Especial de San Valentín.

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     Fue un día hermoso. Taehyung se encontraba flotando en una nube todo lo que va del día. Lo estaban consintiendo a morir como cuando era su aniversario, pero ya que están en este tipo de cortejo ya que su amnesia no se iba del todo, pues...

     Seokjin le había hecho el desayuno y prometió hacer la comida todo el día; Hoseok le había preparado un baño y le había masajeado los pies e incluso le pinto las uñas; Jimin le había dado un paseo en su auto y le llevo de compras, podía comprar todo lo que quisiera y lo hizo; Jungkook le había comprado una inmensidad de rosas por no decir que toda la sala estaba repleta de ramos; Yoongi le dio una enorme caja de chocolates junto a un enorme oso del que se queja por tener que haberlo cargado desde el auto; y Namjoon había venido lamentándose por solo poder darle una carta, sin embargo, lo calmo y le aseguro que su sola presencia era un regalo. Cosa que no era mentira.

     En fin, Tae estaba encantado de dejarse mimar.

     Mas si era por seis hermosísimos hombres.

     No se negaría.

     Sin embargo, estaba siendo todo muy suave. Él quería que lo azotaran contra la pared, le arrancaran la ropa y se dieran un beso desenfrenado, que lo mordieran y lo ataran y, y...

     —¿Amor? ¿no vas a entrar? —Hoseok lo miro junto a la puerta esperando que entrara.

     Taehyung parpadeo saliendo de sus fantasías. Debería de dejar de leer sus libros.

     —Wow, ¿Qué tanto compraste? —habló Yoongi una vez entro a la sala.

     Namjoon en un parpadeo estaba a su lado como niño pequeño. —A ver, déjame ver.

     Taehyung rápidamente escondió las bolsas detrás de él.

     —Sí... no me dejo ver nada —comentó Jimin cerrando la puerta detrás de ellos con más bolsas en sus manos.

     —¡Es una sorpresa! —anunció con una sonrisa antes de correr a su habitación.

     Una vez dentro de ella le coloco seguro a la puerta y se dejo caer en la cama. Se rio con regocijo. Con emoción salto y abrió una bolsa en especial. Con especial delicadeza puso la ropa sobre el colchón.

     Era lencería.

     Acaricio la tela de satén y encaje imaginando como se sentiría en su piel. Su rostro enrojeció y soltó un chillido.

     «Agárrense chikitrikis que ahí les voy».

     No se equivoquen, Taehyung amaba que los chicos fueran dulces con el y lo apapacharan con amor y cariño, pero... quería dar el paso más allá de besos, sabía que los demás lo hacían porque querían darle espacio y siempre se detenían antes de que las cosas avanzaran. Esta frustrado de que lo trataran como si se fuera a romper o algo, no lo haría.

     ¡Era lo que quería!

     «Uff, en fin». Taehyung soltó un suspiro.

     Hubo un golpe en su puerta.

     —¿Tae? —se escuchó la voz de Seokjin—. La cena estará lista en unos minutos, baja cuando termines.

     Rápidamente el menor salió disparado a darse una ducha rápida para prepararse.

     «¡Era el día del amor, así que amor daría!» se rio maléficamente.

     Mas tarde, los demás sentados en sus respectivos lugares en la mesa se quedaron viendo entre ellos en silencio.

     Jimin suspiró. —Creo que se durmió.

     —¿Debería ir por él? —preguntó Jungkook.

     Justo estaba por levantarse cuando Taehyung fue bajando por las escaleras hasta llegar frente ellos vistiendo una bata rojo vino de satén larga.

     No lo cuestionaron porque no era raro, no hasta que vieron que el castaño en lugar de sentarse en su silla se subía a esta y luego a la mesa descalzo.

     Nam se puso de pie. —Bebé, ¿que estas-

     El vaso de vidrio Hoseok cayó en un sonido horroroso al piso cuando se estrelló. Pero aun así nadie siquiera le presto atención. Ni a Seokjin que escupió toda su bebida o Jungkook quien se ahogaba con un trozo de pan. No cuando Taehyung se abrió la bata y la tiro al suelo. Estaba ahí vistiendo tan pequeñas prendas de encaje negro con pequeños lazos y correas, casi transparentes que no dejaba nada a la imaginación.

     —Mierda —Yoongi maldijo.

     Tae sonrió y con el pequeño control remoto en su mano le dio 'play' y la música inundo todo el lugar. Se sintió como el dueño de ahí. Sabía que era divino e irresistible, pero atestiguar de tener los ojos de los seis sobre él elevaba su ego al cielo.

     «Ahora sí, hora del espectáculo» se dijo triunfante.

     —Tae no creo que... —Jin trato de detenerlo.

     Pero el menor no estaba escuchando. Él ya se veía bailando como Beyoncé cuando...

     La mesa se rompió.

     Todos gritaron de terror cuando el vidrio se partió por la mitad. —¡Taehyung!

     «Chale, se cancela todo».

     Parpadeó hacia la luz cegadora de lampara sobre él.

     «Espera, ¿Esto es el cielo?» pensó cuando la luz blanca eclipso todo.

     «Ay no manches, creo que ahora si me morí» se dijo cuando luego quedó todo oscuro.

     Por otra parte, los demás estaban perdiendo la cabeza viendo como Taehyung yacía inconsciente casi semidesnudo, casi; sobre el desastre de comida y vidrio en el suelo.

     —¡Llamen a una ambulancia!

     —¡¿Alguno sabe dar RCP?!

     —¡A-Alguien traigan una sábana, por dios!

     —¡Hay sangre!

     —Cállate, idiota ¡Es solo cátsup!

¿No me recuerdas? || VharemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora