"Nunca está bien empezar la historia al final del cuento" habían escuchado alguna vez.
Avis y Martín parecen no haber querido hacer caso, ambos de mundos diferentes pero que chocaran sin planearlo; un viaje, una noche y una decisión tomada sin siqu...
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Era el cumpleaños número 24 de Avis y como todos los 03 de Marzo lo terminaban festejando con un pastel de chocolate con fresas, una de las muchas especialidades de su mamá.
Al llegar el momento de apagar las velas cerró los ojos, respiro profundo y deseó que los cambios que venían en su vida fueran para bien; al abrir sus ojos después de apagar las velas su amiga Betty con emoción contenida aplaudió eufóricamente.
-Ay Avis, espero hayas deseado ir a Las Vegas –dijo Betty sacando un sobre blanco. Avis parpadeó confundida al escucharlo dicho.
-¡Nos vamos a Las Vegas! ¡Nuestro primer viaje fuera del país! –Gritó Camila al tiempo que abrazaba a Avis al notarla aún bastante confundida, Avis era una chica que le gustaba disfrutar lo que la vida le daba, inclusive los momentos malos pues gracias a ellos podía apreciar al máximo los buenos, así que, aunque La Vegas no sonaba ni cerca a su lugar favorito se sentía entusiasmada.
Después de todos los regalos, Betty, Camila y Avis se encontraban en la sala platicando y organizando su viaje, pues su vuelo salía en 3 días y querían que todo saliera increíble.
Por otro lado, Martín estaba inmerso en el trabajo, acababa de terminar la llamada con el Señor Williams acordando que el día Viernes se verían por la tarde en Las Vegas para cerrar el contrato de compra-venta de la Aerolínea, ese sería un buen trato pues de no comprarla miles de personas se quedarían sin trabajo y él tendría que pagar una fortuna en los envíos y viajes que se tenían que hacer de parte de la Empresa.
Hacía un par de años que Martín quedó a cargo de Valladares Company, pues su padre al ver que se estaba hundiendo en su propio infierno después de ese trágico acontecimiento, decidió que eso sería un motivo para seguir adelante, ya que conocía muy bien a Martín y sabía que a él no le gustaba decepcionar a la gente que quería, así que poco a poco lo fue dejando a cargo hasta que quedó como el Presidente de la Compañía. Y aunque al principio los inversionistas no estaban muy seguros de la decisión, Martín se encargó de cerrarles la boca a cada uno de ellos pues era ambicioso y muy estratégico a la hora de cerrar cualquier trato.
Pasadas las 10 de la noche Martín decidió irse a su apartamento, la Empresa ya estaba prácticamente vacía y al llegar a su apartamento estaba aún más vacío, aunque para él eso ya no era novedad porque desde aquel día, desde aquel maldito día él se sintió vacío, sin nada que dar, pero también sin nada que recibir pues ya le había quedado claro que su oportunidad para ser feliz le fue arrebatada y ni siquiera pudo disfrutarla de la manera que él hubiera deseado. Se había vuelto un hombre frío, cauteloso, rencoroso con la vida y además con una fuerte carga de culpa, sabía que ya no merecía nada bueno y aunque muy en el fondo necesitara un respiro de todo eso tenía más que claro que eso nunca le sería posible.
Llegado el Viernes, Avis y sus amigas ya estaban en el avión, Camila la miro y le dijo, -Tomate este viaje como un respiro para todo lo que viene en tu vida que seguro será un éxito y disfruta como siempre lo has hecho.
