Capítulo IV

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Estoy en un lugar oscuro rodeada por una espesa niebla ¿Cómo demonios llegue aquí? Esto va más allá de la locura. Por más que intente ver algo entre todo esto, no logro divisar nada. Un momento... lo veo. Louren aparece entre la niebla y camina hacia mi lento.

- ¿Dónde estamos? – murmuro, pasa por mi lado.

- De donde vengo - ¿Qué? Esta rodeándome, siento su penetrante mirada en mi mientras camina a mi alrededor.

- Por favor, llévame devuelta a casa – este lugar me hace sentir fría, perdida y desahuciada. Es horrible ¿y de aquí viene él?

- No voy a hacer eso, tienes que venir conmigo – las lágrimas se acumulan en mis ojos. Yo no quiero esto, quiero estar tranquila, no quiero ser obligada a nada.

- Dame unos días, déjame despedirme de todos, acomodar mis cosas y acomodar mi cabeza – ahora está parado enfrente mío y su mirada me dice que la idea no le gusta para nada.

- ¿No te parece que ya te esperé demasiado tiempo? He tenido veintidós años sin ti ¿Qué te hace pensar que te daré mas? – mierda, bajo la mirada tratando de buscar algo para convencerlo.

- Si has esperado veintidós años, tres días no serán nada. Después de eso, hare lo que me digas – después de todo pienso escapar – pero no quiero verte, nada de estar en mis sueños, nada de buscarme, nada de aparecer. Quiero tener una vida normal, aunque sea por tres días.

- Es un trato – toma mi mano, y me rasga la piel de mi muñeca, haciendo una marca todo alrededor, como un brazalete. Por alguna extraña razón no me dolió, pero si me horrorizo ¿Cómo me lastima con tanta facilidad? – esto – levanta mi muñeca y la pone delante de mis ojos – es un sello. Nuestro pacto esta sellado, si lo rompes, sentirás dolor – toma un dedo de mi mano y se hace una marca igual el – si yo me acerco a ti durante estos tres días también sentiré dolor.

Esto es una locura, ¿estoy soñando de nuevo? Si eso debe ser, estoy soñando. Me mira fijo a los ojos, busca advertirme con la mirada que no intente nada estúpido. Estúpido para él, yo pienso irme lo más lejos de este lugar ni bien me deshaga de su presencia. A niebla comienza a levarse a oscuridad, junto con Louren y después de lo que pareció ser la cosa más rara de mi vida, vuelvo a estar en mi habitación. Una vez confirmado que no está acá, me apresuro a empacar mis cosas, algunas, no podre llevarme todo. Tomo una mochila y cargo pantalones, remeras una campera, ropa interior y todo el dinero que venía juntando. No es mucho, pero me servirá para alejarme, ya después veré que hacer.

Helen está durmiendo, como sé que tiene el sueño liviano ¿, no tengo de otra que intentar irme como algodón, sin hacer ni el mínimo ruido.

Una vez llego a la puerta, salgo despacio, ni bien logro cerrar la puerta, me hecho a correr como si me persiguiera una manada de leones. Tengo que salir lo más pronto de aquí, antes de que por alguna extraña razón se dé cuenta.

Doblo en una esquina y reboto contra alguien que libera un quejido por el choque. Demonios.

- Lucy ¿Qué haces? – oh no puede ser.

- Mike, ¿Qué haces aquí? – me duele la nariz por el choque.

- Intento entrar en mi casa con vida – señala a su lado. Oh estoy afuera de su casa, casi no me doy cuenta para donde corría - ¿Por qué corres así a esta hora de la noche?

- Lo siento, yo tengo que irme de aquí, quiero llegar al aeropuerto cuanto antes – intento salir corriendo, pero me toma del brazo antes de que logre salir - ¿Qué haces?

- No puedo dejarte ir así. Estas muy asustada. Entra cuéntame que sucede y luego te llevare yo al aeropuerto – no puedo quedarme más tiempo – no te dejare ir de otra manera, me veré obligado a llamar a Helen y si es necesario a la policía.

Louren BidecastWhere stories live. Discover now