Part 2

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Si mi padre estuviera aquí ya habría matado al muchacho de cabello ondulado, aunque incluía a Natalia de ser torturada a sangre fría. Antes que pudiese entrar al departamento recibí la llamada de Logan y sin pensarlo respondí.

—¿¡Donde rayos estabas!?—cuestioné con furia.
—Woah. El pajarito me ha llamado...—dijo con un tono sorprendido.—¿Qué quieres?

—¿Natalia te ha dicho algo sobre hoy?
No. Últimamente está algo sospechosa...—respondió él.

—Tt.

Colgando la llamada entré de estocada a una de las ventanas del apartamento, abriendo la puerta para salir busqué lo más rápido a la enana—Que estaba en el piso siguiente.—cautelosamente subí las escaleras logrando observar la pareja entrar y yo me adelanté a entrar sin que me viesen.

Un apartamento de ricos.

—Lindo apartamento.—comentó ella mientras se sentaba en el sofá.
—Gracias.—respondió él.—No suelo traer gente aquí...

—¿A cuántas más le habrás dicho lo mismo?—preguntó ella con sarcasmo.

El muchacho se rió con cierto enojo, al parecer no le gusta que la gente tengan razón de él.

—¿A cuántos tu has visitado los apartamentos para sexo?—se defendió.

—No soy ese tipo de chica.

En sigilo en escondí en el armario, sacando una mini cámara logré ver al chico tomarla de los hombros y tirarla contra el sofá, sin previo aviso le subió la camiseta logrando ver su piel limpia hasta que le quitó el sostén y ver uno que otra mordida o chupete.

Maldito enfermo.

—Déjate llevar...—dijo en un susurro.—Tal como las otras veces,muñeca.

Mi cuerpo se tensó de rabia al oír esas sucias palabras, no es la primera vez que viene a este departamento a revolcarse con este sujeto. A punto de salir éste la llevó al dormitorio y salí disparado allá, patee la puerta con tal fuerza que la hice pedazos. Observándolos medio desnudos fui a golpear al chico que es en realidad el hijo único de Tom Holland...líder de una mafia.


—Eres un enfermo acostándote con niñas.—escupí con enojo mientras le daba otro puñetazo hasta dejarlo inconsciente.
—¡Robin!—regañó ella.—Lo tenía planeado...

—¿¡Eso es un plan...acostarte con un muchacho mayor que tú!?—recogiendo la ropa de mí hermana se lo entregué para que se vistiera rápido.—¿Cuanto?

El silencio me enfadó más y ella sabe lo mucho que odio a que no me respondan una pregunta.

—¡Cuánto tiempo!—grité.

—Casi tres semanas...—respondió finalmente.

Hecho humo llamé la patrulla para que se llevarán al adulto, llevándome a Natalia a mi motocicleta emprendí el viaje.

—¿Garfield sabe de esto?
—No.—respondió ella.
—Tt.

Llegando a casa estacioné el aparato y comenzamos a discutir, tanto trabajo que costó para que ella dejara esa "adición" y ahora vuelve en el mismo agujero.

—Existe algo llamado Enfermedades de transmisión sexual...¿sabes?
—Para algo existe protección.
—¿Ajá?...¿No piensas que podrías hacerle daño a Logan?

—Jmph.

Enojada salió disparada a su habitación y encerrarse hasta que se calme. Yo en cambió salí al jardín, caminar de un lado a otro comenzaba a irritarme hasta que golpeé el árbol con fuerza. Tratándose de una burla de parte del árbol volví a golpearlo varias veces hasta hacer el mínimo agujero.

Mirando mis manos respiré agitadamente, intentado controlar mi enojo a toda las imágenes que llegaban a mí mente, no, no podía ver a Natalia intentar ser la viva imagen de nuestra madre. No podía. Me...aterra de solo saberlo.Lo recuerdo tan bien aquella vez que la vi con dos de la liga de asesinos, dejándose tocar sin sentir vergüenza o signos de asco, mi madre estaba presente ahí y no le importó; su escondite fue un tanto obvio para mí.

—Grr.

Volteando lentamente caí sentado al suelo, observando la negra silueta que salía de la casita de madera, estrechando mi mano en confianza a que se acercara, Titus corrió hacía mí y lamer mi mano ensangrentada. Acariciando la cabeza de mí mascota opté por hablar con él.

—¿Qué debería hacer?, ella está volviendo a caer en ese agujero.—Dije.

Ruff~...—ladró suavemente.

—Tienes razón,Titus, tengo que hacer esto por la fuerza o ella terminara arruinándose.—acariciando por última vez la cabeza de mi perro me levanté dispuesto a estar cara a cara con mi hermanita.

Respirando hondo toqué su puerta tres veces, al no recibir respuesta abrí la puerta sin prisa alguna y entrar a inspeccionar su habitación. Tan ordenado y limpio como es de costumbre. Ahí estaba...sentada en la ventana con el gato—Pennyworth.—lo acariciaba con lentitud y besaba la parte de atrás de su cuello; detesto verla de esa manera.

—¿Qué?—preguntó con la mirada perdida como si estuviera en cierto trance de limbo.
—Estás actuando extraña...—admití en un tono serio.—Tú no eres así.

—¿En qué sentido?

—Tt.—tensando la mandíbula, frunciendo el ceño me di la vuelta para irme. Deteniéndome en seco nuestro padre entró en silencio, observándonos por unos segundos habló.

—Mañana los quiero vestidos formalmente, ya es tiempo de qué conozcan más a fondo la empresa.

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