó en el sofá con el encima acorralándome.
Comenzó a posar besos por todo mi cuello, mientras tanto sus manos se paseaban por el límite del jersey. En cuestión de segundos ya estaba una debajo.

Perséfone-Espera Law...A-Ah...

Un suspiro se escapó de mis labios por la mezcla de sensaciones.

Narra Law.

Tenía que hacerla mía, era ahora o nunca. Decidí que debía empezar marcándola, así nadie más se acercaría a ella. Pero, ¿cuál era un buen sitio?

Poco a poco la fui desnudando, cuando estaba a punto de quitarle el sujetador su mano me detuvo.

Law-¿Ocurre algo?

Perséfone-Es la primera vez que hago esto.

Por primera vez en mucho tiempo, me detuve. Si hubiera sido cualquier otra chica hubiera seguido adelante pero por algún motivo, con ella no podía.

Law-Entiendo, puede que me haya adelantado mucho.

Le cogí de la mano y empecé a darle besos. Sin embargo debía marcarla, de lo contrario mañana irían a buscarla.

Perséfone-Sí, pero eso no significa que no quiera.

Apartó con cuidado su mano para colocarla en mi cuello, hizo lo mismo con la otra. A continuación me besó, no me lo esperaba. Evidentemente no dejé que ganara.

Minutos después nos encontrábamos en mi cama, ambos desnudos y con la respiración agitada por las caricias previas. Contemplé su pequeño cuerpo, se veía minúsculo en comparación al mío.

Law-Lo que voy a hacer ahora puede que te duela un poco.

Perséfone-Me lo imaginaba.

Me di cuenta de que abría un poco más las piernas. Negué con la cabeza y se las cerré con delicadeza.

Law-No me refería a eso.

Ya me había decidido, podría habérsela hecho entre sus pechos pero era mejor un lugar más visible.

Narra Perséfone.

No entendía exactamente por qué me estaba mordiendo el cuello, decidí no darle mucha importancia.

Law-¿Lista?

Perséfone-S-Sí.

No me dolió tanto como esperaba porque ya había metido sus dedos antes.
Law comenzó a moverse más rápido, hasta que ambos llegamos hasta nuestro climax.

Law-¿Qué tal te sientes?

Perséfone-Bien aunque me arde un poco el cuello.

Pasó un dedo por la zona que me dolía.

Law-Ahora te doy algo para el dolor.

Gruñí al notar que salía de mí.

Law-Tranquila, pronto volveré a estar entre tus piernas.

Perséfone-C-Calla...[sonrojada].

Seguramente estés pensando, ¿por qué has perdido la virginidad con un hombre que apenas conoces? Sinceramente no lo sé, era como si una fuerza me atrajera.

El ojigris volvió con un vaso con agua y dos pastillas.

Law-Tómate esto, una te aliviará el dolor y la otra prevendrá que te quedes embarazada.

Perséfone-¿Estás seguro de que me las puedo tomar a la vez?

Law-¿No confías en las palabras de un médico?

Perséfone-Ahora me las tomo.

Continuará...

Caperucita granate (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora