Capítulo 5 : ¿Quien eres Min Yoongi?

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Los sonidos de golpes vienen desde afuera, el profesor de química es el que los provoca, ¿como lo se? Por su voz de viejo maldito y egoísta.

-¡Abran la maldita puerta! - Grita el viejo - ¡Abran!
-¡Ya callese! - Grita el profesor Min desde adentro - Ya listo, ya está abierta. Deja de gritar.
-¿Qué hacías aquí encerrado con el alumno? - en los ojos del viejo puede notarse un poco de enojo - ¿Qué hacías degenerado?
- Profesor - digo acercándome al viejo - Nada, el profesor Min no ha hecho nada, sólo quería estar sólo un momento y el me ayudó a tranqulizarme.
- ¿Por qué la puerta estaba cerrada? - pregunta aún con un tono molesto.
- Se cerró por error - sonrio levemente - no se preocupe profesor. Aquí no paso nada malo.
- Ya ve - dice el profesor Min - No paso nada, el niño se sentía triste y le di unos buenos, buenísimos consejos y el también me dio unos buenos consejos a mi. - puedo notar la picardía en su sonrisa, es un desgraciado. - Por favor continúe, le toca su clase, yo me retiro.
- Jovencito quédate aquí hasta que regrese - dice el hombre viejo.

Asiento y me siento en la banca junto a la ventana, el sale detrás de Min, ¿Qué le dirá?

Fuera del salón

El viejo me sigue, ¿Nos vio? Espero que no, de lo contrario tendré problemas por querer besar a ese niño tonto. Es imposible ignorar sus labios tan gruesos, te hipnotiza.

-Min - dice agarrando mi hombro - Vi lo que hiciste, vi que besaste a ese alumno.
-¿Cuál es el problema? - pregunto arrugado la frente - No veo el gran problema.
- Es un estudiante, ese es el problema - dice, su expresión de enojo había cambiado, ahora mostraba preocupación - Te vas a meter en problemas, vas a perder tu trabajo.
- No me importa perder mi trabajo - digo cerrando mis ojos para después sonreír y suspirar. - No me importa perderlo todo sólo para poder besar sus labios otra vez.
- No hagas esto - dice volviendo a su tono molesto - Deja a ese niño en paz.
- No puedo - sonrió - el me pertenece, es mio. Yo soy su monstruo.

Diciendo esto camino en dirección opuesta al salón, puedo imaginar la cara del viejo al oír mis palabras, el sólo pensarlo me da risa.
Me detengo frente al baño miro la puerta por un momento, entró y me paro frente al espejo. Abro la canilla y dejó caer el agua, tomo un poco entre mis manos y la estampo contra mi cara, siento las pequeñas gotas frías resbalando por mi rostro. Me miro al espejo por unos segundos y luego camino hacia la puerta, siento un dolor en la nuca y un sonido ensordecedor.
- ¡HAHAHA! - Grito y me coloco las manos en los oídos para intentar dejar de oírlo pero es imposible, el ruido es tan fuerte que se podría oír desde un kilómetro de distancia. Cerca de mi, es totalmente horrible. - ¡YA BASTA! - Grito nuevamente golpeando mi cabeza contra la pared - ¡YA DÉJAME EN PAZ! - El ruido comienza a calmar, ya es menos audible y por lo tanto menos molesto y doloroso, continúa hasta acabar.
Sacado un poco mi cabeza antes de ponerme de pie y salgo del baño.
Camino y camino sin dirección alguna, Mis ojos quedan clavados en un póster justo a lado de la puerta de un salón; ahí está ella. Tan bella como siempre, la que fue y seguirá siendo el amor de mi vida, mi único amor.

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