Como el ciclo del agua explicado por un crío, vaya donde vaya, nazca donde nazca, como un puto afluente llego siempre a ti. No hay manera de escaparse de este círculo. Como esa canción que cantas en bucle, aunque ni siquiera te guste. Cuando creo que puedo escaparme, te encuentro al doblar la esquina, en el bar del centro al que tanto nos gustaba ir, en todas y cada una de mis heridas, de mis rasguños más superficiales... No puedo, de verdad que no. Y echo a correr, tratando de dejar atrás el eco de mis pensamientos, que rebota dentro de mi cráneo llevándolo casi a estallar, y corro tan rápido como puedo, llevando al límite mis piernas, la fuerza bruta de mi cuerpo. Trato de escapar de aquellos recuerdos que me saben a sangre, que solo traen sombra en el frío enero, y ceniza a los putos febreros. Pero me alcanzan sin remedio, joder, siempre están ahí, siempre estáis ahí... Y ¿qué hago yo con el último de mis alientos? ¿Qué hago yo con mis silencios, con las respuestas que tengo y no quiero, con el dolor de mi pecho, con la angustia de mi vientre? ¿Qué hago cuando, joder, te veo? Tan guapo, tan lejano, tan etéreo...
He viciado mi manera de escribir desde el día que te conocí, y te he culpado de todos mis errores, de todas mis manías y de esta incapacidad que me impide volver a querer. ¿Cuánto tiempo tarda el hombre en zafarse de sí mismo? Si me escondo, no me busco, no me encuentro. No necesito saber más de lo que sé. No me quisiste, tampoco yo lo hago; no te puedo culpar también de eso, no puedo echarte nada en cara. ¿Y qué si estoy rota? ¿Y qué si quiero estarlo? Allá por donde paso, esparzo todos los pedazos por si un día, les da el sol y deciden crecer, echar raíces, y esperar a dar sus frutos. Que, rota, me creo semilla, germen, masa madre. ¿Y qué? Pero a ti no, a ti te guardo sin querer en el puño, cuando comparto lo que soy, cuando regalo mis pedazos, siempre trato de esconderte bajo la piel, y es que, he enterrado nuestra historia, seis o siete pies bajo tierra, boca-abajo como a las brujas para que tampoco ella, salga al exterior. Quiero librarme de ti, librarme de mí. Y acabo siempre por volver al sitio donde juré olvidarte, y remuevo la tierra con las manos, hurgo en las heridas, y créete que por muy oculto que te tenga, siempre sales a la luz, como madera de balsa, como un puto grano jodiendo la foto.
Y en el suelo, desangrándome, siento el frío, y puedo jurarte que ya me da igual. Borraré todas las notas, (todos) los textos que hablan de ti. Que ni el mismo ángel negro quiere saber nada de mí, que dice él, que no tengo nada que ofrecer, que tienes tú mi alma, que me la busque por si acaso en los pies. Y he ordenado esta vez, una lápida, para ti, y para aquella parte de mí, para dejarnos morir de una puta vez, para descansar al fin en paz.
Fixing me. Fixing my fucking future.

YOU ARE READING
Tropiezos y zancadas.
PoetryCuando no puedo dormir, como hoy, escribo. Cuando no me entiendo ni yo, escribo. Cuando me siento sola, estúpida, imbécil, escribo. Cuando debería estar estudiando, escribo. Escribo siempre para sentirme mejor. Cuando siento el pecho en llamas, cua...