El juicio final

Capítulo 3: La historia de Oliver Glemus

-Cathery, es muy complicado, para empezar: yo salí de la cárcel un mes después que vos. Pero claro,no estabas ahí porque empezaste tu vida nueva y todo eso - él tomo aire para decirlo, aunque ya estaba más calmado.
- ¿Un mes? Pensé que estarías 2 años más que yo.
- Pagaron mi fianza anónimamente - toma un vaso de agua-. Cuando salí no le debía nada a los italianos esos de porquería. Les pagué todo y, como yo ya no quería saber nada de este tema, les quedaron libres las rutas para transportar. Quince años después limpie mi nombre,me gradué y comencé a trabajar como cirujano.

Cathery no decía nada. Solo escuchaba.

-¿Qué pasa Srta Lian? ¿Estás bien? - dijo riendo

-Si, solo te estaba prestando mucha atención -dijo ella-. Admiro todo el esfuerzo que hiciste para tener una mejor vida. No entiendo cómo te metiste en otro problema, es decir, pasaste por mucho y pudiste superar bastantes obstáculo en la vida Oliver.

-No me idolatres tanto, vos también pasaste por mucho. NOSOTROS pasamos por muchas cosas. Vos también hiciste un genial trabajo,osea, sos una de las mejores abogadas. Si a mí me hubiera ido tan bien como a vos,no necesitaría abogado.

-Tenés razón, bueno seguime contando que tengo que estudiar tu caso y sólo nos queda media hora.

-Esta bien, perdón rubia, déjame continuar.

Era un día hermoso, soleado y no había ni una sola nube. Ya habían terminado de comer. Estaba todo demasiado pacífico para ellos. Sentían que el tiempo no pasaba. Y sí, si se lo preguntaban, como todos seguro pensamos desde el principio, Cathery Lian ya se empezaba a enamorar.
-Como obviamente nadie sabía en lo que yo andaba - continuó él, no me fue difícil empezar a trabajar, tuve muy buenas calificaciones en la universidad y casi me gradúo con honores, en la universidad de Oxford, ya que mi mamá se encontraba viviendo en Inglaterra. Tuve que hacer muchos cursos, prácticas y exámenes muy difíciles pero valió mucho la pena.
Ella solo lo observaba atentamente sin interrumpirlo, anotando todo en un cuaderno que en la parte de arriba tenía escrito Oliver Glemus. Ya habían terminado de comer y estaban aún sentados, les quedaban 20 minutos para volver a la oficina.
- Yo había estudiado para cardiólogo, hacia cirugías de corazón únicamente, y como te podrás imaginar, son bastante riesgosas - siguió él.
- Estoy comenzando a entender - dijo ella.
-Dejame terminar! - dijo él.
-Está bien.
- Tenía una paciente, llamada Clara Capezziano, con un pequeño tumor en el corazón, - siguió el, por lo tanto era muy riesgoso realizar la operación.
Clara Capezziano, ese apellido le sonaba muy familiar, aunque no le dió importancia.
-¿Y la hiciste? - preguntó.
-Si, - respondió desganado él.
Oliver se veía muy desanimado, además de que era muy notorio que tenía muchas sensaciones acumuladas.
-Lo que pasa acá - prosiguió, es que fui muy presionado para realizar esa cirugía.
-¿A qué te referís?, - Dijo tomando un poco de agua, hacia bastante calor ahí. En ese momento Oliver se ofrece a pagar la cuenta y ambos salen.
- Una persona cercana al paciente me dijo que haga lo imposible para salvarla, o habría grandes consecuencias, eso incluía matar a mi madre, -dijo él.
-¿¡Pero qué!?,- salto ella. - Oliver eso es imposible, debiste haberlo demandado, buscarme antes, ir a la policía, cualquier otra cosa, - dijo exaltada.
-Si la situación fuera diferente, tendrías toda la razón del mundo, pero no tengo tanta suerte, - dijo.
-¿Diferente?, - preguntó extrañada.
-Si, sería diferente si no sería la hija del italiano Carlos Capezziano, por lo que me ví seriamente obligado a realizarla - dijo seriamente él.

En ese momento Cathery empezó a atar cabos sueltos, Oliver operó de cáncer de corazón a la hija de un mafioso que los persiguió durante años. Tenía demasiadas dudas, no sabía qué hacer ni por dónde empezar, cosa que nunca le había sucedido.
-Yo no, no lo puedo creer, - dijo con la voz entrecortada. Simplemente no tenía palabras para expresar todo lo que estaba pasando por su cabeza.
- Si lo sé, - dijo él. - Es por eso que te busqué, porque sabía que nadie más iba a poder ayudarme.
-Eso creí - dijo ella, estaba realmente muy pálida.
- Y esa no es la peor parte, - siguió, tuve que operarla con un anestesista, en el hospital donde yo trabajo para que todo pareciera "normal" - Si bien le dejé en claro a Carlos que era muy improbable que Clara saliera con vida él quiso arriesgarse, por lo que obviamente Clara falleció a las pocas horas. Y ahora él me está acusando de muerte por mala praxis.