Después de Jungkook | Kookmin |

La Boda

Estaba teniendo un buen sueño cuando note un golpe en mi cara.

—¡Despierta! ¡Arriba! Hyung vamos despierta.

—Joder JiHyun, ahora no.

—¿Ahora no? Ahora sí, ¡Vamos!

—¿Por qué? Dame sólo cinco minutos más.

—Dios, creo que eres la única persona que se olvida de el día de su boda.

Abrí los ojos y de un salto salí de la cama, tropezandome con la sábana.

—Joder que veloci- Le corte antes de que terminara la frase.

—Sal fuera, tengo que vestirme.

JiHyun salió y yo me senté en la cama, no podía creerlo, hoy iba a casarme  con el hombre de mi vida, yo; él chico que odia las bodas. Cogí mi teléfono y vi que tenía un montón de mensajes, me fijé en la hora, no tenía tiempo.

Mire por la ventana, necesitaba relajarme.

—¿Te queda mucho?

O matar a JiHyun, las dos opciones son validas.

Empecé a vestirme, me temblaban las manos tanto que pensé que tendría que pedir ayuda a JiHyun con los botones de la camiseta. El traje negro me quedaba perfecto, o eso decían, me lo había probado unas mil veces.

No podía creer que iba a casarme, mi mente viajó al día que le conocí.

Mis amigos quisieron sacarme de fiesta después de una mala ruptura, y ahí conocí a Yoongi, mi futuro esposo.

No podía creerlo, nunca había querido casarme, y ahora mis manos temblaban mientras intentaba anudar mi corbata.

JiHyun entro tapándose los ojos con una mano.

-Puedes mirar, ya estoy vestido.

Él se destapo y me dedico una sonrisa.

—Pero a ti quien te ha enseñado a ponerte una corbata, mírate, está fatal.

Negué con la cabeza y me encogí de hombros.

JiHyun se acercó a mí y me la quito, me la puso bien mientras yo miraba mi reflejo en el espejo.

—¿Listo?

Asentí y él me dio la mano para tirar de mí haciéndome bajar las escaleras a toda prisa.

— Sí me caigo por las escaleras no seré yo quien te mate.

JiHyun rió.

—Mi cuñado me adora, además sabe lo torpe que eres, todos pensarían que te has caído sólo antes de culparme a mí.

Touche.

—¿Dónde está Tae?

-Él ya esta ahí, cuanto antes salgamos antes lo veremos.

Asentí y salí con él de casa, oí como cerró exageradamente fuerte, pero no me dió tiempo a contestar.

—Me ha llamado Jin, Namjoon y él están más nerviosos que tú.

Me reí y negué con la cabeza.

—Ellos son así.

Subimos al coche y mis nervios no se calmaban, supongo que era normal, sentía una especie de dolor, todo a causa de los nervios.

No podía dejar de pensar, estaba a tan sólo minutos de ser un hombre casado.

—Bajate yo voy a estacionar.

Le di un abrazo y salí, Tae vino corriendo hacia mi, no había una sonrisa en su rostro como yo esperaba.

—Tae no estés celoso sigo siendo tuyo.

Él me miro preocupado y yo empecé a preocuparme ¿Y si Yoongi no había venido? ¿Y si ya no quería casarse? ¿Y si al juez le había pasado algo?

Era imposible, había hablado con Yoongi anoche por teléfono y le hice prometerme cientos de veces que vendría, él lo prometió cada vez que se lo pedí. Y me hizo prometerle que no saldría corriendo, era claro que no lo haría, pero aún así se lo prometí.

Tae me miro a los ojos y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

—Él esta aquí.

Sentí una tranquilidad invadirme, Yoongi estaba aquí.

—Tae, Yoongi tiene que estar aquí, me voy a casar con él, ¿Recuerdas?

—No hablo de Yoongi.

Lo miré sin entender, Tae tragó saliva y habló.

—Jungkook esta aquí.

Y en ese momento mis nervios fueron cambiados por un dolor, un dolor igual de punzante que el día que me dejó.