¿No me recuerdas? || Vharem

Día 7, semana 1.

     A la mañana siguiente, al ser el comienzo del horario de visitas, Jin ingresó en mi habitación asignada en el hospital y un pensamiento rondo por mi mente.

     «¿Por qué sólo él viene a visitarme?».

     Viendo mi acción de tomar mi libreta y bolígrafo, las comisuras de sus labios se alzaron.

     —Tan temprano y las preguntas —habló, dejando su saco en el respaldo de la silla que arrastro hasta ponerla junto a mi camilla.

     —¿Y mi familia?

     La sonrisa de Jin desapareció y mi pecho se apretó. Mi cuerpo se tensó en expectación.

     —Maldición, se me olvidó avisarles.

     Todo el aire que estuve conteniendo salió bruscamente de mis pulmones.

     «¿Qué?».

     —Dame un momento, ahora vuelvo —y con ello salió de la habitación con el móvil en la oreja.

     Me quede en blanco y estupefacto hasta que él regresó.

     —Les he llamado —sonrió Seokjin con timidez—. Estarán aquí para mañana. Han tomado el primer vuelo directo para acá.

     Aquello me hizo fruncir el entrecejo.

     —¿No estamos en Corea?

     Levemente, Jin asintió. —Sí, pero tus padres no son coreanos Tae, son japoneses.

     «Eh... ¿¡EH!? Por la papaya, no recuerdo hablar japonés».

     —¿Y qué hago yo aquí? No entiendo...

     —Tranquilo, Tae. No me imagino cuantas dudas tienes ahora en tu cabeza, pero tratare de explicártelo todo con calma —tomó mi mano y acarició el dorso de esta—. Antes de que tú nacieras tus padres decidieron vivir aquí, vivieron, te tuvieron, pero una vez te graduaste ellos se regresaron a Japón.

     Por estar repentinamente ansioso no miré la mueca que hizo Jin cuando dijo lo último.

     «¿Por qué se fueron?, bueno no importa ¡Tengo padres japoneses! Por la guayaba» era lo que pensaba.

     —¿Ellos hablan coreano? —le pregunté ansioso.

     —Por supuesto —asintió Jin—. Así como yo también hablo japonés.

     Solté un suspiro de alivio.

     «Uff, menos mal. No debo intentar recordar hablar japonés».

     Pero, por otro lado, era ignorante que el cuerpo de Seokjin se encontraba rígido mientras veía mi emoción por conocer a mis padres.