Caesar

253 30 2
                                    

(El primer parráfo del capítulo será narrado en primera persona por Caesar)

  ¿¡Qué demonios estaba ocurriendo con este mocoso!? Besándome enfrente de todas estás personas que sólo pasaron a ver mi show como siempre, encima este grandulon vino con unos girasoles sin saber que son mis flores favoritas, pero algo debo hacer, comienzo a disfrutar de esto, creo que es un pequeño castigo por haberlo provocado tanto, no pensé que caería tan rápido..

***

  Correspondió aquel inexperto beso con parsimonia, empezando a bailar nuevamente despegándose de los labios morenos, dando un suspiro para recuperar su aire, bailando alrededor de Joseph como hizo anteriormente viendo la vista encantada que esté tenía en su rostro, una expresión infantil y boba estaba en esas facciones marcadas, sonreía encantandolo y encantando al público. 

  Joseph estaba parado en el tiempo, la gente no existía, eran solo ellos dos, y la guitarra el cuál su sonar era cada vez más alejado, volviendose un eco en el vacío de su mente que sólo tenía espacio para centrarse en cada centímetro de aquel cuerpo moldeado a mano, cada musculo, el color, las formas y curvas que recorrían aquella anatomía perfecta, las manos varoniles pero fuerte acariciando el vientre plano y tonificado con los abdominales marcados, los cuáles se mostraban sin vergüenza al ser la camiseta demasiado corta para cubrir en su totalidad la altura del rubio que había finalizado su baile con una pose algo dramática pero que saco un suspiro a más de uno.

-Caesar- dijo suspirante el nombre, mientras sólo se acercaba a él tomándolo del mentón y dándole un pequeño beso en los delgados labios, viendo así, por primera vez, sonrojado a Caesar que sólo se cubrió el rostro levemente con las manos a la vez que sonreía de manera leve, demostrando que le encantaba ese tipo de atención, aunque todos miraran.

  Poco a poco la gente comenzó a irse una vez que dejo el dinero en el estuche de la guitarra para retirarse felicitando nuevamente al blondo por su acto, mientras observaban disimuladamente a un Joseph apoyado en una de las paredes mirando cada acción que hacían las personas que rodeaban a su rubio, el contrario sólo reía por la infantilidad de aquellos actos y cuando no hubo nadie el Joestar se acercó de manera lenta, lo cuál llamo la atención del bailarín ya que eso lo hizo ver sensual, sus brazos meneándose grácilmente junto a sus caderas con su leve meneó de caderas y la mirada seria, que se transformaba de a poco en sonrisa juguetona, como un niño que acabo de conseguir un juguete nuevo.

-¿Qué planeas niño?- pregunto cruzándose de brazos, sintiendo a los pocos segundos su cintura ser atraída con un agarre  firme y algo tosco.

-Me debes un beso, bailaste demasiado bien...-dijo haciendo un puchero, sonrojandose por la risa de Caesar, sabía que iba dirigida a él, estaba por quejarse cuando sus mejillas fueron acunadas entre unas manos suaves sintiendo un tacto de algodón en sus labios, seguido de una lengua que quería entrar en su interior, Joseph correspondió de manera torpe el ritmo enseguida y dominando en aquel beso.

***

  Maldito mocoso... ¿¡Por qué besa tan bien!? No importa, debo hacer algo para sacarmelo de encima o sino... Penderé el control pronto...

***

  -Caesar... Por favor, ven conmigo...- dijo jadeante rompiendo el beso, se notaba el cambio de temperatura en su cuerpo, el rubio comprendió a que quería llegar con todo esto, sonrió de lado, lo tomo por las manos empezando a correr en una dirección desconocida, a un lugar donde nadie vería el pequeño pecado que cometerían, Joseph no estaba ni enterado de lo que se escondía detrás de ese angelical rostro, ese gitano con esencia de girasoles.

***

Menos mal, hasta que lo términe, próximo capítulo, lemon! 

Atte: Eris

La bella Italia!~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora