Levante la vista y me encontré nada mas y nada menos que a mi jefe, se quedo observándome de una forma lasciva, poco a poco fue entrando en la habitación y se dirigía a mi dirección.
-¿Que haces? Sal de la habitación- le ordene, pero el hacia caso omiso.
Mientras avanzaba yo iba retrocediendo , hasta que quede totalmente acorralada contra la pared, sostenía bien fuerte la toalla contra mi cuerpo.
Ryan me miro a los ojos y se fue acercando a mis labios lentamente, yo intente detenerlo pero su fuerza era mayor que la mía así que sostuvo mis brazos detrás de mi espalda y me beso. Incluso se atrevió a bajar una mano y a acariciar mi pecho desnudo.
–Suéltame, Ryan. No me toques...
Pero el siguió tocándome por todo el cuerpo, de una forma u otra pude apartarme de el y correr hacia el pequeño vestíbulo. El me persiguió hacia allá y con una cara de vergüenza se disculpo.
-No se que me paso , lo siento... no era mi intención- expreso de una forma temerosa.
Trato acercarse, pero le dije que no lo hiciera, ya que si lo hacia iba a llamar a la policía y lo iba a denunciar.
Le exigí que trajera mi ropa, pues pensaba marcharme de una vez por toda de esa suite,estaba muy asustada así que llame a mi esposo y le dije que pasara a buscarme.
Cuando llego me encontró toda temblorosa, me pregunto cientos de veces que me sucedía y por que estaba así, pero no le dije.
- Tengo frío, solo es eso- conteste, solo para que dejara de preguntar.
Cuando llegue a la casa lo primero que hice fue entrar al bañera y bañarme , me sentía totalmente sucia.
Un mes después decidí dimitir, ya que no soportaba estar compartiendo con el a cada momento por motivo de trabajo.
Al poco tiempo obtuve un nuevo trabajo.
Mi esposo nunca se entero de lo sucedido, opte por llevarme el secreto conmigo a la tumba. porque sabia que si le contaba lo que paso esa noche iba a ver serios problemas. Después de eso nunca mas volví a verlo y sigo viviendo una vida feliz junto a mi esposo.
Una de cada 3 mujeres puede sufrir de abuso y violencia durante su vida. Esto es una abominable violación a los Derechos Humanos, pero continua siendo una de las pandemias más invisibles y poco conocidas de nuestros tiempos.Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo...