#01

1.4K 146 56
                                    

Los padres de Jungkook aceptaron sin problema alguno que pasara el fin de semana en casa de su mejor amigo. Si bien, no había más pruebas ni otro tipo de evaluación de las qué preocuparse, mucho menos esas típicas visitas de ir a almorzar a la casa de sus abuelos. Estaba completamente libre de cualquier deber, por lo que, la noche del viernes se dispuso a arreglar una mochila con todo lo que consideraba importante.

Ropa interior limpia, pijama, cepillo de dientes, un cambio de ropa, su preciado mp3 junto con su block de dibujo. Cada objeto u prenda bien acomodada en la mochila, odiaba tener sus cosas vueltas un chiquero. Se podía decir que Jungkook tenía cierta obsesión por el orden.

Tal y cómo su madre le había enseñado; "no hay nada mejor que un hombre limpio y pulcro con sus cosas".

Durmió ésa noche como un bebé entre sus mantas calientitas, aferrado a su blanda almohada y con la libertad de que podía dormir con sus bóxer, fresco y sin molestia alguna. Como si los mosquitos se hubiesen acordado para no zumbar cerca de sus oídos, ni a sus vecinos les dio la gran idea de poner música hasta altas horas de la noche.

Levantarse al día siguiente fue una osadía, pero apenas recordó que hoy se vería con su amigo, funcionó como motivación para comenzar a alistarse y bajar a desayunar con sus padres.

—Buenos días, Kookie— le saludó su madre mientras servía café en una taza, que el pelinegro supuso que era para su padre.

—Mamá, te he dicho miles de veces que no me llames así— se quejó el muchacho, tomando asiento al lado de su padre.

No le gustaba ser llamado así, por Dios, lo hacían ver como un niño pequeño. Y no, él ya era un adolescente, tenía que se tratado como tal.

—Soy tu madre y te puedo llamar como yo quiera— acortó la mujer, dándole una de esas miradas de "Si me dices lo contrario estarás castigado de por vida"—. ¿Cierto, cariño?

—Haz caso a tu madre, Jungkook— soltó su padre, quitando su vista del periódico para dedicarle una sonrisa sin mostrar sus dientes, seguidamente de revolverle el cabello al menor.

Hizo una mueca incómoda, asintiendo robóticamente. No quería iniciar una discusión a éstas horas. Sus padres seguirían molestándolo si se quejaba, llamándole niño por hacer "berrinches".

En definitiva, a veces sus padres se ponían de acuerdo para fastidiarle. No perdían el momento ni la oportunidad para hacerlo.

La mujer sonreía con autosuficiencia, sirviéndole al menor de los Jeon –enfurruñado por la actitud de sus padre– un tazón con cereal y leche, al lado de éste, unas tostadas con mermelada de fresa.

—Disfruta de tu comida, Kookie— la mujer depositó un beso en la mejilla al menor, provocando que el pelinegro se le esfumara su cara de "muerte y destrucción" y se transformara en una sonrisa.

Sin duda, sus padres eran los seres más extraños del planeta tierra. ¿Cómo le podían pedir que se comportara como alguien grande si lo seguían tratando como si tuviera diez años? Sobre todo su madre, la mujer no desaprovechaba momento alguno para referirse a él como un bebé, incluso de frente de Taehyung, avergonzándolo delante de hasta los vecinos.

Decidió no darle más vueltas al asunto agradeciendo a su madre por la comida, disponiéndose a engullir el alimento más importante del día.

Decidió no darle más vueltas al asunto agradeciendo a su madre por la comida, disponiéndose a engullir el alimento más importante del día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
black & pink →JinkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora