Capítulo III: Conozco a mi Padre, esto lo cambia todo, adiós a mi paz.

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Capítulo III: Conozco a mi Padre, esto lo cambia todo, adiós a mi paz.

Nunca creí ver a mi papa....digo al poderoso Dios Ares, sentado en el sofá de mi casa tomando un café recientemente hecho por mi mama a menos que, me necesite para una loca misión o algo por el estilo pero, para esos casos ¿no existe Clarisse?.

— ¡AAAHHH! Los mortales saben hacer un buen café, aunque los tuyos siempre son los mejores Sofía...

Dijo el Dios de la Guerra mientras tomaba unos sorbos de café, estaba sentado en el sofá de la sala pero parecía que estaba incomodo era obvio ya que, era más grande que el mueble donde estaba sentado.

Mama estaba enfrente del sentado de igual forma en otro lugar en una silla, cuando escucho el elogio bajo un poco la cabeza un poco ¿sonrojada?.. Vaya, vaya, Afrodita no le gustara ver esto.

Me encontraba observándolos desde la puerta suspirando un poco, realmente esto era raro muy, pero muy raro, es como decir que Zeus le es 100% fiel a Hera cuando todos sabemos que no es cierto, mi padre me lanzaba una que otra mirada mientras conversaba a gusto con mi madre aproveche y me acerque cuando los dos se reían, al instante que llegue al lado de mi madre tosí un poco de inmediato comenzaron a ponerse serios los dos y bebían sorbos de su café disimulando como que lo que acaba de pasar, realmente no paso.

—... Padre, ¿no sería mejor que me dijeras para que viniste? — Trague un poco de saliva y continúe hablando — No es por ser irrespetuoso ni nada por el estilo, pero no creo que vinieras exclusivamente a verme o a ver a mi mama.

Mi papa bajo rápidamente su taza y la coloco en la pequeña mesa delante de el volteo la mirada y me lanzo una mirada escuche a mi mama tragar un poco de saliva, el ambiente en un instante se volvió pesado lo que era una reunión feliz... cambio por algo realmente serio solo con unas pocas palabras.

— Tienes razón Dexter... debería ir al punto, además estamos ya corto de tiempo... — El Dios de la Guerra se puso de pie sin quitarme su mirada de encima mío — Veras, estoy aquí para encargarte una Búsqueda.

— ¿Búsqueda?.... búsqueda.... — De repente fue como si un baldé de agua fría fuera echado encima mío, abrí los ojos de par en par — ¡¿UNA BUSQUEDA?!... pero para esos casos no estará ¿Clarisse? ella es mejor que yo.

En realidad ella era la favorita de papi, era lógico que fuera ella con la cual contraría papa para sus encargos o misiones importantes y por lo visto no iba a hacer una simple búsqueda, como de esas en las cuales te mandan a buscar la mejor manzana del supermercado para llevarle a la maestra para un día normal de clases.

— ¿Clarisse?.... bueno ella esta... indispuesta por el momento, y como eres algo nuevo quise intentar contigo a ver qué tal resulta esto.

Hablaba con normalidad, como si esto se tratara de una cosa diaria en la vida cotidiana de una persona normal, pero este no era el caso, las búsquedas normalmente son encargadas en profecías y cosas así muy misteriosas, o que algo allá pasado, algo grave y manden a algún semidiós a hacerlas, pero nunca algo tan directo como lo acaba de hacer padre, conocer a tu padre Dios ya era algo para quedar estupefacto pero, ¿Una Búsqueda? había oído que Annabeth estuvo años esperando esto hasta que vino Percy, también que semidioses viven y mueren y nunca llegan a realizar una, y a mí me viene a la puerta de la casa.

— ¿Nuevo? en el sentido de que, acabas de admitir que soy tu hijo y ¿que no eh pasado una prueba o algo por el estilo?

Acabe contestando a mi padre, una de mis cejas de elevo un poco más que la otra, a estas alturas me sorprende que mi madre no allá dicho ni una palabra.

Dexter Andrew GrimaldiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora