Informacion
Es una historia de Aneesa Auro diosa menor egipcia hija bastarda de Sekhmet y Anubis, el personaje es creado por mi al igual que la historia.
Esta ambientada en el antiguo egipto en el palacio de la diosa Leona Sekhmet.
En esta historia en concreto se menciona y es protagonista el Dios egipcio Nefertum, dios del sol naciente.
Generalmente se le conocia en la teología de Menfis, pero también recibió culto en Hermópolis Magna, en donde una versión de su cosmogonía, el sol nacía de un loto y representa la energía que da vida.Una noche de primeras veces
Hacia un año que no veia a Nefertum dios de el sol naciente, primogenito de Ptah y Sekhmet, eso lo hacia ser mi medio hermano al menos por parte de madre.
Desde que tengo uso de razon estaba enamorada de el, tan bello que su mismo nombre lo decia, era perfecto y carismatico, toda mujer que deseaba la tenia a sus pies y de gustarle los hombres tambien, para mi era el dios mas brillante de todos, incluso se me antojaba que eclipsaba a nuestro abuelo Ra.
Despues de un largo año donde madre me habia obligado hacer cosas que no mencionare y cuando no solo me ignoraba, el habia regresado y como no para el dia de su cumpleaños.
Lucia su armadura de gala de oro con su casco en forma de flor de loto y dos plumas altas, soberbio y arrogante caminaba por los pasillos del palacio de su madre, para presidir la recepcion que la diosa leona habia preparado para la llegada y aniversario de su primogenito.Yo solo me limitaba a seguirlo entre las sombras sin que se diera cuenta mis ojos delineaban cada musculo de su piel que dejaba ver la armadura, tenia apenas 14 años casi recién cumplidos y aun siendo una niña mis ojos no miraban a Nefertum como deberia mirar una hermana a su hermano.
La celebracion fue animada, corria el vino, por todos los salones se escuchaba musica, los comensales reian y comian, todo era tan lujoso, las joyas mas hermosas del mundo se lucia en estas cuatro paredes, en cuellos, brazos, tobillos de seres vanidosos y despiadados que al ser divinidades se creian dueños absolutos del mundo.Al cabo de las horas Nefertum se escuso de que iria a su alcoba, donde sabia de sobras que madre le habia preparado una fiesta privada y mas de su agrado, donde unas pocas chicas, las mas hermosas de la corte, bailarian para el y le arian la compañia que el deseara.
Solo llegar a la habitacion se quito la armadura dejándola colocada en un pedestal, mientras una de las chicas lavaba su cuerpo con agua de rosas y ayudaba al joven dios a colocarse entre los cojines preparados para esa ocasion.
Una vez que el dios estuvo acomodado la muchacha se quedo a su lado mientras otra le servia mas comida, y dos bailarinas salian empezando a contonearse, una de ellas era yo misma aunque nadie sabia que lo era, mi cuerpo estaba cubierto de gena con oro, dando a mi piel un tono caramelo dorado, el velo cubria mi rostro y mi platino cabello, solo dejando a la vista mis ojos verdes delineados de negro de gato. Mi cuerpo se contoneaba muy lento con la musica, moviendo mis caderas en circulos a la vez que deslizaba los velos por el aire dejando embobado aquel hombre al cual llamaba hermano, daba pequeños saltitos alzando una pierna, haciendo que las monedas que colgaban de mis pulseras tintinearan.Nefertum enseguida al verse hechizado entre los movimientos, la suave musica, el tintineo de cada movimiento y el denso incienso hizo que las muchachas se marcharan, todas menos yo, me quede frente a el quieta esperando que dijera algo. Sus palabras no tardaron en llegar, conocía su voz tan varonil y profunda pero esta noche tenia un tinte extraño que con su orden seca de seguir bailando me hizo estremecerme.
Sentía como mi cuerpo vibraba mientras bailaba y sus ojos me deseaban y me desnudaban aunque era escasa la ropa vaporosa que llevaba, se levanto sin mas quedando en frente de mi y mirandome con intensidad, como si me reconociera me quito el velo que cubría mi rostro y solo menciono una palabra.
- Aneesa...-
Mi nombre de ese modo en sus labios se me antojaba como el chocolate liquido, sus ojos recorrieron de nuevo mi cuerpo, como si se diera cuenta de quien era y que no era el cuerpo de una niña, que siempre habia sido para el.
De nuevo pronuncio mi nombre acariciando mi rostro con delicadeza y mis labios los cuales abri lentamente y lami sus dedos llenandolos de saliva, esa accion hizo que olvidara si aun recordaba algo que era su hermana y me pego a el besandome con pasion, sus dedos acariciaban mi piel, poco a poco iba perdiendo la delicadeza para ser mas apasionado, cada caricia me hacia temblar perderme en el, habia soñado tantas veces con que el me mirara asi que ahora que pasaba era como un sueño.A pesar de lo mucho que habia soñado, jamas habia llegado aquel nivel, ni imaginarlo. Sus manos empezaron a desnudarme y en segundos estaba completamente desnuda y sobre los cojines, mi cuerpo se estremecia con sus besos y caricias, mis mejillas estaban rosadas y mi cabello plata desparramado por los almohadones, soltaba pequeños jadeos y gemidos que me hacian sonrojarme mas hasta tal punto que me apenaba.
Lentamente fue bajando, hasta abrirme de piernas y ponerse entre ellas, con su lengua recorria mis labios vaginales, dando golpecitos con la punta de su lengua en mi clitoris, provocando que cerrara los ojos fuerte y gimiera agarrandome de los cojines con fuerza intentando cerrar las piernas cosa que el me impedia marcando sus dedos en mi piel hasta quitar de ella la gena dorada. No paro mucho en complacerme o en tranquilizarme por ser mi primera vez, se coloco encima de mi cuerpo, subiendo mis piernas a su cintura y mientras lamia y mordia mis senos y pezones hambriento se hundía en mi interior, hasta toparse con mi virginidad que de una sola embestida me quito, solte un alarido de dolor, pero a la misma vez encontré algo siniestramente placentero en su brutalidad y rudeza, que a pesar de notar como la sangre resvalaba por mi sexo al nada empece a gemir de placer sosteniendome del cuerpo de mi hermano mientras el abusaba del mio de forma salvaje hasta que llego al orgasmo y se corrio en mi interior.
Una vez que se vacio por completo en mi me dio un beso en los labios y una nalgada y se levanto dejandome alli tirada en los cojines marchandose de la habitacion, dejando mi cuerpo amoratado y cargando con su esencia, hay descubri que era el sexo y que tan placentero era el dolor.
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Relatos Cortos Del Pasado De Aneesa
ContoPrimer relato sobre la mitología Egipta donde Aneesa la hija pequeña y bastarda de Sekhmet tiene que vivir en el Palacio de su madre, bajo la atenta mirada de la diosa Leona y todo su entorno.