#04

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El pelinegro se hallaba un poco aburrido.

Sólo estaba sentado sobre una manta en posición fetal, escuchando de fondo una canción de rock pesado desde unas pequeñas cornetas –cortesía del pelirrojo al traerlas–, viendo a los otros medio desmayados en el suelo. Posiblemente ebrios, a excepción de Taehyung que no probó por nada del mundo las mismas cervezas que trajo.

Además, el líder, desde hace media hora, se estaba volviendo filosófico. Y no paraba de hablar, y hablar, hasta el punto de que Jungkook ya se perdió en el hilo de la conversación de lo extensa y llena de datos que a él muy poco le interesaban.

Sólo extrañaba su calientita y cómoda cama, sus sabanas de Iron Man junto con su fiel peluche de Cooky.

Estaba tan cansado. Cabeceaba cada cinco minutos, y se le cerraban los ojos por sí solos. De verdad quería mantenerse durante más tiempo despierto, por lo menos, hasta que fueran las 3:00 am. Pero, si todo seguía y transcurría como ahora, se terminaría quedando dormido ahí mismo.

—Si tienes sueño deberías de irte a dormir en unas de las carpas— la voz proveniente de Seokjin lo exaltó, y de un cierto modo, pudo disipar durante unos segundos el sueño que le atacaba en cuanto se fijaba en el rostro amable del mayor.

Éste tipo no perdía el momento para intentar hablarle. Qué pesado.

—Estoy bien, gracias.

—Venga, no tengas miedo. Puedes dormir tranquilamente, aunque no lo creas, esto por aquí es muy seguro, además, todos te cuidaríamos.

¿Cómo le iban a cuidar si casi todos estaban medio muertos? Incluso, por la cercanía impuesta por el mayor en el que por poco y invadía su espacio personal, podía oler la fragancia de su perfume ser opacada por una que Jungkook detestaba; alcohol. Además, ¿qué le aseguraba a él que éste lugar sí era seguro? Porque nunca se había atrevido a pasar la noche cerca de un río en Seúl.

—Debes estar loco— soltó Jungkook, olvidándose que delante suyo tenía a una persona varios años mayor que el al no emplear un lenguaje formal cuando se refirió a su persona—. Éste lugar parece de todo menos seguro.

—Más respeto, recuerda que soy tu hyung— se quejó el mayor, frunciendo sus gruesos labios con notable disgusto—. Y si te digo que éste lugar es seguro, es porque hemos dormido miles de veces antes aquí.

—También están ebrios.

—Puedo jurarte que yo estoy bien, y que Nam, Jimin y Tae, igual— replicó el mayor, cruzándose de brazos.

Jungkook se dio cuenta que su mayor estaba ligeramente estresado por su falta de confianza hacía ellos, sin embargo, el pelinegro creía que él no podía exigirle tanto si apenas lo llevaba conociendo un par de horas. Él no era como Taehyung. Su mejor amigo sí tenía la facilidad de entremezclarse en distintos ambientes con cualquier persona, siendo alguien extrovertido y amable. Simplemente, Seokjin no podía pretender que por un par de horas, él ya estaría ciegamente confiando en personas que no conocía.

—Seguiré despierto, hyung. No se preocupe y disfrute su noche— el pelinegro sonrió sin ganas, esperando que el mayor captara la señal para que finalmente lo dejara en paz.

Y así fue por parte de Seokjin, quién después de un asentimiento y una excusa vacía de que iría a buscar su teléfono, terminó por alejarse.

Jungkook, otra vez solo y rodeado de una manta, dejó escapar el aire acumulado en sus pulmones. Quizás él había sido muy irrespetuoso con el mayor, pero éste ya no conseguía la forma para decirle que quería seguir solo. Enseguida, un pinchazo de culpabilidad lo invadió, a lo que Jungkook se encogió e intentó reprimir el sentimiento con el pensamiento de que no era su culpa.

black & pink →JinkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora