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Veintidos - Final

Cuando Jungkook despertó sintió un extraño vacío a su lado paso la mano por la sabana confirmando que estaba fría, en ese momento sintió de inmediato como su piel se ponía al igual que el de una gallina, su corazón empezó a latir muy rápido y su respiración era acelerada, su pecho subía y baja desesperado, en pocas palabras sentía miedo, se levantó de un brinco de la cama.

-¿Rose?- dijo en forma de pregunta tan alto como pudo mientras caminaba por la habitación, cuando cogió su teléfono para llamar escucho un ruido

-Ya te has levantado- dijo ella saliendo del baño, con una camisa de él como pijama, el corazón de Jungkook volvió a latir con normalidad y este boto aire por la boca tocando su pecho, sintiéndose relajado -¿Estas bien?- pregunto ella dándose cuenta del estado de Jungkook y acercándose inmediatamente a él

-Solo creí que te habías ido- dijo él abrazándola fuertemente, Rose correspondió el abrazo de él apretándolo más pues de hecho ella también necesitaba sentir el aroma de Jungkook

-Ya sabes que nunca te voy a abandonar- ella lo acaricio de la manera que a él tanto le gustaba pues eso le daba tranquilidad

Y mientras Jungkook la miraba a los ojos, Rose pudo encontrar a ese niño del que hace tiempo se había enamorado, con aquellos sentimientos tan puros sin buscar nada más de lo que ella podía dar, estando con ella a pesar de no ser correspondido, dando todo por nada, aquella mirada tan pura como la de un bebe o un gatito asustado. Aquella mirada que por un tiempo sintió perdida pues ella misma se había encargado de corromper, de hacerlo pedazos, por que sea lo que sea que decía la gente de que Jungkook utilizaba a Rose pues incluso él debió haber perdido la cuenta de las veces que la engaño, en el corazón de Rose ella siempre supo que ella fue quien lo orillo a hacer eso y aunque muchos creyeron que ella era la víctima en realidad ella siempre fue la villana de aquella historia pues su egoísmo lo había hecho así.

-Sabes que siempre estaré para ti- recalco -Pase lo que pase- así se sentía estar libre, así era poder entregarle tu corazón por completo a otra persona, porque se sentía tan bien

Rose sello sus palabras con un beso, pero aquel beso era diferente, aquel beso se sentía como el primero, como el más honesto, porque para ese momento lo único que ellos dos necesitaban eran así mismos y simplemente podían vivir ahí,en esa habitación de hotel felices porque habían conseguido lo que otros sueñan en conseguir, se tenían el uno al otro y eso era suficiente.

Los besos se intensificaron, y las caricias parecían más calientes, Jungkook sin esperar más tiempo le quito la camisa que ella traía puesta y lanzó a Rose a la cama, sacó su camisa y se puso sobre ella, presionando sus cuerpos uno contra otro, haciendo movimientos en vaivén, aquel movimiento era desesperante para Rose y no supo por qué Jungkook era tan cruel con ella hasta que él mismo se lo dijo

-Recuerdas que aún tienes una deuda conmigo- le susurro a su oído de una manera tan sucia y excitante, casi delirante -Ahora quítate esas bragas y date la vuelta- ordeno de una manera tajante

Aquel tono que él usaba era diferente y casi irreconocible pero de la misma manera era tan seductor que era capaz de hacer que cualquiera cayera en esa redes engañosas, Rose sin esperar o cuestionar, se quitó su ropa interior y la dejó caer en el suelo, para después darse la vuelta y quedar en cuatro como él lo había ordenado.

-Ahora, gritarás mi nombre hasta que te quedes ronca- dijo bajando su bóxer y palmeando el desnudó trasero de Rose

Y solo esa caricia hizo que en todo el cuerpo de Rose corriera una electricidad total, Jungkook pasó lentamente su miembro por la entrada de ella haciéndola estremecerse aún más.