Capítulo IV: ¡Por favor! Soy nuevo en esto, no me maten aun.

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Capítulo IV: ¡Por favor! Soy nuevo en esto, no me maten aun.

Se supone que tengo 4 Días para realizar la búsqueda con éxito, padre me explico unas cosas : a) Que dentro de 4 días se encontrara con Afrodita para tener una cena romántica y por eso necesita la carta antes de su cita, b) La carta cayó en New york y Hefestos la tiene cautiva en una cueva por los alrededores de la ciudad, y c) Que probablemente el Dios de los herreros, ósea Hefestos, este descubriendo como abrirla en dicha cueva ya que al parecer esta, tiene una especie de candado que solo con la voz de Ares se puede abrir, menudo rollo tío. ¿Esto es algo que realizaran los Semidioses a menudo? ¡Qué Horror! con razón ya ahora nadie quiere una búsqueda, son muy problemáticas, pero bueno que se le va a hacer al fin y al cabo, acepte hacer esto, con su permiso lo vuelvo a decir ¡Menudo Rollo Tío!

Luego de que me explicara eso y de haber hecho una mochila para el viaje mi madre se despidió de mi dijo que, cuando vuelva me contara mas sobre la nueva escuela que asistiré este año al parecer la tiene muy contenta, mi padre mientras estuve acomodando mis cosas charlo un buen rato con mi madre hasta que estuve listo, el mismo me llevo en su motocicleta, la parte de me llevo es falso, justo cuando nos montamos en la moto hizo rugir el motor y en unos segundos me encontraba en el Empire State justo en el Lobby, dijo que tenía que subir al Olimpo, para los que no lo saben los Dioses Griegos están establecidos en los Estados Unidos y su central que es el Olimpo se encuentra en el piso seiscientos del Empire State, algunos me dirán loco por qué ese edificio no tiene esa cantidad de pisos, pero lo que no saben es que allí se encuentra el monte Olimpo donde los 12 dioses principales griegos tienen sus reuniones y esas cosas. luego de eso me baje y al instante se fue dejándome casi solo a excepción del recepcionista, salí del Empire State me propuse ir a Central Park, tenía que probar esta espada cuanto antes, esperaba encontrar un monstruo por ahí al fin y al cabo tenía 4 días ¿No? aunque sería mejor iniciar de una vez.

Como digno hijo de Ares mis pensamientos me llevaron a desviarme un poco de la búsqueda y acabar en Central Park cazando monstruos, algún ciclope o perro del infierno por ahí algo debía de aparecer me encontraba en uno de los caminos que conducían a un mini-bosque, pero, que yo recuerde esto no debía ni siquiera de existir, vine hace unos años de excursión con uno de mis antiguos colegios, después de un accidente en el cual la maestra salió con sus ropas quemadas y hechas jirones me expulsaron, como cosa rara, nótese mi sarcasmo. Por eso se me hacia raro que este camino condujera a una zona con arboles altos y mucho pasto, arbusto y hojas ocultando lo que adentro de todo eso allá.

Le echare la culpa a mi Gen de aventura por haberme salido del camino, decidí entrar en ese bosque, era un mar de hojas por todos lados, encontré una gran roca que fácilmente pudiera medir unos 6 metros de largo, de repente oí algunas voces femeninas, rápidamente me acerque a aquella roca y escondí mi cuerpo en ella, decidí asomarme un poco para mirar mejor de donde provenían esas voces, pude notar que justo abajo, ya que la roca se encontraba en un acantilado de poca altura, había como un campamento, dos carpas, una fogata, y restos de comida, hacían pensar que allí hubiese personas, pasando el rato o cazando, al igual como lo estaba haciendo yo, decidí asomarme un poco más para obtener una vista mejor, de las carpas salían unas mujeres con unos vestidos raros.

8 mujeres pronto se reunieron alrededor de los restos de la fogata y comenzaron hablar muy normalmente, sus uniformes tenían un parecido extremo a la de las cazadoras de Artemisa, se dice que cuando no se lleva a algunas cazadoras, a otras las manda a cazar otras cosas, y a veces se quedan en su campamento principal haciendo tareas domesticas

— No quiero levantar sospechas, será mejor que.... me vaya y las deje tranquilas.

Dije en un tono de voz muy suave evitando que todo el mundo se diera cuenta de que yo estoy aquí, me di la vuelta y cuando pise adelante mío para salir del lugar, no me fije y acabe pisando a una pobre ardilla que se paseaba por el lugar, haciendo que el pobre animal soltara un chillido al mismo tiempo que me asustaba y me moviera para atrás cayendo de espalda al pequeño acantilado, este medía 10 metros de largo, aunque de poca altura me di un buen golpe en la cabeza, mantuve los ojos cerrado unos segundos, trataba de pararme enseguida pero me encontraba un poco aturdido, me encontraba boca arriba acostado en el suelo, justo cuando decido abrir los ojos, encuentro con que todas las chicas me tenían apuntado con sus arcos y flechas, ahí entendí de que mi sospecha era la correcta, esta chicas pertenecían a las cazadoras de la Diosa Artemisa, lo que quiere decir.... que no gustan mucho de la presencia masculina lo cual para mí, no es nada bueno.

Dexter Andrew GrimaldiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora