Tengo

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Tengo el alma en pena, enganchada todavía a los tobillos. Y la sombra larga de todo lo que no he dejado irse.

No corre el aire dentro de mi cuarto, no entra ya luz por la ventana y compongo ahora canciones al piano que hablan de este otoño.

Tengo blanca la sangre. Rojos los ojos. Me visto de luto...Agujas en los dedos. Piadosas las mentiras que se cuelgan de mi boca. Y suspiro. Suspiro fuerte para llamar al recuerdo. Para que acudan a mí los sabores de hace ya cinco años. No los encuentro. No doy tampoco contigo...

Me miro al espejo, y me avergüenzo enseguida. ¿Quién es esa chica? Que triste parece. Que poco se quiere. Devuelvo la venda a mis ojos, para vivir sin dolor. Para no reconocerme.

Y te leo los labios, los leo entrelineas. Y a oscuras me encuentro de golpe, tu mano y tu sexo. 'Esto no está bien' te digo. Me besas y reniego de mí. Qué fatalidad. Qué grave error. Me quedaran en la piel marcas de hoy. Cicatrices profundas de este impuro amor de cuarto de hora. Y te recorro hacia arriba. Lamiendo tu torso, entrando en tu boca. Y me deshago al desnudo. Me pesan los párpados, me inmovilizan los miedos. Me duermo y te vas. Como haces siempre. Pero sabes de sobra que no he cambiado la cerradura de casa por si un día decides volver. Y es inútil porque marchaste dejando las llaves sobre la mesilla junto a nota que pedía el perdón que no mereces, dándome el 'adiós' que no era tal, una y otra vez.

Me pongo los cascos. Kodaline. Ya no escucho nada de fuera. Puedo invadirme de forma cruenta, como Alemania a Polonia. Puedo hacerme trizas ya sola. Apoyarme en la pared y rogar que dispares. Comerme desde dentro como un puto cáncer...

Tropiezos y zancadas.Where stories live. Discover now