LOS SECRETOS DE AELIN (Trilogía Almas Oscuras #2)

Mi vida sin ti

Una bruja sin poderes, esto parece el inicio de un chiste malo.

Soy la hija de la bruja más poderosa que jamás ha pisado la faz de la tierra y sin embargo no presento ni una pizca de poder mágico. Nada de magia en mi cuerpo. Todo lo contrario a mi mellizo Elián, el cual ya se ha convertido a sus 16 años en un brujo metamorfista como mamá. Elián es capaz de cambiar a cualquier forma deseada, es lo que llaman un cambiaformas.

Mi hermano desarrolló sus poderes a una edad muy temprana, con escasos 9 años ya podía cambiar a la forma que a él se le antojara. Por otro lado, lo único que conseguí yo a esa edad es tener una temprana y dolorosa menstruación. Que bien por mi.

Al principio pensamos que al ser hija de una bruja y un cazador tendría un 50% de posibilidades de ser alguna de las dos cosas pero mientras que mi hermano a los 9 se presentó como un brujo yo no fui capaz ni siquiera de desarrollar algún tipo de poder como mi madre o de habilidad como mi padre o alguno de sus amigos cazadores.

Así que aquí estoy yo, soy la hija del cazador más temido y de la bruja más poderosa y yo soy al parecer una simple humana.

 ...

-Aelin- la voz de mi padre algo agitada me trajo de nuevo al mundo real- Aelin cariño... ¿QUe demonios estas haciendo cariño?

Me encontraba encima de la cama con parte de mi cuerpo colgando en un lateral atada de pies y manos. Mi largo cabello negro colgaba hacia abajo mientras que los expectantes ojos de mi padre se clavaban en mis pupilas azules. Esa era una de las pocas cosas, a parte del género y lo de los poderes, que nos diferenciaba a mi hermano y a mi. Ambos teníamos el cabello negro intenso y algo ondulado de mamá pero Elián poseía los mismos ojos verdes que papá mientras que yo al parecer tenía los de mamá.

-Yo... eh... ¿Cómo te explico esto?- balbucee- Veras, el tío Aaron me dijo que a el también le vinieron los poderes tarde y que había hecho esto.

-¿El tío Aaron se colgaba boca-abajo completamente atado? Cariño, siento decirte esto pero creo que te han engañado. Parece que estas haciendo uno de esos trucos de magia trucada que hacen los humanos más que fomentar tus poderes.

-El tío Aaron me dijo que de esta manera la sangre bajaría a la cabeza y sería más fácil descubrir mis poderes.

-Esto confirma que te han tomado el pelo pequeña. ¿No había otra opción?

-Bueno, me dijo que si estaba en peligro sería posible llamar a mis poderes, dijo que así los encontró mamá

-Prefiero que sigas cabeza-abajo a que pongas en peligro tu vida. ¿Has recogido ya tus cosas?

-Si, solo falta por empaquetar las cosas de Rocky.

-Cariño, ponle la correa a ese bicho y vámonos anda, la tía Cath ya está abajo esperando por nosotros y si tardamos mucho Aaron me matará.

Papá cruzó la puerta con una sonrisa melancólica en la cara, se notaba que echaba mucho de menos pero no quería mostrarlo. Mamá era una mujer muy fuerte, según papá muy pocas veces la vio llorar. Supongo que ahora que no está tuvo que adoptar el papel de ambos y con dos hijos adolescentes y aun encima nada normales, por lo menos uno, las cosas no eran fáciles para él. Papá recibía mucha ayuda de los tíos pero ellos vivían muy lejos. El tío Aaron vivía en la misma casa en donde se había criado, allí había montado una especie de academia o internado para enseñarles magia a los brujos y brujas del país, mientras que la tía Catherine vivía con su enorme perro Balto en una casa cerca de donde vivían antes papá y ella.