Magia y Amor

Capítulo Quince: Hazme un Sandwich

Arthur y yo estábamos acurrucados juntos en su sofá, viendo la televisión. Su padre trabajaba hasta tarde, como de costumbre. Morgana y su madre estaban de compras. Todavía tenía que conocer a alguno de sus padres. Parecía estar intentando evitarlo. Estaba dispuesto a dejarlo, por ahora. Pero iba a exigirle conocer a sus padres muy pronto.

"Tengo hambre", declaró mi novio, sin apartar la vista de la pantalla del televisor.

Lo mire "¿Y? ¿Qué quieres que haga al respecto?" Por supuesto, debería haber sabido que no debía hacer esa pregunta.

"Dame un sándwich o algo así".

No me lo podía creer ¿Me estaba diciendo en serio que hiciera eso? "Tienes dos pies. Úsalos y hazte un sándwich".

"Tú eres la niña. Ve a buscarme algo de comida".

Oh, él no acaba de decir eso. Lo fulminé con la mirada. En serio no podía creer esto. Podría ser un imbécil arrogante, pero esto ... esto era ridículo, incluso para Arthur. "¿Perdóneme?"

"Me escuchaste. Ve."

Estaba a punto de echarlo un poco más y luego cambié de opinión. Si él quisiera un emparedado, le daría un emparedado. Entré en su cocina y comencé a golpear cosas mientras preparaba un sándwich. Me aseguré de añadir algunos ... ingredientes interesantes. Hojuelas de pimiento rojo, sal de ajo, canela, jalapeños, salsa teriyaki, salsa picante. Oye, nunca dijo qué tipo de sándwich quería. Y si quería actuar como un imbécil, entonces obtendría lo que se merecía.

Se lo devolví, golpeando el plato con el sándwich sobre la mesa de café frente a él. Lo alcanzó, y mi magia lo alejó de él. Oye, me iba a divertir un poco con esto. No solo obtendría una desagradable sorpresa una vez que la mordiera, sino que tendría que trabajar para esa mordida desagradable.

Frunciendo el ceño, lo alcanzó de nuevo, justo cuando la puerta se abrió y entró Lance. Una vez más, el plato se alejó de él. Esta vez, sin embargo, el plato se cayó de la mesa de café. Aterrizó en el suelo, el sándwich milagrosamente todavía juntos. Lo que era bueno, porque si se hubiera derrumbado, Arthur habría sabido lo que había dentro. Por supuesto, cuando digo que fue milagroso, realmente no tuvo nada que ver con un milagro. Se mantuvo unido solo con mi magia.

Lance me miró, como si pudiera decir que estaba usando magia. Como dije, es un tipo inteligente.

"Recoge eso, Merlín," ordenó Arturo.

¿Seriamente? ¿Me iba a ordenar de nuevo ? Le di una mirada de disgusto. No sabía cuál era su problema hoy, pero me estaba cansando de eso. "No. Ya te dije que no soy tu sirvienta. Soy tu novia. No puedes ordenarme nada. Recógelo tú mismo".

Suspirando, Arthur se levantó para recoger el sándwich. Cuando se agachó, usé mi magia para bajarle los pantalones, hasta los tobillos. Luché por no reírme mientras se apresuraba a cubrir a sus boxeadores de Doctor Who .

Yo sabía que había conseguido engancharlo en ese programa.

Lance, tratando de no reírse, me miró. "¿De Verdad?" le pregunto suavemente.

"Está siendo un imbécil", le susurré de vuelta. "Él se lo merece."

Lance negó con la cabeza. "¿Mágico?" dijo, casi en voz baja.

Me encogí de hombros.

Arthur, con los pantalones fijos, se recostó en el sofá. Su cara estaba ligeramente roja. Tomó un bocado enorme del emparedado y comenzó a masticar.

Me eché a reír cuando él lo escupió. "¿Qué demonios le pusiste a esta cosa?"

No pude parar de reírme para contestarle. Se puso de pie y corrió a la cocina, presumiblemente para lavarse la boca. Con la cantidad de cosas que puse en él, dudé que un solo vaso de agua le haría mucho bien.

Lance me frunció el ceño. "¿Qué pusiste en ese sándwich?"

"Oh, solo las cosas que encontré en la cocina. Pavo y queso, su favorito. Y luego agregué un poco de mayonesa y mostaza, también las cosas que le gustan. Y luego puse unos pimientos rojos, salsa picante, salsa Teriyaki, jalapeños. , sal de ajo y canela. Eso le enseñará a darme órdenes ".

"Recuérdame que nunca me ponga de tu lado malo".