Joseph se despertó con toda la emoción que un chico de su edad podría tener, se cepillos los dientes y se vistió con ropa cómoda para bajar corriendo las escaleras, solamente lo freno las palabras dichas por su abuela.
-¿Ya te vas Joseph? ¿Sin desayunar?- lo miro por sobre sus lentes mientras tomaba un té de manera silenciosa, como toda una dama, esperando una respuesta de su nieto que estaba bastante acelerado esa mañana.
-E-es que... Estoy demasiado emocionado por recorrer toda Italia, de verás ¡Jajajajaja!- riendo de manera descomunal, mientras salia un reproche en labios de su abuela por reír de manera tan maleducada- puedo comer algo por el camino abuela Erina- dijo en tono bajito mientras hacía un pequeño puchero, recibiendo algunas galletas en sus manos y la sonrisa de su abuela como gesto de aprobación, una felicidad terrible fue corriendo para llegar a la Catedral de Milán lo antes posible.
***
Se hacían las 10:00 a.m y pronto empezaba a circular más gente por las amplias calles hechas de piedra, un muchacho rubio de ojos azules caminaba tranquilo por dichas veredas mientras sonreía recibiendo cumplidos, piropos y besos que eran tirados provenientes de hombres y mujeres, su belleza provocaba todo aquello y de verdad lo amaba, le encantaba ser hermoso, aunque no lo presumía jamas pero recibir esa atención siempre fue su punto fuerte.
Encontró al guitarrista que tocó con él el día anterior, esté también lo buscaba y ambos se saludaron con un apretón de manos, el joven de nombre Alexander contento saco a su guitarra acústica, se sentó encima de su banco de madera y comenzó a tocar una leve melodía, mientras Caesar comenzaba a danzar de manera tranquila, suave, a la vez que se despedia de varias prendas que molestaban, preparándose para bailar en aquella Catedral tan grande.
***
Joseph recorría, recorría y siguió recorriendo Milán sin rastros de aquel rubio bailarín, la razón, se había perdido otra vez, maldijo para sus adentros mientras volvió a escuchar la guitarra ser tocada con delicadez, con parsimonía y amor, disfrutando cada acorde dado con los dedos.
El corazón del chico dio un vuelco, si había música eso significaba que la Catedral estaba cerca, y al haber música...
-Caesar...- susurro empezando a seguir la melodiosa música otra vez, y después de correr por callejuelas y robar dos girasoles de una ventana cercana, ahí estaba él, meneando su cuerpo de manera tan despreocupada, de esa manera hasta obscena que seducía y atrapaba. Joseph se quedó nuevamente en el frente, esperando que Caesar fijará su mirada en él, pero le estaba molestando una chica que chillaba a su lado cada vez que el áureo hacía algún gesto provocador, el castaño estaba algo molesto con eso, pero cuando un silbido acató su atención dejo de molestarle esa mocosa, esta vez, Alexander le hacía un gesto para que se acercará a bailar junto con el de cabellos de sol, Joseph se negaba enormemente pero un tirón de su mano no le dio tiempo a pensar, cuando quiso hacer algo ya tenía a Caesar bailandole ahí, rodeándolo mientras meneaba sus caderas, su pecho subía y bajaba en compañía de sus manos y su cabelo alborotado bailaba junto con la cinta en su frente.
Joseph estaba embobado, los girasoles en su mano fueron arrancados de ahí para pasar a decorar uno la cabeza de Caesar con su cabellera brillante y bailarina, el blondo disfrutaba aquello su sonrisa lo demostraba.
-Vamos Joseph... Déjate llevar- dijo pegándose a su cuerpo acercándose tanto que sus narices llegaron a rozarse levemente. En ese momento, toda pena y nerviosismo desapareció del joven inglés, tomo la cintura de Caesar y planto un beso en esos labios de terciopelo, los probo completamente ante la mirada atónita de los espectadores mientras se escuchaban aplausos y gritos de emoción, algunas quejas de desilusión pero terminando en felicitaciones al afortunado que logró llevarse a la belleza italiana de Milán.
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Ese Joseph es un loquillo 7u7, soy muy molesta con las notas finales, pero lo suelo hacer siempre, trataría de no hacerlo, pero me vale, igual, espero les guste.
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La bella Italia!~
RandomJoseph visitó Italia por cuestiones de familia, y, en un intento de querer conocer aquel hermoso lugar con una arquitectura perfecta, terminará dándose cuenta que las edificaciones y museos no es lo único hermoso,especial y perfecto que esconde aque...