Pude divisar una silueta en el borde. Me acerqué sin hacer ruido y me puse a su lado.
–Hola. –Murmuré. La verdad, ese lugar pedía que murmuráramos y habláramos lo más bajito posible, para no perturbar la paz que ahí había.
–Hola. –Contemplé las estrellas y la luna que brillaba hermosa desde el cielo negro azulado. Me pregunté cuántas personas más estarían haciendo lo mismo en ese momento, y supe la respuesta al instante. Nadie en el mundo estaría con su enamorado enemigo, en la azotea de un internado contemplando la luna y las estrellas en silencio mientras ambos meditan sus asuntos. Nadie estaba en el mismo lugar que yo, con la misma persona que yo… por primera vez me sentí especial.
–¿Tienes frío? –Preguntó sacándome de mis pensamientos. Yo negué con la cabeza. –¿Has visto a Mike?
–Está en mi habitación con Emma.
–Como siempre…
–¿Siempre? –volteé a mirarlo confundida. Vic asintió.
–Siempre está con una chica diferente. –Se encogió de hombros.
–¿Cómo lo sabes?
–Soy su hermano. –Nos quedamos en silencio unos instantes.
–¿Qué se siente tener un hermano?
–Pues, es genial. Aunque a veces es un poco molesto.
–Tienes mucha suerte… –Vic me miró sin entender. –Digo, tú tienes a alguien, un hermano que siempre va a estar contigo… en cambio yo… ¿qué tengo? Nada. Creo que ni siquiera tengo un padre…
–Debes tener a alguien por algún lugar.
–No lo creo…
–¿Y tú madre? –su pregunta me tomó por sorpresa.
–Yo… la maté… –Hui de su mirada. Tenía vergüenza…
–Ma… –Dejó la frase sin terminar, para comenzar con otra. –Estoy completamente seguro de que tienes a alguien que te quiere. Y mucho más de lo que tú te imaginas.
–Eso es imposible. –Me sorprendí a mí misma cuando me di cuenta de que no estaba llorando.
–Créeme.
–Es difícil creerle a un mentiroso.
–Yo no soy un mentiroso. –Se hiso el ofendido.
–Sí que lo eres. –Reí divertida.
–Que no lo soy.
–Que sí lo eres.
–¡Qué vas a saber tú de mí! –Y seguidamente estaba sobre mí haciéndome cosquillas. Yo comencé a reír lo más bajito posible mientras pataleaba y me revolvía intentando salir de sus garras, pero era imposible. –¿Sigues pensando que soy un mentiroso? –Yo negué con la cabeza, mientras sentía como si mi estómago fuera a explotar en cualquier momento.
Entonces él se detuvo. Lo observé, estaba sobre mí y me miraba con ternura. Se acercó poco a poco y juntó nuestros labios en un pequeño beso, mi corazón comenzó a andar más y más rápido. No quería que se separara de mí. En el último minuto, cogí su cara entre mis pequeñas manos, y acercándolo a mí, junté mis labios nuevamente con los de él. Él respondió el beso moviendo sus labios delicadamente sobre los míos y luego de unos segundos, nos separamos. Estaba más que segura de que tenía las mejillas rojas como tomate.
–Discúlpame…
–No te preocupes… –Se levantó de encima de mí y se tumbó a mi lado con sus manos bajo su nuca. –¿Piensas dormir en la azotea?
–Probablemente me vea obligada a hacerlo. –fruncí los labios.
–Te morirás de frío aquí arriba.
–Y eso haría feliz a todo el mundo. –dije recordando las palabras que horas antes me había dicho en el taxi.
–Lo siento. –negué con la cabeza.
–No. Tú tienes razón.
–¿La tengo? No sabía que eso te afectaba… –dijo preocupado.
–Me afecta más de lo que te imaginas. –Vale, quizás me estaba pasando y le estaba hablando mucho sobre mí y mi vida. Toda esa información la podría usar en mi contra. –Cuéntame algo sobre ti. –Me giré hacia él y me apoyé sobre mi brazo para mirarlo.
–Pues… nací el 10 de febrero, en San Diego, California... –rió. –Am… tengo una banda y hace poco firmamos un contrato con una discográfica.
–¡Eso es genial! ¿Y quiénes son? ¿Tú qué haces? ¿Cómo se llaman?
–Pues somos Mike, Tony, Jaime y yo; Yo soy el vocalista, también toco la guitarra y escribo las canciones… y nos llamamos Pierce the Veil.
–Cántame una canción ¿sí? –le rogué con las manos juntas.
–Tal vez en otro momento. –sonrió de lado.
–Está bien. –contesté un poco decepcionada y él se dio cuenta.
–Te prometo que algún día te cantaré una canción, sólo para ti y será especial. –me miró y pasó mi cabello por detrás de mí oreja.
–Gracias. –sonreí. Era impresionante cómo este chico podía hacerme cambiar de actitud tan rápidamente. –Cuéntame más. –pedí como una niña pequeña cuando quieren que le lean un cuento a la hora de dormir.
–Bueno, pues estamos trabajando en nuestro primer álbum, sólo llevamos la mitad lista por el momento, pero esperamos terminarlo pronto. Se llamará ‘A Flair For The Dramatic’.
–Lo tendré en cuenta, quizás en un futuro lo vea en todas las tiendas de discos.
–Ojala, realmente me gustaría que tengamos éxito.
–Lo tendrán, ya lo verás. Es más, cuando salga el álbum iré directo a comprarlo antes de que se acaben.
–Qué cosas dices, no tienes que comprarlo, yo te regalaré una copia en cuanto salga.
–Bueno, pero tendrá que estar autografiado eh. –dije levantando una ceja y tratando de sonar lo más seria posible. Vic rió.
–Con dedicación y todo. –alargó sus brazos hacia mí. –Ahora ven aquí que tengo sueño. –me cogió entre sus brazos apegándome al él lo más posible.
Yo no me había dado cuenta del sueño que tenía hasta ese momento, sentí como los ojos se me cerraban lentamente y los músculos de mi cuerpo se relajaban poco a poco, estaba tan cómoda.
–Buenas noches. –Susurré para luego acomodarme entre su pecho y cerrar los ojos definitivamente.
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Este capítulo probablemente este cortito y tenga algunas faltas ortografícas porque lo escribí en el celular. Me están reparando la computadora y no sé cuándo me la devuelvan u.u . Igual seguiré subiendo capítulos en el celular aunque salgan cortitos.
Gracias por leer <3