Wrong Love

Parte 11

Albus regresó a su casa. Cuando llegó solo encontró a James, que se alegró de sobremanera al verlo.

—Querido hermanito, ¿recordaste que tenías casa?... no creas que no me alegra verte, es solo que... ya había perdido las esperanzas.

—De qué hablas James —le respondió en un tono serio. Por el tono de James podía imaginar que algo tramaba.

—¿Así me vas a saludar, Albus? A tu hermano mayor, que te adora... —Albus rodó los ojos y se acercó a abrazar a su hermano—. Bienvenido a casa, pequeño Albus.

—¿Dónde está mamá? —preguntó Albus, tratando de zafarse de su hermano.

—Saliendo del trabajo, ya deben estar por llegar.

—Subiré un rato a mi habitación, me siento cansado.

—Por qué no te quedas un rato aquí, hace tiempo no tenemos una conversación de hermanos... además ¿Tú no ibas a regresar la próxima semana?

—No quiero hablar de eso ahora contigo, James. —Albus se fue rápidamente, su hermano podía ponerse muy cargante, y eso lo irritaba más.

James se sentía confundido, no sabía si su plan había sido exitoso o no, aunque por el mal humor de Albus era lo más probable, aunque no entendía porque se había demorado un par de días más en volver. Rose no había cumplido en un cien por ciento, y no lo había informado del todo, como él esperaba. Pero ya tendría tiempo para arreglárselas con Rose y averiguar que había ocurrido con Albus y su noviecito el Malfoy.

Albus llegó a su habitación y se tiró en su cama. Había extrañado su casa, no entendía por qué no había vuelto de inmediato a penas Scorpius comenzó a comportarse como un idiota baboso. Se sentía tan confundido, no sabía si su amistad volvería hacer como antes. ¿Podría ser amigo de Scorpius sin pensar en lo que había ocurrido con Draco?

Empezó a recordar ese mágico momento, como Draco se había acercado, diciéndole que él nunca molestaría... como él se había dejado llevar por ese beso... y luego el segundo beso... sabía muy bien como se había sentido, quería seguir, sin dudarlo se hubiese entregado por completo a Draco Malfoy. Comenzó a pasar sus dedos por sus labios. Los labios del Malfoy eran suaves, tibios... su respiración agitada. Todo era muy excitante. Sin darse cuenta llevó su otra mano bajo su pantalón. Comenzó a tocarse lentamente, mientras imaginaba que sus manos eran las pálidas manos de Draco. Comenzó a aumentar el ritmo de sus caricias, pero tuvo que detererse de forma abrupta al escuchar que venían sus padres llegando a casa. Salió rápidamente de su habitación para encerrarse en el baño y así terminar el "trabajo". Se lavó la cara y bajó como si nada.

—Hola mamá... Hola papá.