16. Donde debería estar[Parte 1] +18

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Las hamburguesas del lugar siguen siendo buenas, la malteada sigue estando demasiado dulce; perfecta. Las papas fritas son grasosas y suaves y la música pasada de moda sonando las bocinas que son demasiado viejas para que se escuche bien le sigue dando a ese restaurante un toque de nostalgia.

No tanto como tener a Ryu de frente, pidiendo la cuenta. Mirándola como si fuera a demandar a este lugar por todo lo que tienen si le cobran un centavo más de lo debido. Así mira todas las cuentas desde que lo conozco, no es nada personal. Son solo unos dólares y él se los saca del bolsillo y los deja sobre el pequeño plato, saca un billete más para la mesera.

Me toma de la mano y corremos hasta la camioneta.

Como cuando éramos adolescentes.

Pero ya no lo somos; y jamás estuve tan consciente del aquí y el ahora.

Me toma de la cintura luego de abrir la puerta de la camioneta y me ayuda a subir al asiento. Así estoy a su altura. Me mira directamente a los ojos. Sus ojos tan brillantemente azules como los recordaba. Hay una canción sonando afuera, en algún auto cercano y la gente alrededor hablando, los niños jugando... todo Payson se siente como un escenario irreal.

Cierra la puerta de la camioneta y luego se sube en el lado del piloto para conducirla.

—¿A dónde vamos? —le pregunto.

—Ya verás.

Él empieza a conducir y después de pasar el centro de Payson veo que toma la salida hacia las colinas. Yo sonrío. Estos lugares cerca del bosque fueron nuestros favoritos por algunos meses. Veníamos aquí, a un mirador fuera de la ciudad donde podías ver todo Payson. Algo peligroso, mucha gente no va allí, al menos lo era cuando estábamos en la escuela. Cuando Ryu estaciona me doy cuenta de que ahora está iluminado y en la entrada hay una caseta con un vigilante.

—Oh... nuestro lugar peligroso favorito —hago una mueca—. Ahora tiene vigilancia.

—No te preocupes, es para despistar —Ryu sacude la cabeza—. El guardia casi siempre está durmiendo o algo.

—¿Vienes aquí seguido? —le pregunto.

—Solía —se encoge de hombros—. No voy a mentirte, no es que no fuera especial sino que... por mucho tiempo traté de hacer las cosas que hice contigo, con otras chicas... era todo lo que conocía.

—Oh vaya —yo me río, echando la cabeza hacia atrás—. ¿Y qué tal? ¿Funcionó?

—No —él aleja la mirada—. Todo se sentía incómodo. Los besos y todo.

—¿Solo besos?

—Sí —se encoge de hombros de nuevo con cierta inocencia—. No podía hacer nada más, el guardia está dormido probablemente. Solo probablemente. Y hace unos años igual era un lugar bastante concurrido.

—Así que... —yo sonrío de oreja a oreja—. ¿Qué cosas no has hecho acá?

—Mmm —él se impulsa con sus brazos más cerca de mí—. No he besado a Amber de París aquí.

—Amber de París...

—Amber de París... muy diferente a Amber de Payson.

—Otra mujer.

—Una excelente mujer —afirma y sus ojos me recorren el cuerpo—. Una mujer exquisita.

Se inclina hacia mí y no tengo las fuerzas para contenerme. Antes de que siquiera pueda terminar de inclinarse, tomo su cara entre mis manos y junto mis labios con los suyos; contrario a lo que creía, besar a Ryu no me transporta en el tiempo como todo lo que he vuelto a probar en Payson. Es otro sentimiento totalmente diferente, igual de intenso, igual de increíble, pero es diferente.

Quiéreme otra vez |Payson 4|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora