Pesadilla

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Cuando entre en casa todas las luces estaban apagadas, Yoongi estaba durmiendo, me tumbe a su lado en la cama y él me abrazo.

Me sentí fatal conmigo mismo al darme cuenta de que él había estado todo el día sólo.

Fui a pedirle perdón pero él seguía dormido, me abrazaba con una sonrisa en su rostro.

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Entre en casa dispuesto a darme una ducha, había estado todo el día con Jungkook ya que mañana se iba, las relaciones a distancia son difíciles, pero a Kookie y a mi no nos gustan las cosas fáciles.
Recibí un mensaje y estaba seguro de que sería Jungkook dándome las buenas noches.

Acerté en que era Jungkook, pero no dándome las buenas noches. Su nombre aparecía en la pantalla y un texto venia con él.

"Mi amor, mi todo...se que te dije que podíamos con todo, y que la distancia no sería un problema, pero he estado pensando y lo mejor es terminar. Te prometí un para siempre y te juro que lo estoy cumpliendo, mi amor por ti lo será. Así qué, un día como hoy, mi amor, te dejo ir."

Era todo lo que decía el mensaje, salí de casa dispuesto a ir a la suya. En todo el camino mi mente no dejaba de dar vueltas y cuando llegue a su casa, comenzó a llover.

Salí corriendo del coche en cuanto llegue, no podía dejarme un día antes de irse. La lluvia no me dejaba ver bien, y mis lágrimas tampoco.

-¡Jungkook! Jungkook abre por favor.

Empecé a golpear la puerta para que él abriera.

Y es entonces cuando lo oí.

El sonido retumbo por todo el lugar y mis golpes pararon, sólo se oía la lluvia.

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—¡Jimin! ¡Amor despierta!

Desperté sobresaltado y vi la cara asustada de Yoongi, solo había sido una pesadilla.
Solo había sido un recuerdo.

—Tranquilo, es solo una pesadilla, ya ha pasado ven aquí.

Yoongi me abrazo y yo me aferre fuertemente a él.

-—¿Que has soñado?

Separe mi cabeza de su pecho y le mire a los ojos, en sus ojos vi amor, un amor que me había salvado. Y no pude decirle la verdad.

—Que me dejabas.

—Tranquilo mi amor, no voy a dejarte.

Volví a apoyarme en su pecho y me dormí oyendo a Yoongi decirme Te amo.

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—No tienes buena cara.

Fue lo primero que dijo Nam cuando abrió la puerta de su apartamento.

—Yo también te quiero.

Él me abrazo y me dejo entrar.

—¿Y Tae?

Jin estaba sentado en el sofá jugando, pero Tae no estaba ahí.

Y era obvio que lo encontraría aquí, puesto que los tres vivían juntos.

—Sigue dormido.

Asentí y me senté al lado de Jin.
Nam se puso a leer y Jin siguió jugando, y fue entonces cuando lo solté.

—Ayer salí con Jungkook.

Vi el libro de Nam caer al suelo y oí como mataban a Jin en su juego, pero ninguno de ellos fue el primero en hablar.

—¿QUÉ HICISTE QUE?

Gire la cabeza y vi a Tae con un pijama de unicornios.

—Vestido así no te tomo enserio.

—Cállate y cuentame todo.

Tae se sentó a mi lado y empecé a contarles todo, desde que Jungkook me recogió en el trabajo hasta que me dejo en mi casa.

—Te dije que tuvieras cuidado, ya veo el caso que me haces.

Mire a Jin asustado esperando encontrarme con su ceño fruncido, pero no, una sonrisa adornaba sus labios.

—No sabia que iba a venir.

Nam me abrazo por detrás.

—No importa, ahora lo importante es si te quedas a comer o no.

Todos nos reímos y yo asentí.

—¿Y Yoongi?

—Esta con su jefe.

Tae hizo una mueca.

¿No es un poco raro que este con su ex?

Jin respondió por mi.

—¿No es un poco raro que él ayer cenara con Jungkook?

Tae se encogió de hombros y Nam volvió al salón.

—He encargado sushi.

—Pensaba que ibas a cocinar.

Tae y Jin estallaron en carcajadas y yo los mire sin entender.
Tae me miro.

—¿Tu quieres que Namjoon quemé la cocina?

—Otra vez— añadió Jin.

Nam los fulminó con la mirada y yo negué con la cabeza.

— Gracias por tu voto de confianza Jimin, pero estos dos no me dejan cocinar después de mi mini accidente.

Tae se acercó a mí y empezó a susurrar.

—Quemo todo haciendo un simple ramen.

Mire a Nam sorprendido y él nos saco el dedo.

—Yah~ Dejemos el tema.

Estuvimos hablando de todo un poco, hasta que llamaron a la puerta.

—Debe de ser el sushi, yo abro.

Nam se levanto para abrir la puerta, Tae, Jin y yo nos quedamos mirando. Habíamos apostado si él chico sería guapo o no. O si sería un chico.

Nam abrió la puerta y su boca se abrió, al parecer él chico si era guapo, nosotros desde aquí no veíamos nada.

Nam seguia sin decir nada y Tae y yo nos miramos mientras Jin se levantaba, antes de que Jin llegara al lado de Nam una voz que venía de fuera habló.

—¿Puedo pasar?

Tae se levantó y tomo aire un par de veces, yo lo imité.

No era el sushi.

Después de Jungkook | Kookmin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora