–¿May? ¿May, ya estás lista? Se te hará tarde para el colegio. –Mi Nana gritaba al pie de la escalera.
–¡Ya casi! –Contesté después de tirar de la cadena. Me puse de pie y me miré en el espejo, borré cualquier rastro de vomito y salí del baño.
Mi maleta estaba sobre la cama, empaqué las últimas cosas y bajé a la cocina.
–¡Lista! –Una gran sonrisa cubrió mi rostro después de saludar a la mujer que cuida de mí desde que yo era un bebé.
–Pero mira que linda te ves. –Me sonrió. –¿Qué quieres desayunar?
–En realidad no tengo nada de hambre. –Mentí. –Ya sabes, los nervios del primer día de clases y eso. –Fingí una sonrisa, ella hiso un gesto de desaprobación. –Te prometo que llegando al colegio como algo. –Le di un beso de despedida y salí de la casa.
–Buenos días Maydeli. –Peter, el chofer de mi padre me esperaba con el auto en marcha.
–Buenos días Peter. –Contesté mientras él subía mi maleta.
–¿Lista para otro año? –Me abrió la puerta trasera.
–Totalmente. –Mentí y la puerta se cerró.
Y es que quién en su sano juicio iba a estar listo para pasar un año más encerrado en un internado.
El inmenso edificio se podía ver a unos pocos metros, después de pasar casi toda mi vida en ese lugar, aún se me revolvía el estómago de sólo verlo.
–Llegamos. –Peter bajo del coche, me abrió la puerta y bajó mi maleta. –Buena suerte May. –Suerte. Definitivamente necesitaré más que eso.
–Gracias, los voy a extrañar mucho. –Hice una mueca con la boca. –Ojala me den permiso para salir.
–Verás que sí. –Me abrazó y se despidió de mí. Me quedé ahí parada observando cómo se iba. Definitivamente los extrañaría horrores. Él y mi Nana Carmen eran las dos personas a las que quería más que a nadie en este mundo; ellos han estado ahí para mí siempre, desde que yo era una bebita. Para mí, más que simples empleados, eran mi familia.
Di vuelta hacia el internado y empecé a caminar hacia él, ya no había marcha atrás.
–Gusto en verla de nuevo Señorita Maydeli. –La Directora Campbell estaba en la entrada recibiendo a los alumnos. –Espero –hizo una pausa –que su comportamiento este año, sea mejor que el pasado.
–Haré mi mejor esfuerzo Directora. –No esperé a que dijera nada más, sólo seguí mi camino.
Dentro del edificio había mesas con largas filas; ahí nos darían el horario de clases junto con el número y llave de habitación.
–Maydeli Black. –Dije al Profesor cuando llego mi turno.
–Black, Black… Aquí tienes. –Me entregó una hoja grande, el horario, y un pequeño sobre amarillo con un número y una llave dentro.
–Gracias. –Sonreí. Di una mirada rápida entre las filas antes de dirigirme a las escaleras.
Ya estando ahí me detuve a mirar el número en el sobre. –114. –No era mi número preferido, pero no importaba, sólo esperaba que no me tocara compartir cuarto con alguien desagradable. Sólo era un piso, así que decidí no usar el elevador.
Inserté la llave en la cerradura y la puerta se abrió, no había señales de nadie. –Bien. –Me dije, podría escoger la cama que quisiera y el armario más grande. Dejé mi maleta en la cama junto a la ventana, la abrí y empecé a acomodar mis cosas en el armario.