Deseando Al Amor ©

CAPÍTULO 3

Había pasado ya un mes y Avis seguía sin encontrar trabajo, faltaba por meter solicitud en TELEC México y en Valladares Company, pues había escuchado eran demasiado prestigiosas y aunque no siempre pedían experiencia pues contaban con programas para Egresados, sí eran muy meticulosos a la hora de elegir quién podía ejercer en sus empresas y quién no.

Los siguientes días preparó todo para ir a dejar su solicitud, primero fue a Valladares Company y una vez en recepción comenzó todo el trámite para lograr la entrevista, mientras aguardaba para entregar toda su documentación escuchó no muy lejos una voz que la dejó estática y con un extraño cosquilleo de la columna a la cabeza. -¡Necesito ya que despidan a esa muchacha, es una incompetente!- Esa voz la escuchaba cada vez más cerca y con ella un vuelco en el estómago, rayos esa voz tenía algo que aunque en ese momento se escuchaba enfadada, le recordaba a alguien y justo cuando quiso hacer memoria la recepcionista la llamó.

Por otro lado Martín estaba muy enfadado pues la Señorita Reyes estuvo a punto de echar todo a perder con los accionistas de Print Publishing, la quería fuera de su empresa, se lo dejó muy en claro a Erick mientras bajaban al departamento de Recursos Humanos, Martín a pesar de estar completamente enojado al pasar por recepción sintió una fuerte corriente por todo su cuerpo, mierda no sentía eso desde... ¡caramba! ¿Es que no podía dejar ni un solo día sin pensar en ella?

Los días pasaron hasta convertirse en semanas y Martín no podía dejar de soñar con un bonito cabello y unos ojos hechizantes, siempre aparecían en sus sueños incluso a mitad de algunas de sus pesadillas aparecían sin más alejando todas las sombras, iluminándolo todo. No entendía qué le pasaba, por Dios, sólo la vio una vez y ni siquiera era capaz de recordar con exactitud su rostro. Así que cuando de pronto se sentía abrumado por ello tomaba su vaso con algún licor fuerte y perdía la vista en su ventanal del gran apartamento.

Avis anduvo cabizbaja el resto de los días, no la llamarían, su sueño de crecer dentro de una empresa ejerciendo su carrera tendría que esperar al menos si quería seguir con su ideal de irse a vivir sola. Justo cuando encendió su ordenador para buscar cualquier otro trabajo su celular sonó.

- ¿Bueno?

- ¿Señorita Rivas? Habla Elena García de Valladares Company para informarle que el día de mañana a las 9:00 am está programada su entrevista para entrar al programa de Egresados, en caso de que mañana no se pueda presentar a la hora tendríamos que reprogramar, pero no le aseguraríamos que sea en este mes, pues el programa se abre cada 4 meses dependiendo del área.

¡No puede ser, al fin la estaban llamando, justo cuando pensó que tendría que buscar otro trabajo!

-Para nada, mañana a las 9:00 está perfecto, yo me presentaré puntual y muchísimas gracias por la oportunidad.

-No hay de qué Señorita, mañana la esperamos. Para que la dejen ingresar a su correo hemos enviado una boleta con su nombre y la entrevista a la que se presenta, así que tráigala al igual que su identificación, de ante mano sería todo así que hasta luego y éxito para mañana.

-Gracias, hasta luego. –colgó la llamada aún atónita de que esa empresa la haya si quiera considerado, aún no tenía el trabajo pero demostraría que lo merecía.

Para la mañana ya estaba enfundada en una camisa de seda gris y una falda negra de tubo con un saco y tacones a juego, con un ligero maquillaje y su cabello cayendo de manera natural sobre su pecho se miró satisfecha al espejo, estaba lista. Lo tenía que lograr, lo lograría, como que se llama Avis Rivas.

Al llegar a la empresa dio todo lo necesario para que la dejaran pasar y exactamente a las 9:00 ya se encontraba sentada en una muy pequeña sala de juntas lista para su entrevista.

Martín sabía que ese día habría 3 entrevistas para ocupar el puesto de la chica incompetente, por lo mismo le informó a Erick que él mismo realizaría las entrevistas, no podía seguir permitiendo ese tipo de errores, entró a la sala con el currículum de Avis en mano.

-Buenos Días. –Dijo Martín con su voz masculina que de inmediato puso en alerta a Avis, otra vez esa voz, de pronto sin previo aviso sintió todos sus vellos erizarse y sintiéndose atraída por esa voz.

-Buenos Días. -Logró responder Avis bastante acalorada.

Martín se quedó pasmado al ver a esa tierna joven levantándose de su asiento para saludar con gesto formal dando la mano, la tomó de inmediato y una corriente demasiado fuerte recorrió su cuerpo de pies a cabeza, esos ojos lo miraron de una manera que lo hizo sentir a la intemperie, como un niño perdido, o su mente le estaba jugando una mala jugada o en verdad esos ojos eran los que lo perseguían en sueños. No puede ser, eso era básicamente imposible aunque no podía negar que sentía que si esa chica lo miraba así un poco más la seguiría a donde fuera... pero qué, se regañó mentalmente intentando recobrar la cordura.

Sus manos sin notarlo seguían sujetadas firmemente, ninguno de los dos fue consiente del tiempo que pasaron así, solo sentían esa corriente que los atraía como si de un imán con un metal se tratase.

Avis se sentía demasiado perturbada, esa mirada aceitunada la estaba descolocando, estaba despertando sentimiento que jamás experimentó; excepto esa noche, podría casi jurar que era la misma mirada pero eso era tan falso como decir que a ella le gustaba la choco menta. Pensó Avis que sólo era la intensidad de su mirada, no estaba acostumbrada a que la miraran y mucho menos tan fijamente, así que se intentó serenar y concentrarse con el objetivo.

Avis y Martín no podían negar que ese encuentro generó algo, removió algo en sus interiores, era como si sus almas ya se conocieran perfectamente, sus sentimientos estaban a flor de piel, pero ninguno ahondaría en eso.

¡Otro capítulo más! el destino se sigue encaprichando con estos dos, ¿qué harán?

¡Espero hayan pasado una hermosa Navidad rodeados de sus seres queridos! :)