Vas A Quedarte

321 25 9
                                    

n/a: Fun fact! Vas A Quedarte de Aitana está escrita por Juan Pablo Villamil y Juan Pablo Isaza (y alguien más cuyo nombre no recuerdo). O sea que esta escrita por la mitad de Morat. Así que, decidí que Vas A Quedarte es una bala perdida.
Pd: no lo releí, así que disculpen si hay errores

El aire se siente muy pesado y el ambiente huele a coco. Me remuevo un poco en la cama y no puedo evitar la mueca de dolor que se me escapa. Me duele la cabeza, el perfume concentrado en ese cuarto me resulta demasiado fuerte y no estoy en mi cama. Creo que ahora los recuerdos vienen a mi de a poco. Lentamente abro los ojos, enseguida arrepintiéndome porque la luz que entra por la ventana me encandila. Definitivamente, no es mi cama y tampoco estoy solo. Hoy, es una chica, hermosa, rubia con unos rulos muy definidos que le caen hasta los hombros y que ahora están desparramados desordenadamente en su almohada ¿Cómo se llamaba? ¿Romina? Si, algo así. No es que tenga todos los detalles presentes en mi cabeza, solo se que bailamos toda la noche y una cosa llevó a la otra. Estaba muy borracho, probablemente no tendría que haber venido hasta acá. Pero estaba soltero después de todo, de alguna forma u otra debería disfrutarla aunque me sienta así de mal al otro día.

Me levanto lentamente, en silencio. Me paso las manos por la cara porque la cabeza parece que me va a explotar y me visto buscando la ropa que está desparramada por todo el cuarto. Claramente, estábamos desesperados. Le escribí a Romina ¿Era Romina? Una notita porque me parecía muy forro irme sin decir absolutamente nada, aunque sepa que seguro no nos vemos más. Porque así soy, yo ya no me involucro sentimentalmente con nadie...

Gracias a Dios, el portero está en la planta baja y me abre gentilmente sin hacer preguntas. Debo tener una cara de muerto vivo tremenda. Miro a la calle, no hay mucha gente así que no debe ser muy tarde seguro son como las ocho. Ahora que me acuerdo, salí sin el auto porque planeaba chupar en cantidades industriales y no era buena idea manejar en ese estado. Suspiro, el subte va a tener que servir para llegar a casa. Si es que hay subtes por acá, no se bien donde estoy. Recurro al Google Maps y me doy cuenta que en realidad estoy a unas cuadras de la línea D.

Instagram: Renato ha publicado una foto

Gabriel, sos un pelotudo, pienso. ¿Cómo puedo ser tan tarado? Soltalo, Gabriel de una vez. Aunque hace ya casi un año que no hablamos, aún sabiendo que Renato me dejo de seguir en todos lados, aún sabiendo que fue mi culpa y que él siguió con su vida. Yo todavía tengo sus notificaciones activadas. Mi cerebro me grita, me ruega que ignore la publicación, que no la abra si ya se que no es bueno para mi seguir así. Pero obvio, soy tan estúpido que la abro enseguida. Me arrepiento tan pronto como la aplicación me muestra esa foto y realmente quiero tirar el celular lejos y no encontrarlo más. Sé que no estoy en condiciones morales de enojarme, ni de sentirme celoso. Porque todo esto es mi culpa, me lo busqué y es lo que merezco por cagón. Siempre, toda mi vida odié la cobardía. Me jacté siempre de ser un chabón que iba de frente, seguro de lo que quería de lo que tenía que hacer. Sin lugar a dudas, siempre supe cuál era el camino que tenía que elegir. Hasta que un día me di cuenta que toda esa imagen que tenía de mí mismo era una mentira. Porque soy un cagón, soy un cobarde y porque elegí el camino fácil y ahora pago las consecuencias. Renato fue mi amante por muchos meses, el me iba a esperar a que pudiera dejar a mi novia, a que resolviera cómo iba a decirle a mi familia y a mis amigos que me había dado cuenta de que me gustaba un hombre y después de todo eso, íbamos a estar juntos y ser felices. La situación me desbordó, me dio mucho miedo y mi las psicopateadas de mi novia en aquel momento eran tales que no podía dejar de sentirme culpable. Y Tato, como era de esperarse se cansó de mí y de mis idas y vueltas. Se fue y yo la dejé a mi novia ese día, no es que fuera a servir de algo.

Ahora, en la pantalla de mi celular, tenía a dos personas sonriéndome abrazadas, ante mi la imagen más cruel, la que me mostraba lo que me había perdido. Renato y Tadeo. Por Dios, que nombre tan pretencioso, Tadeo. Bueno, en realidad tengo que aceptar que gran parte de mi molestia es que la particularidad del nombre pega con la de Tato. Tadeo es todo lo que yo no me animé a ser. Alegre, despreocupado, libre. Es libre y lo quiere. Obvio que lo quiere ¿quién no va a querer a Tato si es un sol? Renato es feliz con su novio sacado de un catálogo de novios ideales, un pibe con toda la onda, un intelectual, un amante del arte callejero y el rock nacional.

Como Balas Perdidas (Quallicchio One-shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora