Martín y Avis entraron a la suite entre caricias y besos, el cuerpo de Avis parecía mover sus caderas en sintonía ante las caricias de Martín, él la pegó más a su cuerpo y Avis no replicó y es que parecían querer estar juntos toda una eternidad a pesar de no haber llegado a algo más, claro que eso que sentían era deseo puro, aunque iba más allá de lo físico, lo sabían, pero estaban tan ebrios que ninguno parecía ser consciente de lo que hacían por lo que se dejaron llevar.
-Tenemos que celebrar, pequeña. –Le dijo al tiempo que atrapaba su labio inferior, se separó de ella y fue hacia su iPad que estaba en su mesa de descanso, puso una canción que hizo que Avis moviera sus caderas al ritmo de la canción mientras intentaba dar una vuelta en la que casi se cae. –Siempre estaré para ti cuando quieras hacer tus bailes y estés a punto de caerte. –La sostuvo firmemente Martín por las caderas.
–¿Mis "bailes"? Aunque no lo creas bailo bien, sólo que me parece que estamos un poquitín alcoholizados. - dijo Avis intentando fallidamente parecer molesta.
–Y tú demasiado poquitín hermosa, soy muy afortunado y aunque me gustaría seguir con la charla ha llegado nuestra orden.
Martín sirvió el champagne en ambas copas y se la dio a Avis que ya se encontraba acostada dormitando en la gran cama.
-Pequeña, tenemos que celebrar. - dicho eso, brindaron hasta acabársela botella y sin darse cuenta cayeron en un profundo sueño, tumbados y entrelazando sus cuerpos en la inmensa cama.
Justo antes del amanecer Avis despertó de golpe sudando y respirando con dificultad, esas pesadillas que de vez en cuando la acompañaban por las noches las odiaba. Al intentar normalizar su respiración sintió un fuerte dolor de cabeza, agudizo la vista pues todo estaba a penumbras y se dio cuenta que, primero, no estaba en su habitación y segunda que estaba con hombre cuyo rostro no veía pues estaba boca arriba y con la cara volteada, se maldijo mentalmente para después checar si estaba vestida, por fortuna todo su atuendo parecía estar en su lugar. Enseguida se puso de pie intentando buscar su bolso y sus zapatos con mucho sigilo, al salir de la habitación soltó el aire que retuvo al darse cuenta que seguía en el mismo hotel, al entrar al ascensor se dirigió a su habitación y una vez entrando sus amigas empezaron a bombardearla con preguntas. –Avis ¿dónde diablos te metiste? Te hemos buscado por todo el hotel y nada, encima no contestabas ni una llamada ya estábamos a punto de llamar a la policía o algo. - soltó notoriamente enfadada Betty.
-Yo... Lo siento... Es sólo que, ay de verdad perdón. –dijo Avis bastante apenada, nunca ni siquiera con Diego, su ex novio, hizo algo como lo que acababa de hacer; desaparecer sin más.
-Bueno lo importante es que estás acá ya sabes cómo se pone Betty, mejor dinos ¿estás bien? ¿qué tal tu guapo de ojos verdes? –Preguntó Camila bastante curiosa a decir verdad.
-Bien, quiero decir estaba en el casino y se nos pasó el tiempo volando.
-¡No es verdad! Fuimos 3 veces al casino y no estabas, por qué... ¡¿Y ese anillo?! ¿No me digas que te casaste falsamente para conseguir más dinero? Por dios, Avis wow tú en verdad te embriagaste, después de todo no te llevas tan mal con el alcohol- Beatriz y Camila solo la veían con cara de asombro. ¿De qué rayos hablaban? Al verse la mano izquierda notó en seguida el anillo grueso y blanco con una coronita dorada en su dedo anular, ¡dios, ¡qué hizo! Se lo quitó inmediatamente pensando que seguro lo ganó en el casino con ese extraño, pero atractivo hombre de ojos verdes que, por más que intentaba recordar más sobre su rostro, no lo lograba.
Después intentó calmar a sus amigas contándoles lo poco que recordaba y omitiendo el detalle de que despertó a su lado, en una misma cama y habitación, con ropa, pero no dejaba de ser algo vergonzoso para Avis.
Martín mientras tanto despertó casi al medio día totalmente desconcertado ¿Qué mierdas pasó aquí? Y de pronto como si de flashes de cámara se tratasen vinieron a su memoria un montón de momentos de la noche anterior, una chica hermosa con cabello hechizante cuyo rostro no recordaba con exactitud apareció de pronto en sus recuerdos, sus ojos color miel, su cintura que al bailar parecía moverse en sintonía con su cabello como olas golpeando la arena, su cabello recordó que pudo perder sus manos en el pues al bailar se besaron sin ningún tipo de restricción, aún podía sentir un cosquilleo en sus labios... Regresó a la realidad en cuanto su celular sonó, era su asistente.
-Señorita Rodríguez. –contestó en tono frío como siempre solía, pues así se sentía, en un eterno invierno, un invierno oscuro del que sabía nunca saldría.
-Buenas Tardes Señor Valladares- ¿Tardes? Hacía años que no dormía tanto, maldito alcohol. –Me acaban de informar del departamento de Estrategias y Publicidad que el Señor Erick Mendoza no podrá asistir mañana a la comida con los accionistas de Print Publishing debido a que su esposa acaba de dar a luz y estaba en estado crítico y él mismo informó que no siente que Clara Reyes esté preparada para asumir el control en esa comida.
-¿Cómo es eso posible si lleva ya 4 meses ahí? Sabes qué, olvídalo ahora mismo organízame un vuelo para México, yo mismo asistiré a la comida. Después aclararemos el asunto de la señorita Reyes.
Para el anochecer Martín ya viajaba para la Cuidad De México inmerso en el trabajo, pues intentaba ya no evocar el encuentro con aquella joven, pues hacía que todo su cuerpo sintiera una extraña corriente.
Por el contrario, Avis siguió disfrutando del viaje, aunque todo el tiempo se esforzaba por recordar más, pero siempre llegaba al mismo punto, un hombre de edad mayor se les acercó y algo les comentó pero ya no podía recordar más.
Para el Domingo en la mañana Avis ya estaba de vuelta en México, a la mañana siguiente decidió que empezaría a buscar trabajo, esperaba no fuera tan difícil pues según lo último que investigó varias empresas privadas o públicas solían solicitar a menudo Licenciados en Relaciones Internacionales.
Después de pasarse toda la tarde buscando Avis ya tenía unas empresas donde metería solicitud; Grupo CIP, Valladares Company, Hotel de México y unas cuantas más, la siguiente semana se dedicaría a dejar solicitud en todas las empresas y rogaba al cielo la aceptaran en alguna, pues esa sería la oportunidad perfecta para crecer en el ámbito laboral.
Ninguno recuerda todo lo que en realidad pasó, el destino los juntó ya una vez ¿volverá hacerlo? y de ser así ¿cómo lo hará?
Gracias por leerme, prometo actualizar más seguido, recuerden que la historia a penas comienza, les falta mucho por vivir, ¿será sólo un capricho del destino del cual se aburrirá pronto?
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Deseando Al Amor ©
Romance"Nunca está bien empezar la historia al final del cuento" habían escuchado alguna vez. Avis y Martín parecen no haber querido hacer caso, ambos de mundos diferentes pero que chocaran sin planearlo; un viaje, una noche y una decisión tomada sin siqu...