¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
HOLAA!!!! HACE UN MONTÓN QUE NO VENGO POR ACÁ Y QUIERO PEDIRLES PERDÓN. Tuve como un bloqueo inspiracional por el taby y bueno nada, decidí tomarme un respiro de el fandom y de escribir... pero las ganas de escribir un poquito siempre estan asi que voy a seguir intentando escribir mas seguido. Esto y tambien 25 Vidas que si no leyeron, leanla ahre. Bueno basta de mi, espero que les guste el bello e inocente oneshot, tenganme paciencia que estoy un poco oxidada (y bueno agradecimientos especiales para @wonder_brightside porque le dio mucha felicidad la noticia de este oneshot)
Gabriel nunca se consideró afortunado en el amor. Por lo menos no ahora, que las cosas parecían más complicadas desde su perspectiva. Quizá antes se había enamorado de alguien que jugó con sus sentimientos, o lo lastimaron. Pero esto era distinto. Ya no buscaba a alguien especial, alguien que le hiciera sentir cosquillas en la panza y esas ganas de correr, de saltar, de escalar una montaña con tal de hacerle sonreír. No estaba en esa búsqueda porque esa persona ya estaba en su vida, ya lo había encontrado hacía mucho tiempo. Aunque sabía, sentía y le dolía aceptar que no era correspondido de la misma forma.
Gabriel no recuerda algún momento en el que Renato no haya sido su amigo. Casi no tiene registro de su vida antes de él. Llegó a ella y ahí se quedó, sin intenciones de dejarlo solo.
Así que Renato para él era casi una debilidad. Ese tipo de personas por las que dejas todo lo que estás haciendo para ir a buscarla si tiene un problema. No importaba si tenía que manejar a la otra punta de la ciudad a las cinco de la mañana porque su cita lo había dejado plantado, o si tenía que ir a la comisaría a buscarlo porque lo habían agarrado haciendo graffitis en una esquina a plena tarde. Ni hablar de todas esas veces que lo tuvo que cuidar después de esas borracheras que se pegaba en las que no podía ni caminar solo. Renato contaba con Gabriel siempre, aunque no lo supiera, aunque no fuera consciente.
Mi mejor amigo, Renato. Es lo que siempre le repetía a todo el mundo, incansablemente. A toda persona que conocía y mucho más a aquellas con las que salía. Que en realidad no habían sido muchas. Si bien había tenido algunas relaciones casuales durante su adolescencia, solo tuvo una novia formal. La única que conoció a toda su familia, la única que pareció conocerlo lo suficiente para decirle algo. Porque Celeste era de lo más directa y observadora y había sido muy clara cuando todo terminó
-Mira Gabi, esto no es una escena de celos ni nada por el estilo. Necesito que entiendas eso- dijo ella en su última conversación- él te llama y para vos el mundo deja de existir. Y ya estoy cansada de competir con él, sabiendo que no voy a ganar nunca. Vos lo amas a él, a mi no. Así, de esa forma no. Y yo quiero alguien que me quiera de la misma forma que vos queres a Renato-
A Gabriel, eso le cayó como un balde de agua fría. Jamás había considerado esa posibilidad, y no creía que fuera verdad.
¿Él enamorado de Renato? Ni ahi.
Trágicamente para su estabilidad emocional, no tardó en llegar a la conclusión que Celeste tenía razón. Estaba enamorado de Renato ¿Cómo pudo ser tan idiota de enamorarse de su mejor amigo? Si sabía que no iba a ser correspondido nunca ¿Cómo iba a mirarlo a la cara ahora, sintiendo todo lo que sentía?
