Parte II

6.9K 313 25
                                    

—Estas muy rara últimamente—dijo Sammy comiendo fresas mientras balanceaba sus piernitas en la silla dejando que su mamá le hiciera las coletas. ¡Amaba las coletas! Y mas cuando su mamá les ponía lacitos como ahora. — Llevas toda la semana sonriendo y muy distraída, no te despegas del teléfono y te sonrojas cada vez que te llega un mensaje, además ni siquiera me dejas jugar Candy crush—se quejó y Christine rio negando. Sabia que su hija era muy observadora, pero tenia razón. Llevaba toda la semana distraída y muy sonriente. ¿La razón? Justin. No sabia como había conseguido su numero, pero habían estado enviándose mensajes todos los días recordándose la cita que tenían pendiente y conociéndose. Hoy por fin era viernes y lo vería. Debía admitir que estaba emocionada por la cita, pero sobre todo por verlo. Era la primera vez que salía con un chico tras su divorcio y estaba muy nerviosa; no solo porque era inexperta referente a chicos y citas, sino porque Justin la ponía nerviosa. Era un chico guapísimo y muy seguro de si mismo. Además, estaba segura que tenia muchos corazones rotos tras él y que tenia mucha experiencia con el lado femenino. Eso la dejaba a ella en desventaja y no le gustaba; le aterraba el no saber que él quería de ella. Pero esta noche iba averiguarlo; iba a poner todas sus cartas en la mesa y hablar claramente.

—Porque siempre me dejas sin batería, además si no mal recuerdo sigues castigada—le recordó a su hija y esta hizo puchero.

—Pero eso fue el sábado mami, no he comido pastelitos esta semana, ¿Hasta cuando me tendrás en esta tortura?—se quejó fingiendo desmayarse y esta rio. Sin duda su hija seria en un futuro una muy buena actriz. No solo porque hablaba mucho, sino porque dramatizaba todo.

—Esta mintiendo, aun le quedan en su bolso pastelitos y la vi anoche comiéndoselos—apareció Dylan en pijama sirviéndose jugo de naranja antes de besar la mejilla de su ex esposa.

—¡Papá!—gritó Samantha molesta haciendo reír a los adultos. —Me voy, aquí nadie me quiere ni me comprende, iré con fifí a morir lentamente en mi habitación—dramatizó antes de salir del comedor haciendo reír a sus padres.

—Te digo que hay que apuntarla en clases de teatro—rio Christine y Dylan negó con una sonrisa. No hacia falta; su hija era ya toda una actriz.

—¿Cómo va en la obra del colegio?—preguntó sentándose frente a esta y Christine hizo una mueca.

—La quitaron del papel principal porque se estaba cogiendo muy enserio el papel y estaba regañando a todos porque no lo hacían bien—contestó y este rio negando. Su hija si que era única. —Ahora esta de flor, pero esta decidida a recuperar su papel, por eso va todos los días después de clase a ayudar al profesor de teatro  a limpiar y me obliga a comprar donas para él—bufó y este rio.

—Sacó lo obstinada de ti—dijo y esta lo miró mal. ¡Eso no era cierto!—¿Qué? No me mires así porque es verdad; esa niña es igualita a ti y siempre soy yo quien debe decidir que lado irse—hizo un falso puchero como su hija. —Si me voy de tu lado la tendré molesta y no me dará besos, tampoco me enviará fotos ni videos de sus clases de ballet, además de que me contará de nuevo la historia de su maestra—bufó rodando los ojos. Se sabia la historia de memoria; su profesora creció sin un padre y eso le causó un trauma haciendo que no saliera con hombres y no se casara. Su hija la usaba como chantaje cada vez él no la complacía o no se salía con la suya.

—Llévala a comer helado, se le pasará enseguida—dijo y este asintió viéndola. —Recuerda que esta noche te toca cuidarla—le recordó y este asintió mirándola detenidamente. Nunca se cansaría de decir que su ex esposa era toda una preciosura. Y mas cuando usaba su uniforme de enfermera; era la fantasía de cualquier chico, incluso aun seguía siendo la de él, pero lo de ellos nunca funcionaria. Había amor y respeto, pero no eran compatibles. Ella no entendía lo que él hacia para vivir; odiaba su trabajo porque pasaba mas tiempo afuera que en la casa. Ese había sido siempre el obstáculo entre ellos; mientras él siguiera en la Armada, nada iba a cambiar entre ellos. Y la entendía; a pesar de que le dolía haberla perdido y estar lejos de ella entendía perfectamente su posición. Ella se había cansado de sufrir por él, de vivir con el miedo de perderlo, de dejar sin papá a la pequeña, de rezar por él y de ir a terapia en busca de ayuda. Así que solo quería lo mejor para ella y verla feliz.

Waiting For You {Historia Corta}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora