La muerte enamorado.

Ojos carmesí.

Abro mis ojos topándome con que al otro lado de la cama estaba vacía.

Con ayuda de mis brazos me siento en la cama,miro a mi alrededor pero el no estaba,lo único que había era su ropa desparramada en la habitación.

Rápidamente tomo su camiseta y me la pongo,esta apenas me tapa pero no importa,el no vería nada que no haya visto.

Salgo de nuestra habitación.

Rezando de que el aun no se haya ido,miro el reloj en la pared de la cocina este apuntaban que eran las  12 de la noche.

Miro por todos lados pero él no estaba.

De mi sale un suspiro,no puede despedirme de el.

Tomó una caldera y la llenó de agua,para después ponerla en el fuego.

El no fue ni capaz de saludarme,quien sabe cuando lo vuelva a ver o besar y el se fue,no pude ni besarlo.

Pero bueno solo esperare asta que lo vuelva a ver. 

Y hay me quejare que no se despidio de mi.

En mi rostro se posa una sonrisa,cuando el regrese le haré un pastel,le ponder frutillas y será de chocolates.

O y me comprare un nuevo vestido.

Pero mi fantasi salta por la ventana,como se supone que haré todo eso si no se cuando él regresara.

─Que fastidio.

Digo mientras muerdo mi labio inferior.

Un chiflido ase que me dé la vuelta viendo como de la caldera salía un gran humo,indicando que el agua ya estaba lista.

A pago y deposito el agua en la tasa con el sobre de té.

De repente un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

Con miedo me doy la vuelta,esperando la peor cosa del mundo pero solo era una ventana que estaba abierta.

  Con incredulidad la siero.

Pero aun siento los escalofríos.

Ya fastidiada me doy la vuelta chocando con un buen formado pecho.

Levanto mi mirada pero debes de encontrarme con unos ojos negros,me topo con unos ojos carmesis.

Doy un paso atrás asustada,el vestía un traje muy elegante negro con la corbata roja.

Mi respiración queda trancada en mi garganta.

Sus ojos me recorren de pies a la cabeza.

─¿Qué haces despierta?

Su voz era más autoritaria que lo normal

Pero no pude contestarle mi las palabras no me salían.

El me mira por unos minutos,asta que sus ojos se abren,dándose cuenta de lo que sucede.

─Cariño esta bien soy yo,solo estos son mis verdaderos ojos,no hay porque temer.

No olviden hacer sus preguntas.