4. Sentimientos

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El pelinegro se encontraba caminando de un lugar a otro pensativo y nervioso. Quería hacer y decirle algo a la rubia de ojos muertos pero la duda comenzó a hacerse presente y el miedo invadió su cuerpo.

-¿Zack? Oye.. ¡Zack!

-¿Ah? -la miró incrédulo, tratando de ocultar sus emociones.

-Estás muy distraído, ¿ocurre algo? -Ray lo miraba preocupada, pensó que algo malo iba o estaba ocurriendo

-Necesito estar solo un momento. -y dejando a la pequeña con las palabras en la boca, se fue a su cuarto casi corriendo.

-¡Maldita sea! ¿por qué siento esto en mi pecho? ¡Es una mierda! Yo soy un monstruo, ¡no siento esas cosas! -golpeó la pared con gran enojo, en esa situación de verdad se sentía muy frustrado. -¡¡los MONSTRUOS como yo no merecen felicidad!!

-Zack.. -al escuchar esa voz se quedó totalmente petrificado, se le había olvidado absolutamente que Rachel se encontraba en casa y que, de seguro, había escuchado todo lo dicho.

El mayor se dio media vuelta y sus ojos se abrieron de par en par para luego pasar a unos de decepción y enojo. La rubia se encontraba inmóvil y con pequeñas lagrimas recorriendo sus ojos mientras observaba a Zack, intentando comprender más la situación.

-Zack.. ¿por qué dices esas cosas tan feas? Yo pensé que había quedado en claro que tú no eres un monstruo, o al menos.. para mí no lo eres. -los sollozos se hicieron presentes y por primera vez el pelinegro se sintió roto al ver como lloraba la pequeña por su culpa.

-Ray, no llores.. sabes que no me gusta esa expresión en tu cara, podría matarte en un parpadear de ojos. -intentó convencerla para que se calmara.

-Entonces hazlo, si mi opinión vale tan poco para ti, no necesitas que esté aquí. Matame, Zack. -Ray se limpió las lagrimas y lo miró con seriedad, o al menos eso intentó pero falló al darse cuenta que las lagrimas volvieron a aparecer.

-Ray.. te equivocas.

-¿En qué? ¡Acabo de escucharte! Pensé que todo estaba bien, que empezaríamos de nuevo, que olvidaríamos todo de ese lugar. -se acercó y comenzó a dar leves golpes en el pecho de éste.

-¡Ray! Ya tranquilizate.

Zack posó sus manos en las mejillas de ella y la miró con un brillo en sus ojos y una pequeña sonrisa, estaba dispuesto a decirle todo lo que sentía.

-Ray, escúchame. -respiró profundamente y su expresión pasó a seriedad absoluta. -yo quería decirte que.. tú me haces sentir cosas, al estar junto a ti no logro pensar al 100%, aunque nunca lo hago, pero sabes a que me refiero. Tú lograste cambiar algo dentro de mí pero siento que no merezco eso, que tú no aceptarías a alguien como yo, que los monstruos no deben ser felices. Ray, yo te.. te.. -pero no logró terminar la frase porque la rubia lo atrajo de imprevisto hacia ella y posó suavemente sus labios sobre los de él.

Zack no sabía como reaccionar, primero fue asombro, luego miedo y por último se dejó llevar por la felicidad. El beso poco a poco fue tomando intensidad pero sabían que lo que deseaban en esos momentos no estaba correcto asi que se separaron lentamente y se abrazaron con ternura.

-Zack, yo también te amo.

-Zack, yo también te amo

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《Angels Of Death》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora