Quiéreme otra vez |Payson 4|

8. Él me vio otra vez.

Mahony está en el baño mientras todos estamos afuera en nuestras respectivas camas esperando que salga y nos revele que teníamos razón acerca de que está embarazada; yo debería estar impacienten por conocer el resultado pero en vez de eso estoy pensando aun en lo que Didi dijo. Jesús, Rachel tenía razón, era mejor que no hubiese dicho nada, ahora estaré pensando en eso toda la noche.

Recibo una llamada de Eddie mientras estamos esperando y salgo de la habitación hacia el pasillo para contestarla. No tengo idea de que querrá hablar conmigo, aunque hace rato, cuando nos encontramos con él y Ryu en el restaurante, él me guiñó un ojo antes de que se fueran. Aun no sé qué quería decir eso.

Respondo su llamada una vez que cierro la puerta y él me saluda con un—: ¿Qué tal? —muy discordante a su acento.

—¿Qué pasa, Eddie? —le contesto.

—¿Qué hacen los demás? —me pregunta.

—¿Por qué quieres saber? —alzo una ceja.

—Es mi misión, creo, Eric nos dividió en dos grupos y nos dio actividades a todos, estamos en una búsqueda del tesoro —dice—. Estoy con, Otto, Ryu y Dom, nos toca adivinar donde están los demás para no cruzarnos con ellos, ¿Dónde están? No tengo ganas de adivinar y supuse que tú no dirías nada.

—¿Ya empezaron con eso? ¡Nosotros también tenemos una actividad así! pero estamos esperando saber si Mahony está embarazada o no.

—¿Qué? ¿Embarazada? ¿Declan sabe eso?

—No, no se lo digas, es un secreto. Estamos en nuestra habitación.

—Bien —lo oigo resoplar—. Oye Amber... ¿Sucede algo entre tú y Ryu?

Callo unos segundos, no los suficientes como para que suene sospechoso aun así.

—¿A qué te refieres? —interrogo.

—Digo, yo sé que eres su ex novia pero... ¿Recientemente hay algo entre ustedes?

—¿Por qué? ¿Qué dijo?

Soy una estúpida, lo sé, sé que sueno como si estuviera desesperada por saber ¿Dónde está mi dignidad? Creo que la dejé en Paris.

—Solo estaba preguntando demasiado, que había entre nosotros —Eddie ríe—. Le dije que nada aun, pero que de cualquier manera nada iba a ser serio porque no soy ese tipo de chico, luego de eso empezó a darme una charla de cómo eras la mejor mujer que había conocido alguna y que merecías algo bueno para tu vida... le dije que tal vez podría ser él. Se rió, puso cara pensativa y luego se excusó para ir al baño.

—Oh, Dios... —murmuro, deslizándome hacia abajo contra la pared del pasillo.

—Por mí no hay problema si ambos todavía se gustan, yo no me quiero interponer, es más, puedo ser un puente ¿Les van los tríos?

—¡Eddie! —yo río, sacudiendo mi cabeza—. Pues... hablaremos de eso luego.

—¿Eso quiere decir que irás por él?

—No lo sé ¿Crees que debería?

—Creo que deberías entrar a su habitación desnuda y decir "tómame" o algo, se ve que tiene ganas de algo así.

—Eddie, estoy hablando en serio.

—Yo también.

Me quedo pensando en esa posibilidad y en que sería tan gracioso si él actuase como solía hacerlo antes; todo sonrojado y lindo, avergonzado, tapando sus ojos pero aun así con ganas de hacerlo. Sé que sigue siendo igual de respetuoso que antes, no es una cualidad que alguien como él perdería. Recuerdo con mucho anhelo los viejos tiempos en los que guiaba sus manos por mi cuerpo, cuando le robaba un beso, cuando lo obligaba a mirarme; sé que si estuviésemos juntos ahora no haría falta que hiciera nada de eso porque él lo haría por sí mismo y me encantaría ver el potencial que ha construido hasta ahora.