Había llegado a Italia con la intención de acompañar a su abuela, a pesar de que sería aburrido ir a un lugar tan grande sin nadie con quien hablar ya que Speedwagon también estaría ocupado ayudando a Erina, aún así, sin deprimirse y sin caprichos (cosa que era rarísima en su comportamiento) decidió salir a recorrer las calles rústicas de aquel país lleno de historia.
No era bueno con los mapas, así que termino por perderse en quién sabe donde, no era muy lejos del centro, pero igual seguía estando perdido, hasta que un sonido armonizante se filtro por sus oídos, aquello lo alerto y fue dirigido donde la música tenía a un grupo chico de personas en una callejuela, estás aplaudían y silbaban al compás de los acordes de la guitarra. Joseph y su curiosidad fueron impulsados hacía aquel lugar donde seguramente algo pasaba, su estatura lo ayudo a poder hacerse paso entre el cumulo de gente que se arremolinaba frente a lo que era un chico de rubios cabello, que bailaba meneando sus caderas al son de los aplausos producidos por sus manos, la vestimenta llamativa, la piel nívea y las marcas violetas debajo de los ojos que parecían pequeñas medialunas acompañando esos orbes verdes junto con la sonrisa blanquecina .
El corazón del joven Joestar dio un vuelco, sus ojos miraban hipnotizados aquella danza, lo sensual de aquel cuerpo moldeado, lo peligroso de sus movimientos y como sin darse cuenta se acercaba a él aquel chico bailando a su alrededor soltando una cinta con picos intercalados de colores violetas y amarillos junto con dos alas a cada lado decorados de una piedrecilla color carmesí eran puestos en su cuello para sentir finalmente como era tirado de aquella tela y atraído hacía el joven cuerpo lleno de energía. No sabía como reaccionar ante aquella situación, su mente en blanco, la música que lo aturdía, el baile, esa mirada que era demasiado profunda como el mar mismo y finalmente su voz, aquello fue lo que hizo no querer despertar de su ensoñación.
-Benvenuti in Italia...- las palabras dichas salieron de aquellos labios delgados, enrojecidos levemente por ser así su color natural, dando una apariencia femenina pero todavía mas exótica, el baile finalizo con aquel rubio alejándose regresando al medio de la callejuela para terminar con una pose donde se abrazaba a si mismo y sus dedos tocaban sus manos, mientras unos rayos solares se filtraron por sus hebras doradas y las burbujas provenientes del burbujero de un niño pasaban delante de su cuerpo, dándole una imagen mágica e increíble al joven Joseph Joestar a la vez que pensaba que quizás no fuera tan mala idea haberse perdido.
El show había finalizado y la gente contenta se retiraba dando muy buenos comentarios de aquello visto, mientras cierto joven, aún no se retiraba de su lugar, seguía observando a la belleza que se le acercaba con mirada curiosa, volviendo a hablar, esta vez, sacándolo de su ensoñación.
-¿Estás bien?- pregunto entre risas al escuchar el "Eh!?" repentino que largo aquel extranjero mientras lo miraba con un sonrojo demasiado notorio en aquella cara morena, el cabello alborotado de Joseph junto con su gran altura y sus ojos verdes se le hicieron rasgos comunes, pero lindos al rubio que todavía no revelaba su identidad. -te pregunte si estabas bien, te quedaste parado como idiota en medio de la callejuela, ya no más público, el show acabó- mencionó de manera sutil como diciéndole que se retire ya. Tomó su mochila, suspiro al ver que su guitarrista no estaba, agradeció que le haya dejado su mitad de la paga y se puso una bolsa a la espalda listo para partir.
-¡E-espera!- gritó nervioso deteniendo al bailarín que se giro levemente- t-tu... Nombre, y-yo soy Joseph, Joseph Joestar - dijo esperando una respuesta, mientras los nervios aumentaban en su cuerpo al ver al chico acercarse a él, estuvo lo suficientemente cerca como para que pudiera admirar mejor su cabellera y el cabello rubio alborotado.
-Caesar... Zeppeli Caesar- sonrió de manera coqueta quitando su banda del cuello del Joestar que no se había percatado de aquello- si tanto te gustó mi show puedes volver mañana, pero esta vez, haré mi espectáculo en la Catedral, suele haber muchas personas por ahí, así que...Búscame- fue lo último que dijo para atarse su banda e irse silbando mientras sus caderas se meneaban con su caminar, como despidiéndose con un pequeño espectáculo de los ojos del nieto de Erina, quién sencillamente, reconoció, que había caído enamorado de un Gitano, uno demasiado hermoso.
***
Bueno, bueno, que me fui al carajo con esto, tenía ganas de escribir algo con Caesar y Joseph, encima Caesar de Gitano tiene, no sé a mi me da esa impresión, pero bueno, que lo disfruten <3
Atte: Eris.
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La bella Italia!~
RandomJoseph visitó Italia por cuestiones de familia, y, en un intento de querer conocer aquel hermoso lugar con una arquitectura perfecta, terminará dándose cuenta que las edificaciones y museos no es lo único hermoso,especial y perfecto que esconde aque...