PREFACIO

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Eran ya pasadas de las 5 de la tarde, desde su apartamento podía ver el atardecer a sus pies, al igual que el caos de la ciudad como todos los días.

¿Qué haría? Maldición, es que acaso era un adolescente al cual no le importaba lo que hace aun sabiendo que estaba demasiado ebrio como para tomar una decisión así. Y es que ni siquiera en su adolescencia hizo alguna estupidez de esa magnitud; sabía que esa noche paso algo, pero no sabía qué exactamente pues lo único que encontró fue la habitación un tanto desordenada, un par de copas con una botella del mejor champagne vacía y a él despojado de su saco y camisa, además de un fuerte olor alcohol. Por más que intentaba revocar la noche anterior lo único que venía a su mente era una hermosa chica con un cabello inigualable y ojos chispeantes con la que bailo, incluso coqueteó, hubo besos pero algo en su interior le decía que no llegaron a más pues aunque no recordaba qué paso después de ganar unos dólares en las máquinas no había señales de que algo más sucedió.

¡Pero vaya que sucedió más, mucho más! Ese papel lo dejaba más que claro, lo que pasó en Las Vegas no se quedó en Las Vegas.

Debía aclararlo ya, decirle a esa joven de cabello extrañamente hermoso que no obtendría nada de él, ni un solo centavo si es que eso buscaba, dejaría que cumpliera el contrato y después la despediría, se encargaría de alejarla de él lo más que le fuera posible. No tenía tiempo que perder tenía que buscarla ahora mismo, sabía que seguiría en la empresa pues su turno terminaba a las 7, sin más Martín salió con furia contenida a buscarla y pedirle una maldita explicación al respecto.

Deseando Al Amor ©Where stories live. Discover now