15. All For One

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15. All For One

–Si lo matas, nunca te perdonaré.

Hablaba en serio. Aquel bastardo hablaba muy en serio. Sin dejar de mirarle con el único ojo que podía mantener abierto. Con el frío sudor empapando su frente. Y con la piel tan blanca como el papel porque la sangre no fluía adecuadamente por su venas.

Shôto Todoroki se estaba muriendo frente a sus ojos y no le permitía salvarle.

La mano que tenía casi por completo en su interior fue a parar ahora al cuello de su camiseta y tiró de él, hasta tener su rostro a pocos centímetros del suyo.

–Y si tú te mueres, tampoco te lo perdonaré, mitad y mitad de mierda.

El bicolor se permitió una leve sonrisa antes de que su cabeza cayera hacia atrás por su propio peso. Inconsciente.

Katsuki no sabía lidiar con sus sentimientos en ese instante. Se había prometido a si mismo tiempo atrás que aquel insoportable Todoroki era lo más valioso que tenía en su vida. Perderle no era una opción para él. Ni sabía qué sería de su existencia sin aquel imbécil en ella. No era capaz de imaginar tal cosa.

Sintió unas ganas tremendas de golpearle con todas sus fuerzas. Hasta que cambiase de idea. Hasta que le permitiese acabar con la vida del mocoso nonato. Sin embargo, en un impulso, abrazó aquel maltrecho cuerpo con un terror que no había sentido jamás.

Mitsuki se acercó a ellos. –Llévatelo de aquí. Tal vez sus hermanos puedan ayudarle.

El rubio la miró sin comprender nada. Hasta que se dio cuenta.

–Tú podías liberarlo, maldita zorra.

–Soy su guardiana, claro que podía. Llévatelo antes de que All For One lo impida.

–Te matará por esto—dijo Katsuki convencido. Su madre simplemente le sonrió y él se desapareció de allí con el otro entre sus brazos.

Cuando volvió a aparecer lo hizo en el dormitorio del bicolor, en la casa de los Todoroki. Lo dejó sobre el futón y abrió la puerta.

–¡Venid aquí! –ordenó a pleno pulmón.

En tropel, los tres inquilinos de la casa subieron las escaleras y entraron. Fuyumi no tardó en lanzarse sobre su hermano.

–¡Shôto!¡Shôto!

–No va a despertarse—aclaró el rubio acongojado.

Tensei también fue junto al bicolor y le tocó la frente.

–Está muy mal—dijo. –Algo oscuro tapa su alma. –Los ojos azules buscaron los de Katsuki, que simplemente asintió.

–Eso está acabando con su vida. Shôto no está preparado para tenerlo. Y no me deja matarlo. Así que os lo dejo. Matarlo es cosa vuestra—dijo Bakugô sin titubear siquiera.

–No... Debe haber alguna manera... –Fuyumi parecía a punto de llorar.

–Le hace falta equilibrio. Entre su magia y la del niño. El bebé tiene tanta que ha opacado la suya—dijo Tensei.

–Consultaré el libro—dijo Tôya volviendo a subir las escaleras con prisa.

–¿Se podría hacer? ¿Shôto podría conservar a su chupóptero engendro y dejar de estar medio muerto? –. Ilusionado, Katsuki dio un paso al frente.

–También creemos haber encontrado el modo de derrotar a All For One... Aunque sin Shôto...—Fuyumi rompió a llorar sobre el pecho de su inerte hermano.

T³ (BakuTodo - Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora