Epílogo

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—¿Estas emocionado por volver?—preguntó Cyrus y Justin asintió viendo por la ventana. No veía nada porque era de noche, pero estaban a punto de aterrizar y no veía la hora de tocar tierra. ¡Moría por ver a su chica y a su princesa! También a su mamá y a sus abuelos, pero primero sus chicas. ¡Las extrañaba tanto! Las cartas solo lo hacían querer volver y hoy por fin estaba ahí. Aunque no por mucho tiempo, pero lo importante es que iba a verlas. —Yo también, tendremos un descanso de dos semanas hermano—rio y Justin asintió. Luego de dos años y medio, el capitán los había remplazado por los nuevos soldados ofreciéndole dos semanas de vacaciones. Lo gracioso de todo es que ellos estaban en Siria, pero Justin y Cyrus habían cogido los vuelos que fueran necesarios para que lo llevaran de regreso a Los Ángeles. A Justin no le apetecía pasar sus primeras vacaciones desde que se había ido de servicio en Siria; lugar donde estaban temporalmente sirviendo. Llevaba casi dos días viajando, pero hoy por fin Vería a sus chicas. ¡Moría por verlas y ver la cara de sorpresa que se llevarían al verlo! Él no le había dicho que iría de sorpresa porque primero llegaba él ante que la carta. El sistema de correo era una mierda; recibía carta de su chica y de su familia cada cinco o seis meses.

—¿Dónde te quedaras?—preguntó y Cyrus se encogió de hombros.

—Pues no se, es irme con el bebé llorón de Logan o con tu hija la habladora—dijo Cyrus y Justin rio desabrochandose el cinturón antes de ponerse de pie. ¡Ya habían aterrizado! Después de dos días de avión en avión, por fin había llegado a Los Ángeles. ¡Por fin vería a sus chicas! —Mejor me voy con tu hija—rio dándole unas palmadas y Justin cogió su mochila.

—Como digas, luego no te quejes cuando Sammy te obligue a jugar al té con sus muñecas y te cuente todo lo que le pasó en estos dos años—dijo Justin y Cyrus hizo una mueca montándose en el taxi.

—Empiezo arrepentirme de irme a tu casa—se quejó Cyrus y Justin rio negando dándole la dirección al taxista. Llegaría pronto; solo tenía que calmarse. Miró la hora que marcaba las dos de la mañana y pensó en sus chicas. ¿Estarían diferentes? Por las fotos, su chica seguía estando igual, pero su princesa si había cambiado. Estaba más alta y se le había caído un diente haciéndola lucir muy adorable. Aun así, esperaba no encontrarlas diferentes. —Solo quiero tocar una cama y no levantarme nunca—murmuró cansado y Justin asintió. Él también moría por tocar un colchón de verdad y dormir una larga siesta. Aquí no tendría que preocuparse por las bombas, por un sabotaje, o por una amenaza. Aquí podrá dormir sin ningún problema y más con sus chicas.

—Deberías ir a buscar a Amber—dijo y Cyrus se encogió de hombros. Las cosas con Amber eran algo pasajero, nada serio. Aunque tenía que admitir que era una chica increíble y aún más porque seguía escribiéndole cartas como si fueran parejas. —Estas desperdiciando la oportunidad de tener un hogar hermano; mirame a mí—sonrió Justin. —Después de lo de Ashley, me negué a abrir mi corazón y me pasaba de chica en chica buscando llenar el vacío, y apareció Chrissy—sonrió pensado en su chica. ¡Moría por verla! Por llenarla de besos y hacerle el amor. —Ella se negó a abrirse para mí, se negó a darme su corazón por miedo a salir herida de nuevo, pero al final el amor nos ganó—se encogió de hombros. —Y mentiría si te dijera que no soy feliz; lo soy hermano, la amo más que nada en esta vida y saber que a pesar de su miedo, me sigue esperando es algo maravilloso—sonrió. —Lo mismo pasa con Amber; nunca has sido de una sola chica pero ella fue más que una noche y tú mismo lo has dicho, ella te quiere hermano—dijo y Cyrus negó. —Y está esperando por ti, a pesar de que tú no le has dado esperanzas de algo más, ella sigue esperando por ti, ¿Acaso eso no es suficiente para darle una oportunidad?—preguntó haciendo sentir incomodo a su amigo. Nunca había pensado en eso. —Piénsalo; Amber vale la pena—le dio varias palmadas antes de bajarse del taxi. Tragó saliva al ver la casa; por fin estaba ahí. Luego de dos años casi tres sin verla por fin tenía al frente su hogar. Sonrió al pensar en sus chicas; ¡Se llevaran una gran sorpresa! Abrió la puerta con sus llaves y rápidamente desactivó la alarma. No quería que levantara a sus chicas; él quería sorprenderlas. —Hogar dulce hogar—susurró con la voz quebrada recorriendo el piso con la mirada. Nada había cambiado, todo seguía igual; los juguetes de su princesa por todos lados, el sofá lleno de cojines peludos de colores y la fragancia a vainilla alrededor. Dejó su mochila a un lado y se quitó las botas.

Waiting For You {Historia Corta}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora